"Golpes y Amor" -H.S-

Capitulo 9: "Tristemente Sola"

Sentada en aquella roca, con el pelo alborotado y el maquillaje arruinado, continuaba llorando por la dura confesión. Sabía que me arriesgaba a que me dijera algo hiriente, pero nunca pensé que fuera tanto como para romperme el corazón.

Estaba triste, sola, cansada y con unas inmensas ganas de seguir llorando. Miraba continuamente la hora en el celular, llamada tras llamada, mientras yo seguía tratando de ignorarlas.
Al tranquilizarme un poco, tuve la valentía de llamarle a Skyler. Puse el celular en mi oído y espere a que contestara.

-Qué pasa, ______? -Preguntó y mi voz se quebró al escuchar la suya.

-Te...Te necesito -dije con un nudo en la garganta. Dolía mucho, apenas podía hablar.

-Dónde estás? -preguntó y escuche que tomaba unas llaves.

-En la carretera que va a dar a la playa... -farfulle y ella me interrumpió.

-No te muevas de ahí, voy para allá -concluyó y truncó la llamada.

Mi vista continuaba nublada, me había arremangado un poco el vestido largo para no ensuciarlo de lodo. Giraba mi cabeza de un lado a otro; como un abanico. Esperando ver el auto de mi amiga. Más allá de los veinte minutos, se escucho el sonido de un motor. Al mirar el auto supe que era ella.

Le hice señas con la mano para lograr que me viera, se detuvo justo frente a mí y aún sin apagar el auto, bajó de él y corrió hacia mi.

-Qué pasó, Bella Blue? -Preguntó y ambas caminamos al auto. Ya estando adentro, mientras ella comenzaba a conducir, yo me mantenía en silencio.

No es que no quisiera contarle, necesitaba hacerlo. Pero por más que trataba de hacer que mi boca hablara, el nudo que tenía en la garganta me lo impedía.

-Si no quieres contarme, está bien -dijo al ver que aún me mantenía en silencio- Ya puedes estar tranquila, ahora estás conmigo.

Después de unos minutos ya estábamos fuera de su casa. Ambas nos bajamos del auto y entramos a su hogar, nos dirigimos a su habitación y ella me presto una piyama.

-Me gusta el vestido -Dijo mientras lo observaba a detalle.

-Podría prestártelo cuando quieras -hable al fin.

-Sería un honor, muchos me han dicho que el Azul me sienta bien -dijo y se puso el vestido encima- Qué tal?

-Te vez hermosa, Little pink -comenté mientras ella daba vueltas modelando el vestido.

-Oh, pero mira ese trasero! -exclamó mirándose en el espejo, se dio una nalgada y ambas reímos- En mi primera cita, debes prestarme este vestido.

-Esta bien -dije y ella lo guardó.

-Bien, Me contarás? -preguntó mientras se sentaba con las piernas cruzadas sobre la cama. Me senté junto a ella y descanse mi espalda en el respaldo de la cama. 

Le conté todo. De principio a fin. Ella me escuchaba atenta a lo que le decía, sinceramente, para cualquier problema; Skyler era la mejor escuchando y dando consejos.

-Harry es un hijo de...

-Lo sé, Skyler -la interrumpí antes de que concluyera la oración.

-Cómo se atreve?! -exclamó claramente enojada- Acaso no se ha dado cuenta de lo mucho que has hecho por él...? Harry no mueve ni un dedo! Es increíble -dijo rodando los ojos.

-Tranquila, Skyler...

-Tranquila?! -preguntó incrédula- Quieres que me tranquilice después de lo que te hizo? No es posible. Definitivamente, tengo que hablar con él.

-Qué? Espera! No! -farfulle- Skyler...

-No me digas nada, bien sabes que esto está mal...y tú se lo vas a permitir? -me miró decepcionada- No eres la misma, _____. Donde está la _____ que luchaba por la igualdad y no se daba por vencida? Porque esa era mi mejor amiga.

Baje la mirada. Jugaba nerviosa con mis manos, ella tenía razón. Siempre la tenía.

-Hablare con él -dije y ella suspiro.

-Esta bien, pero cuando? -preguntó y negué frenéticamente llorando.

-No lo sé.

-Ya lo suponía.

-En verdad lo siento Skyler.

-No -respondió seca- No es conmigo con quien te tienes que disculpar... Es contigo _____. No eres la misma chica que yo conocí.

Me había quedado sin palabras, quise dejarla sola y mejor me fui a la sala. Me senté en el sillón y mire hacia la oscuridad, pensando en todo lo que ella había dicho. Al final del día; había acabado Tristemente Sola, sentada en un sillón y lamentándome por la estupidez que había hecho.