Epílogo

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—Llegamos tarde—

—¿Y de quién es la culpa?— preguntó Harry, deslizando su mano en la de Draco y entrelazando sus dedos mientras se acercaban al bar.

Draco tuvo que concederle ese punto, no podía culpar a Harry por su tardanza, cuando fue él, quien se había abalanzado sobre el hombre. Pero, ¿realmente podía culparlo? Harry había salido de su baño, o lo que se había convertido temporalmente en el baño de ambos, usando sólo una toalla. Chorreando agua y sosteniendo la toalla con una mano mientras con rapidez rebuscaba en la cesta de planchar en busca de unos vaqueros limpios.

Le había preguntado a Draco si sabía dónde estaban, lo que Draco tradujo como “por favor salta sobre mis huesos”. En respuesta, Draco apartó de un tirón la toalla con una sonrisa pícara. Harry se lanzó en su persecución, lo que terminó con ambos haciendo el amor frenéticamente en el sofá. Draco todavía podía sentir el agradable dolor donde Harry estuvo dentro de él, y para ser honesto, no había mejor sensación. No había mejor sensación que la de tener la hermosa y gruesa polla de Harry enterrada en él, sus piernas envueltas en torno a la cintura de Harry mientras el hombre se conducía dentro de él, murmurando su nombre en el costado de su cuello y enviando un rastro de piel de gallina a su paso. No había ninguna sensación mejor que montarlo, viendo como Harry gemía y aferraba a sus caderas apretando lo suficiente como para dejar moretones mientras se empujaba duro dentro de él. No había mejor sensación que recostarse colapsado, sudoroso, sin aliento, totalmente saciado y cómodo en los brazos del hombre que amaba con locura.

—Si pudieras mantener tus manos fuera de mí, llegaríamos a tiempo por una vez—

—Eso es probablemente cierto— se rio Draco, abriendo la gran puerta del pub y mirando sobre su hombro con una sonrisa cuando sintió la mano de Harry rozando con suavidad su trasero.

— Harry, ¡amigo! Por aquí— llamó Blaise, invitándolos a una mesa para seis, donde sólo Pansy y él estaban sentados.

—Hola— Harry le dio una palmada en el hombro, y luego se sentó junto a Pansy, inclinándose para besar la mejilla que ella deliberadamente ofrecía.

—Hola— saludó Draco, sentándose al lado de Blaise, le dio un codazo.

—Hola, hada—

Draco suspiró. —Sabes, nunca saludas a Harry con los comentarios insultantes e intolerantes—

Blaise soltó un bufido. —Eso es porque podría matarme. Sin embargo, tú, princesa…— pellizcó una de las mejillas de Draco y luego lo golpeó —eres un blanco fácil—

—Apestas, ve a comprarme un Malibu con cola

—Vete a la mierda, tomarás una cerveza— Se levantó y fue a buscar una ronda — Harry, ¿quieres una cerveza, amigo?—

Harry hizo una pausa en su conversación con Pansy sonriéndole a Blaise. —Sí, gracias—

—Marchando. ¿Dónde están los otros dos?—

— Vicent discutiendo con el camarero, de nuevo— dijo Pansy, señalando hacia el bar—y creo que Greg está perdiendo todo su dinero en las máquinas tragaperras, como de costumbre—

—Menudo par de personajes— murmuró Blaise —¿Sólo un zumo de naranja para ti, amor?— Su voz era más suave cuando hablaba con su novia embarazada, Draco se dio cuenta y lo hizo sonreír y echó un vistazo a Harry. Harry hizo un guiño hacia él.

—¡Oh! ¿Algunas patatas fritas? ¿Cóctel de langostinos?—

—Sí, gracias, guapo—

Con el pecho hinchado de orgullo varonil, Blaise se acercó a la barra para detener la pelea, sin duda Vicent estaba involucrado, a continuación, ordenó el pedido.

—Está tan orgulloso de tu embarazo— Se rio Draco, y se sentó junto a Harry, apoyándose en él. Harry pasó su brazo detrás de la espalda de Draco, trazando perezosamente, con los dedos, patrones invisibles de arriba a abajo por la parte superior del brazo de Draco.

—Lo sé, es adorable, ¿no?— se echó a reír.

—Me gustaría llamar a Blaise adorable, aunque creo que será un padre estelar—

—Y tú serás un gran tío— Miró entre ellos —Tío Harry y tío Draco—

Ambos sonrieron felices.

—Voy a echar a perder a ese chico, no puedo esperar— Draco sonrió, casi frotándose las manos.

—Oh, Dios, por favor contrólalo— Pansy miró a Harry.

Harry le devolvió la sonrisa —Hemos comprado un caballito de madera para el pequeño bebé—

Pansy se rio y empujó cariñosamente el hombro de Harry.

—Así que ¿de qué hablaban ustedes dos mientras tu novio me insultaba?— preguntó Draco.

—Casas— Harry respondió mientras movía a un lado algunos vasos vacíos mientras Blaise regresaba con una bandeja con sus bebidas y las patatas fritas de Pansy —Ponlos aquí—

—Salud— dijo Blaise, pasando a Pansy su comida y bebida en primer lugar.

— Harry dice que han encontrado algunas posibilidades— Pansy continuó por Harry.

—Un par, sí— respondió Harry, dando un rápido vistazo a Draco y un suave y seguro apretón en su brazo —Pero tenemos tiempo para dar un buen vistazo alrededor y hacernos una idea real. Estamos bien donde estamos hasta que encontremos una que sea perfecta—

—Su casa era perfecta— señaló Draco.

—Pero eso hubiera significado que te mudaras lejos de tus amigos y familia, y encontrar un nuevo trabajo— Harry frotó su espalda y se inclinó para besar su frente antes de alcanzar su bebida —Puedo trabajar en cualquier lugar—

—Es demasiado bueno para ti— dijo Blaise con una sonrisa, tomando un sorbo de su cerveza.

—Cállate— Draco se echó a reír.

—Estamos bien como estamos por ahora—

Draco se inclinó al costado de Harry, su mano apoyada en el amplio muslo, y decidió que sí, que estaban absolutamente bien como estaban por el momento. Nunca le había dicho a Pansy, o a cualquier persona sobre ese asunto, la forma en la que Harry y él se habían conocido en realidad. Se las habían arreglado para crear una ingeniosa, sino un poco inverosímil, historia de cómo había adquirido a Gizmo, diciendo que, dadas las circunstancias, a sabiendas de que Harry no tenía familia biológica, pudo ingresar a su propiedad a través de la policía, completamente falso, para hacerse cargo de la mascota de Harry, hasta que estuviese mejor.

Harry al parecer estuvo tan alterado después de despertar y darse cuenta de cuánto tiempo llevaba fuera de casa que lo primero que preguntó fue si podía usar el teléfono. Fue Pansy, curiosamente, quien buscó al número de su vecino en la agenda, llamó, informando que la llave estaba bajo la maceta, y les pidió que revisarán su casa para ver a su gato. Harry se había alterado extremadamente, cuando el vecino no pudo encontrar ningún rastro del animal de tres patas.

Se había preocupado por la posibilidad de sonar como un maniático y sospechaba que Harry no lo había creído realmente, y no debería, porque era una completa estupidez, pero aparte del hecho de que realmente no había otra explicación viable en cuanto a cómo consiguió a Gizmo, Draco pensó que, tal vez con su romance en ciernes, Harry no había querido cuestionarlo, por lo que nunca lo hizo. Había estado más que agradecido y totalmente aliviado de que el gato estuviera vivo y bien.

Pansy no fue tan fácil de calmar. Había momentos en que Draco podía atrapar una mirada de ella, una mirada un tanto cuestionadora que se planteaba cómo era posible que la conexión que compartía con Harry fuese tan sólida como una roca, en tan corto tiempo. Draco no tenía manera de responder a eso, y después de un tiempo, ni siquiera un año más tarde, estaban buscando un hogar permanente para los dos, tres, incluyendo al gato. Esas miradas inquisitivas se detuvieron al final, porque realmente no había nada que pensar ya que ambos se pertenecían inequívocamente el uno con al otro.

Independientemente de las circunstancias ilógicas e irracionales que los había reunido, Harry estaría con él para siempre ahora, y eso, en opinión de Draco, hacía la vida infinita.

·FIN·

Mi fantasma (fanfic harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora