TᴠDᴜsᴛ; [ᵃⁿᵍᵉˡ ᵈᵘˢᵗ ˣ ᵛᵒˣ]

~ 4 ~

- ¿A-alastor?

-Vaya. Si es el demonio de la radio en persona - respondió despectivamente el demonio televisor sin dejar de abrazar a Angel - Hace cuanto que no te veo, me alegra ver que sigues vivo.

- Alejate de el - gruño amenazador el ciervo -

- ¿De Angel? - pregunto inocentemente el contrario.

-Angel vámonos

- Oh, lo siento. Es solo que estaba tan triste por algo que le hiciste y decidí consolarlo. ¿Es algún problema eso?

- El me pertenece Vox. Así que alejate de el y vete.

- ¡No! Tu... - la araña no pudo terminar de hablar ya que el demonio a quien abrazaba se separo de el -

- Esta bien, podemos hablar luego. Adiós Angel - le habló suavemente al arácnido para luego irse.

Alastor noto como Vox se dirigía a su "pareja" y estalló en furia tomando fuertemente del brazo a Angel.

- ¡Ey! ¡Me lastimas! ¡A-alastor! - se quejó el menor al sentir las garras del contrario incrustarse en su piel -

- ¿Puedo saber que mierda hacias? - cuestiono aun enojado Alastor al arácnido, quien ahora lo miraba molesto -

- ¿Y puedo saber quien putas era la zorra a la que abrazabas hace un momento? - replico molesto Angel -

- JAJA, Oh Angel, eso a ti no te importa

- ¿No? Entonces que te importe una mierda lo que me pase de ahora en adelante - el actor le respondió con un tono amenazante, que al ciervo el impresionó.

- Cuida tu tono conmigo arañita. Ahora escúchame bien. TU me perteneces. Es todo lo que debes saber, si es que te encuentro de nuevo con esa estúpida televisión, tendrás un castigo. Ahora será mejor que vayas a dormir. Adiós - se despidió el ciervo para dejar solo al arácnido en el pasillo -

Angel corrió a su habitación y cerro de un portazo para luego desplomarse en su cama y llorar.
Ya no soportaba la manera en que Alastor lo trataba.
¿Era solo un juego acaso? ¿De eso se trato todo este tiempo?

Quizás Alastor solo buscaba un cuerpo con el cual jugar, y Angel Dust desde luego siempre estaba disponible, quizás solo buscaba divertirse con alguien y Angel era un blanco fácil. Quizás... Quizás todas esas tardes que paso en los brazos del demonio de la radio realmente no significaron nada para el.

Y si era así, entonces Angel tampoco tenía por que importarle.
Si solo se trataba de jugar con sus sentimiento, Angel solo debía ignorarlo.

Si solo era eso.
Un cruel juego con sus sentimientos.
Entonces Angel era libre de participar en aquel juego. Y era libre de si debía importarle o no.