¿Solo Asistente? -Brawl stars (Bea x Rosa)

12- Teorías.

Ella... no entendía que hacía ese criminal en su casa. No entendía que hacía Bull en su casa. "¡Está robando!" fue lo primero que se le pasó por la cabeza.. hasta que fue armando las piezas de la situación. Colt se encontraba durmiendo en su cama, mientras que el motociclista, que por cierto no ocupaba prendas en su torso, se encontraba saliendo silenciosamente por la ventana del dormitorio. Decidió cerrar la puerta con cuidado antes de que el mayor notara su presencia allí, no sería lo mejor.

Una vez cerrada aquella puerta, se apoyó en esta suspirando algo aliviada.

—¿Colt y Bull? No... imposible.— murmuró para si misma aún analizando lo ocurrido.

Decidió bajar nuevamente a la sala, así topándose con su madre, preguntó diversas preguntas, preguntas las cuales respondió con rapidez, luego pidió permiso para pasar el rato con Penny en casa de esta. Se contaban absolutamente todo entre ellas, y con lo confundida que estaba, necesitaba otra opinión del asunto.

—¡Graciaaaas! ¡Te amo!— agradeció la pequeña pelirroja saliendo de su hogar luego de rogarle a su madre que le dejára ir.

—Yo también ¡Ten cuidado!— avisó con una sonrisa.

Luego de una no muy larga caminata, llegó a la peculiar casa de la pirata. Tocó la puerta, y al cabo de unos segundos le atendieron, solo que no era Penny.

— Jessie. — le observó mientras se dedicaba a limpiar una de sus escopetas con un trapo.

— Hey Darryl. — sonrió amistosamente— ¿Penny se encuentra en casa?

— No, salió con Tick.

— Oh.. ¿Se puede saber dónde..? Necesito hablar con ella.

— Fueron a conocer a unos nuevos brawlers.— dejó la escopeta de lado.— Creo que están por las minas.

— ¡¿Nuevos brawlers?!— preguntó emocionada.— ¡Gracias, Darryl!— caminó con algo de apuro hacia las minas.

Por otro lado, Rosa ya se encontraba en casa de Bea, obviamente en compañía de esta.

— Gracias.. por acompañarme.— sonrió levemente.

— No te preocupes, pequeña abejita.— sonrió de igual manera.

— Mmh.. Oye.. ¿No querrías pasar..?— murmuró con algo de vergüenza— Digo, debes estar exhausta,, puedes- descansar.— sonrió algo nerviosa, no quería sonar mal intencionada.

— Aw... Si, me gustaría.

Dicho esto, ambas pasaron a la casa.

— Que lindo..— comentó Rosa, observando el lugar con detenimiento ya que era la primera vez en casa de su compañera.

— Gracias.. ¿Quieres un vaso de agua?— ofreció la menor, mientras se dirigía a la cocina.

— Claro, gracias.— mientras observaba, notó algo cubierto por una tela junto al sofá. Curiosa, se acercó, quitando aquel trapo. Una sonrisa adornó su rostro en cuánto vió lo que se escondía allí.

— Sprout. ¿Recuerdas? — se acercó Bea, entregándole el vaso de agua.

— ¿Cómo olvidarme?— aquel pequeño robot sin vida, había sido un proyecto de ambas, un proyecto que nunca tuvieron tiempo de completar. — ¿Que te parece si lo terminamos de una vez por todas?— propuso alegre, luego de vaciar el contenido del vaso.