E l e g i d o s [NamGi]

05

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Narra Jaekyung

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—Ja-jae, no tan fuerte... —Se quejó mi bebito con suavidad.

—Lo siento, tenía un mal sueño —Solté el agarre en su cintura—. Te amo demasiado ¿Si? Perdón.

—No seas dramático, solo, duerme de nuevo ¿bien? —Soltó una pequeña sonrisa que pude distinguir por la luna que alumbraba nítidamente la habitación—. Yo te perdono si solo no vueles a hacerlo —Rozó mis labios con los contrarios con delicadeza— trata de dormir.

—Lo voy a intentar, será un buen sueño si sueño contigo, así que bésame, mi amor —Acerqué mi rostro hacia él pero fui alejado—. ¿No quieres besos? —Alce una ceja.

—Sí. Pero... no quiero que nos pongamos... y ya sabes... —Supuse que se había sonrojado ya que se quedó callado—. Por eso, es mejor dejar eso para cuando tengamos más libertad ¿no crees?

—Por supuesto... entiendo —Besé sus labios—. Dejaremos esto para después —Besé sus labios repetidas veces.

—Kyung. Para ahora o te arranco las bolas y te haré tragarlas yo mismo —Amenazó.

—Sí, sí, sí, también te amo, buenas noches —Hundí mi nariz en la curvatura de su cuello para poder concebir el sueño.

—Buenas noches —Dijo en un hilo de voz.

       Cerré mis ojos y traté de conciliar el sueño, traté de concentrarme en el ligero aroma que desprendía SeokJinnie buscando calmarme y entrar en sueños y lo logré a los diez minutos.

(...)

[🍥]

       Me encontraba con JaeKyung dentro de una tienda de víveres y verduras algo grande y muy poblada. Suspiré por décima vez en el día cuando el viejo gerente de aquella tienda tardaba millones de segundos en leer nuestro papeleo, lanzándole una mirada de cansancio —que obviamente no estába captando—. El beta anciano levantó la vista y nos observó a ambos con neutralidad, no podía descifrar que pensaba, pero, algo en su mirada me decía que por fin seríamos aceptados en este lugar después de los múltiples rechazos.

—Muy bien, todo está en orden, empiezan el lunes a primera hora para la preparación ¿entendido? —Habló con tranquilidad.

—Muchas gracias, Señor JongUn —Jae se levantó e hizo una reverencia ante el viejo beta.

—Digo lo mismo, Señor JongUn, será un placer trabajar para usted —Imité la acción de mi novio.
—Ah, pueden llamarme Jong. Pueden retirarse, estamos en contacto —Aseveró JongUn.

—Nos vemos luego —Dijo JaeKyung saliendo de la oficina al igual que yo.

—¿Podemos celebrar ya? —Preguntó.

—¡Claro!, vayamos por helado —Sonreí.

       Caminamos unas cuadras lejos del pequeño centro comercial buscando una cafetería cerca de donde estábamos, a lo lejos divisamos una pequeña panadería la cual parecía muy pintoresca y cálida. Optamos por entrar en ella y ver que podíamos pedir. Llegamos al mostrador y no dude en hablar.