Prólogo

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Akihiko Usami no podía creer lo que veían sus ojos, jamás había visto un rostro tan perfecto como el que tenía justo delante. Aquel castaño de ojos verdes le habló y Akihiko supo que tenía que salir de aquel trance.

- ¿Te puedo ayudar en algo?

- Soy amigo de Takahiro- respondió Akihiko.

- ¡Nii-chan, está aquí tu amigo!- gritó aquel castaño y se dispuso a irse.

- ¿No te quedas?- preguntó Akihiko con la esperanza de obtener una respuesta afirmativa-. Vamos a ver una película.

- No, he quedado- negó el castaño y Takahiro salió a la entrada.

- ¡Akihiko, qué puntual!

- Bueno, me marcho. Adiós- dijo el castaño alejándose del portal de su casa.

- Adiós- murmuró Akihiko sin apartar la vista de él-. Takahiro, ¿ese era tu hermano pequeño?

- Sí, mi pequeño y dulce Misaki- sonrió su amigo.

- Pero...¿tu hermano no tenía como diez años o así?

- Sí, pero ya hace ocho de eso- rio Takahiro-. Anda, entra en casa.

Misaki bajó por aquella calle hasta encontrarse con su amigo. Shinobu le esperaba de brazos cruzados y apoyado sobre una columna. El castaño le sonrió y se sorprendió al ver que su amigo no le devolvía el gesto.

- ¿Ocurre algo?

- Sí, Misaki, necesito que me acompañes a un sitio- dijo Shinobu intrigando a su amigo.

- ¿A qué sitio?

- A un club, ya lo verás- respondió Shinobu poniéndose en marcha. Misaki le siguió en silencio preocupado por la actitud del rubio. 

Llegaron a un edificio y Shinobu entró sin dudarlo un segundo. Misaki iba pisándole los talones y sin poder quitarse de encima aquella sensación de preocupación. Subieron a la primera planta y Shinobu se metió en una sala pequeña, siendo seguido por su amigo. Misaki se sorprendió al ver a un grupo de jóvenes sentados en círculo.

- Pasad, no os quedéis ahí- dijo un chico castaño-. Shinobu y Misaki, ¿no?

- Sí- asintió el rubio-. Eres Ritsu, ¿verdad? Hablamos ayer...

- Sí, tomad asiento. Íbamos a empezar ahora con la reunión- dijo aquel tal Ritsu y los dos muchachos se sentaron en dos sillas que había libres.

- ¿Podemos empezar ya?- preguntó un chico que debía de ser estudiante de instituto. 

- Kisa, todavía falta un nuevo miembro. Si en dos minutos no viene...- Ritsu fue interrumpido por dos suaves golpes en la puerta-. Adelante.

- Buenas tardes- sonrió un joven entrando y todos los allí reunidos, excepto Misaki, le miraron sorprendidos-. Soy Nowaki, he hablado antes con Ritsu.

- Sí, hemos hablado pero...- comenzó a decir Ritsu pensativo-...no esperaba que fueras así.

- ¿Así?- preguntó Nowaki sin entender.

- No te ofendas, pero tienes pinta de seme- dijo Ritsu.

- ¿Y eso es malo?- quiso saber Nowaki.

- Es horrible- respondió Kisa.

- Nowaki, no es nada personal, pero no das el perfil para unirte al club.

- ¿Este no es el club de los vírgenes?- preguntó Nowaki y Misaki abrió los ojos sorprendido.

- Shinobu, ¿dónde me has traído?- susurró Misaki pero su amigo lo ignoró.

- Yo soy virgen, no entiendo por qué no me puedo unir, cumplo con el requisito- dijo Nowaki y Ritsu suspiró.

El club de los vírgenes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora