Back to the past (Volver al futuro fanfic)

Strickland y Brown/Parte 3

13 de junio de 1931—9: 00 pm

Gerald Strickland siempre había tenido en claro que la disciplina era lo primero, pero esta vez sentía que había llegado demasiado lejos. Miró el papel que tenía la dirección de la mansión de el juez Enhardt Brown.—1640 riverside—leyó en voz alta antes de poner el papel de vuelta en el bolsillo de su abrigo negro—. Si Edna quiere pruebas, tendrá pruebas—susurró antes de tomar una cámara que tenía en su escritorio y se la guardó en el otro bolsillo de el abrigo.
Y Strickland, hablaba en serio.

—9:30 pm—
Strickland dejó estacionado su Chevrolet enfrente de la mansión, para su sorpresa estaba completamente a oscuras, exceptuando la última habitación del tercer piso que tenía la ventana abierta haciéndose que se pudiera ver una potente luz amarilla junto a la de varias bombillas.
Gerald asombrado sacó la cámara y tomó una fotografía del lugar, antes de volver a guardársela y bajarse del auto aún con las llaves puestas, por si acaso.

Bajó del auto antes de quedarse parado admirando el lugar—vives demasiado bien para ser un vago Brown—susurró, para momentos después comenzar a caminar hacia la ventana, esperando escuchar algo. Cuando en ese momento vío una de las columnas del lugar, si la escalaba llegaría hasta la ventana. Si no se delataba a sí mismo antes.

Strickland respiró hondo ahora un poco intimidado por la acción que haría, se mantuvo así durante unos segundos antes de apretar los puños y susurrar—disciplina Gerald, disciplina—ahora incentivando caminó con el paso más calmado que pudo hasta una de las columnas, envolvió sus brazos y sus piernasalrededor de esta antes de impulsarse hacia arriba, ahora un poco levantado del suelo comenzó a a escalar por la columna hasta llegar a la ventana.
Acercó la cabeza para ver en el interior de la habitación mientras todavía estaba sujetado a la columna, Gerald abrió la boca de sorpresa al ver el interior, una habitación pequeña llena de mesas con válvulas, medidores, ollas de presión y en la pared un plano de un taladro—cohete.
—¡La oficina de patentes!—susurró Strickland al recordar el documento que había visto esa mañana.

Antes de que pudiera hacer algo más se escuchó desde el fondo de la habitación la voz del juez gritando—¡Emmett, ven aquí de inmediato!—Strickland sin poder evitarlo sintió un escalofrío en su espalda al escucharlo, aunque no quisiera aceptarlo lo intimidaba.
—¡Ya voy padre!—se escuchó la voz de Emmett, Strickland entonces sintió como sus piernas temblaban—Gerald, no mires abajo—pensó antes por impulso mirar hacia abajo, ahora lleno de adrenalina en un impulso cálculo la altura desde la columna hacia la ventana, solo debía de sostenerse de el marco de la ventana y estaría dentro.

Sin pensarlo más estieó su mano izquierda hacia el marco, hasta poder aferrarse a él, entonces con manos temblorosas se aferró por completo, quedando solo sostenido por sus piernas.
—¡Emmett Brown, puedes explicarme por qué demonios no entregaste los documentos que te pedí a el despacho de abogados!—exclamó el juez haciendo que Strickland tuviera una oleada de pánico suficiente para soltarse de las piernas quedando en el aire.

—¡Tengo una vida a parte de la corte padre!—respondió el inventor—¡Pero estoy seguro de que no puedes entender eso ni en un millón de años!—Gerald se quedó inmóvil, atento a la discusión.
–¡No puedes hablarme así Emmett, soy tu padre!—exclamó el juez ahora enfurecido—¡Esos documentos eran de suma importancia jovencito, pero tú no lo entenderías ni en un millón de años!—Strickland con esta frase se le iluminó el rostro, podría tener más de una prueba con la discusión, así que sin meditarlo más escaló un poco por la ventana abierta antes de lograr meter la mitad de su cuerpo adentro del lugar.

—¡Esto es el limite padre! Primero Edna Strickland me acosa cuando estoy afuera y después te tengo a ti, acosándome cuando llegó a casa ¡No se que es peor!—Strickland entonces se dio cuenta que la ventana era más alta de lo que parecía, tendría que impulsarse hacia adentro antes de dar un pequeño salto si quería meterse en la habitación por completo.