Parte 5 - I.R.C.3

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Tercera parte:

BARNEY

Les dije que soy un poquis rara, por ejemplo, nunca me gustaron las películas de Disney, en cambio, amaba a Barney, no sé porque, lo veía grande y lo relacionaba con mi papá tal vez, pero ese dinosaurio me acompañó en uno de los momentos más difíciles.

Cuando llegamos a Tucumán, el médico les explicó a mis padres que mi sistema urinario estaba complicado, que descubrieron que tenía reflujo vesicoureteral grado IV y V, soy aún muy joven para entender algunas cosas y para acordarme de otras. Pero esos términos que parecen dificilísimos, cuando son tuyos no te los olvidas más. Para que entiendas, de los riñones salen unos tubos llamados uréteres, que deben tener el grosor de la tinta que ves en la punta de tu lapicera, por ahí va tu pipi hasta la vejiga y cuando vas al baño eliminas los desechos Mis uréteres, por el dañó que tenían por la falta de unas válvulas, eran del tamaño de un dedo pulgar y como no estaban esas válvulas, mi pipí se volvía a mis riñones y los destruía. Al mismo tiempo destruía la vejiga y todo lo que había a su paso.

Por eso apenas le informaron al doctor quienes me hicieron los estudios, el doctor llamó a mis padres. A medida que esto continuara sin la operación, se destruiría todo.

Cosas que la vida te enseña, que tal vez nunca en una clase de Biología aprenderé. Como aprendí que cuando escucho a alguien decir me duelen los riñones, no es tan cierto o al menos no es grave. Porque los médicos les dicen a las enfermedades renales "las malditas", porque recién presentan síntomas cuando no hay mucho por hacer, los riñones no duelen, solo dejan de funcionar.

Mis padres les preguntaron a los doctores (aparte del médico de Tucumán, ya habían llegado dos de Buenos Aires), el porqué de que recién se habían dado cuenta, como había yo sobrevivido dos años si desde que nací no tenía esas válvulas. La respuesta estaba desde el principio en este libro: La teta.

Entre las maravillosas propiedades de la leche materna, está alguna que, sin poder explicarlo bien, hacía las veces de suero protector de mis riñones. Por lo que haber tomado tanta teta desde que nací hasta los dos años, casi me salva la vida. Ese suero dejo de surtir efecto y justo tres meses después de haber dejado de tomar la teta, la alarma que mi cuerpo dio fue esa convulsión, hecho que el único profesional en Jujuy que relacionaba en forma correcta era mi tío Pocho.

Mientras mis padres hablaban con el médico yo ya estaba internada. La sorpresa de mis padres fue cuando al lugar llegó mi tío Pocho, no me quería abandonar.

Era lo óptimo, él me conocía más que nadie y eso necesitaban los otros especialistas, sobretodo, el episodio cardíaco y pulmonar de cuando era una bebé.

Les explicaron a mis padres que me darían una anestesia que luego haría que olvide todo lo traumático que pudiera ocurrir y les preguntaron a mis padres mis personajes favoritos, era Barney definitivamente.

A pocas horas de haber llegado, me relatan mis padres, que no olvidarán el movimiento de ambulancias. El Sanatorio Parque tenía tres quirófanos, uno grande en el medio y dos pequeños a los laterales, los tres estaban reservados por mi operación, por lo que a personas que debían hacer cesarías y otras operaciones las llevaron a otros sanatorios.

Les advirtieron a mis padres que la operación sería larga, al menos diez horas.

No pasó mucho tiempo que mi madre me cargó en sus brazos y yo anestesiada, dicen que reía mucho, llegaron a la puerta del quirófano y había tres médicos, uno de ellos jugó conmigo y se presentó como Barney y los otros dos dijeron que eran Baby Bop y B.J.

Según mis padres, les extendí mis brazos y fui feliz con ellos, para mí era como un sueño, en realidad, ya entraba en un sueño, del que nadie sabía si iba a despertar.

TODO ES POSIBLE - Cuando crees que no podes másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora