No voy a cargar con la culpa

10.- Reunión

Las bellas notas del cuarto movimiento de la Trucha de Schubert fluían por el aire de la cafetería.

La tienda estaba decorada de manera retro, con glicinias y otras plantas frondosas llenando el espacio íntimo. El suelo estaba cubierto de pequeñas piedras y había el gorgoteo del agua corriente. El sol brillaba a través del techo de cristal transparente que estaba a la sombra de los árboles.

Este lugar era más un jardín para que la gente descansara por la tarde que una cafetería.

Había un pequeño número de clientes en la tienda, y estaba ingeniosamente diseñada para cortar la línea de visión de la entrada.

Una cuchara de porcelana se agitaba a través del líquido marrón que exudaba un sabor cálido en el aire caliente. Unos dedos finos cogieron un pequeño terrón de azúcar y lo tiraron en la taza.

Había una revista de entretención de moda sobre la mesa. Li Fei se quitó las gafas de sol de su cara, pareciendo una persona relajada mientras pasaba a una columna de la revista que presentaba películas.

Li Fei parecía que estaba leyendo, pero sus ojos no se quedaron en la página. Parecía aburrido mientras jugueteaba ocasionalmente con la tapa del encendedor en su mano izquierda. Hacía un sonido bajo, pero no salían llamas.

Una vez que el azúcar del café se había derretido a medias, Li Fei vio a un hombre caminando hacia la mesa con la ayuda de un empleado.

La música estaba entrando en una variación menor y el sol brillaba sobre el hombre, haciéndolo parecer borroso. Sin embargo, su temperamento era sobresaliente.

El abrigo negro sobre la camisa de color claro. No tenía la calidad de la ropa hecha a medida y no podía llamarse ropa de marca. A pesar de ello, el dueño de la ropa parecía relajado, como si no le importaran las conjeturas y las miradas de los demás.

No se habían visto por mucho tiempo, así que Li Fei no pudo evitar cerrar los ojos. Entonces se puso rígido y el encendedor de su mano izquierda se deslizó sobre la mesa.

Cuando Jian Hua entró en la cafetería, tuvo un presentimiento siniestro.

Este fue el lugar de encuentro para su cita con Li Fei. Desde la condición de Li Fei, no había necesidad de engañar a una persona pequeña como él. Si quería engañar a Jian Hua, ¿no era más apropiado elegir un club privado en lugar de una cafetería de lujo?

Además del presagio peligroso, había una inexplicable excitación.

Con este extraño humor, Jian Hua caminó por el hueco del muro de separación decorado con flores y árboles. Al acercarse a la mesa, sus latidos aumentaron y la música cambió.

Trucha. La trucha que nadaba libremente en el arroyo fue pescada y se convirtió en presa.

La bestia feroz abrió sus ojos y encontró su presa.

Tanto Jian Hua como Li Fei no estaban preparados en absoluto para este cambio. A pesar de todos los extraños cambios en sus vidas, eligieron esperar y continuar con su plan original.

Ahora esta situación ocurrió repentinamente, así que no sabían si debían sentirse asustados o sorprendidos.

"Resultaste ser tú". Li Fei y Jian Hua murmuraron al mismo tiempo. Ambos eran conscientes de que otra fuerza había aparecido en la ciudad de Huai.

"Señor, ¿no es esta la mesa que estaba buscando?" El empleado se apresuró a preguntar.

"No, esta es la mesa. "Li Fei asintió con una sonrisa. La empleada era una joven que inmediatamente se sonrojó. Se inclinó, sacó la silla para Jian Hua, colocó un pesado librito de satén en la mesa y se fue educadamente.