Llamada

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El teléfono sonó justo frente a él. No pudo evitar correr solo para ver aquel nombre que hacía a su corazón palpitar con fuerza.

Min Ho

Una cálida sonrisa apareció en su rostro, y tomó entre sus temblorosas manos el aparato, pensando si debía contestar o no.

-¿Quién llama?.— Dió un brinco inesperado al escuchar la voz de su esposo detrás de él.— ¿Quién es, Jimin?

-Es.... M-Min Ho.— Jimin tomó con más fuerza el celular entre sus manos, mirando finamente a su esposo.—

-¿Sigues hablando con él? Creí haberte prohibido tener comunicación con él, cariño.— Yoongi puso sus manos en jarra sobre su cintura, mirándolo seriamente.— Vamos, cuelga.

-Pero, cariño...

-No te lo voy a repetir, Jimin. Cuelga ya de una buena vez.

Y el teléfono dejó de sonar por unos momentos, para nuevamente sonar en una nueva llamada.

-Está bien, cariño. Dame el teléfono.— Le dijo su esposo, estirando una sola mano hacia él.— Dámelo.

-Yoongi, solo dejame hablar un poco con él.— Jimin sujetó con más fuerza el celular entre sus manos.— Solo será un momento, quiero solo saludarlo, saber cómo se encuentra.

-No, Jimin, maldita sea, ¡dame el teléfono!

-Yoongi....

El pálido soltó un fuerte gruñido acercándose a su pequeño esposo, quien se encogió al sentirse intimidado. Arrebató de esas pequeñas manos el aparato que aún sonaba, contestando de inmediato.

-¿Qué es lo que quieres?.— Su voz sonó ruda al momento de acercar el aparato a su oído.— ¡Te dije que no lo llamaras más! ¿No lo entiendes? ¡Él se quedará conmigo! ¡No va a salir de aquí!

-Yoongi, cariño.— Jimin trató de tomar el teléfono entre sus manos pero Yoongi se alejó.— Cariño...

-¡No quiero que vuelvas a llamar!.— Su esposo lo ignoró completamente, tomando con fuerza el teléfono.— ¡No quiero que te acerques ni a Jimin ni a mi, Min Ho!

Y sin más, el hombre colgó la llamada. Miró a su pequeño esposo, para después suspirar y darle una diminuta sonrisa.

-Cariño...— Susurró, acercándose a él, aun con la sonrisa en su rostro.— Desde ahora ya no tendrás permiso a ningún dispositivo en esta casa.

-Yoongi....

-Lo hago por tu bien.— Mientras acariciaba la mejilla de su pequeño esposo.— Esto lo hago porque te quiero, cariño.

-Pero yo-.— Quiso hablar, quedándose con las palabras atoradas en la garganta cuando una fuerte bofetada le llegó sin aviso alguno, aturdiendolo, haciéndolo caer al suelo.—

Y se recuperó de inmediato, sobre el suelo, llevando una de sus manos hacia su mejilla lastimada y mirando desde abajo a su esposo. Yoongi suspiró, negando lentamente, caminando hacia la cama, tomando entre sus manos el pesado cinturón de cuero y acercándose a su esposo que ahora era víctima de una terrible taquicardia picando su pecho.

-Yoongi-.— Jadeó, y fue nuevamente interrumpido, cuando su esposo le golpeó con el cinturón, dándole en las piernas y haciéndolo soltar un chillido adolorido.—

Y recibió otro golpeo más, justo en la espalda. Chilló fuertemente, arrastrándose sobre el suelo y acercándose a la pared más cercana.

-Desearía no hacer esto, cariño.— Yoongi soltó un fuerte suspiro, mirándolo desde arriba.— Pero tengo que hacerlo, no.... No me dejas otra opción. Si tan solo me obedecieras, no tendría por qué pasar esto.

Y Jimin asintió, completamente cegado por la estupidez.

En La Bañera [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora