No voy a cargar con la culpa

9.- Preparar una cita

"¡Achoo!" Jian Hua se frotó la nariz que era fría por el viento y envolvió su chaqueta fuertemente alrededor de él.

La clínica había sido caótica. Nadie sabía cuándo el armario acababa contra la ventana, pero las enfermeras se apresuraron a ayudar después de ver al Viejo Cheng tendido bajo la mesa.

La expresión del Viejo Cheng estaba en blanco y aún no se había recuperado del desastre.

Jian Hua recogió su medicina, pero se sintió incómodo al irse. Quería ayudar al Viejo Cheng, pero se necesitaban innumerables mentiras para compensar esto, así que sería mejor dejar el asunto al Viejo Cheng.

Las sirenas de las ambulancias y los coches de policía se escuchaban a lo lejos. Jian Hua dudó por unos segundos antes de dirigirse en esa dirección.

El lugar del incidente estaba a unas pocas cuadras de distancia. El dueño de la ferretería gritó usando la jerga local. "¡No lo vi! ¡Una persona acaba de aparecer aquí, muerta!"

Había una bicicleta de montaña manchada de sangre tirada en el suelo, con las ruedas dobladas por la violencia. Además, había una mochila llena de comida.

El fallecido era muy joven, como un estudiante universitario. No hace mucho tiempo, este joven había estado hablando con Jian Hua. Si Lu Zhao no lo hubiera aturdido, el joven podría haber tenido la oportunidad de escapar si se hubiera encontrado con los criminales con máscaras.

"¿Qué es este olor? ¿Hueles eso?" Los transeúntes miraron a su alrededor.

El humo soplaba en el viento y más coches de policía se dirigieron al Hotel Pearl en el centro de la ciudad. Esta noche estaba destinada a no ser tranquila.

Jian Hua se volvió silenciosamente hacia la noche apagada.

Las zonas residenciales no tenían ninguna irregularidad. El olor de la comida flotaba en las ventanas de cada casa y los trabajadores de la oficina arrastraban sus pesados cuerpos a casa. Jian Huan estaba abriendo su puerta cuando escuchó la radio de al lado.

"...Un incendio ha estallado esta noche en el Hotel Pearl. Las dos carreteras que lo rodean han sido bloqueadas, así que los conductores por favor presten atención sobre esto."

Jian Hua reprimió las ganas de ir al Hotel Pearl para ver qué pasó exactamente. Frunció el ceño profundamente, cerró la puerta vigorosamente, tiró sus llaves en la mesa de café y se apoyó cansadamente en el sofá.

Esta vez el estancamiento, habían pasado demasiadas cosas.

Jian Hua no creía que esos criminales dejaran pistas. La policía podría investigar, pero ciertamente no encontrarían a los asesinos del joven. Sólo aquellos que pudieran entrar en el tiempo de estancamiento podrían resolverlo.

La curiosidad podría matar a la gente.

Había una voz en su cabeza, reclamando que fuera al Hotel Pearl. Sin embargo, su razón le dijo a Jian Hua que averiguara cuidadosamente la verdad. Jian Hua eligió abandonar todos los pensamientos y dejar que el cansancio lo tragara.

No durmió bien esa noche.

Soñó con una ciudad tranquila, un mundo solitario con ojos que lo miraban en la oscuridad. Se volvió y vio que el dueño del brillante par de ojos rojos, un monstruo de fuego, estaba en la oscuridad, mirando fríamente a Jian Hua.

Esos ojos estaban llenos de evaluación, disuasión, violencia e interés. Era una bestia feroz que mostraba su fuerte e intrépido deseo de luchar.

Jian Hua dio un paso atrás y se escondió en la oscuridad otra vez. Había una comezón en su garganta, similar a la del hambre o la sed. Miró fijamente a la bestia de fuego y quiso... ¡Quiso comerse a la otra!