Estaba harta de todo, cansada de la rutina diaria de mi vida, mi tiempo solo se enfocaba en ser una excelente estudiante. Todo se resolvía con teorías y no había espacio para sentimientos en mi cabeza, total todo solo es producto del desequilibrio químico pensaba. ¿Amigos? Dudaba mucho de que existieran y decidí esconderme de todos y de todo, escondiendo mi risa, escondiendo mi mirada, escondiendo mi verdadera yo, hasta de mí misma. Pero todo cambió cuando sin esperarlo dentro de mi panorama aparecieron aquellos ojos rasgados que tanto sentido trajeron a mi vida.
...
— ¿Eres nueva aquí? No te había visto antes
— Sí, me mude hace poco...con permiso— solté mientras acomodaba mis gafas y los nervios me acompañaban. ¿Por qué tiene que hablarme? Solo estaba paseando a mi perro, pensaba mientras con paso apresurado me dirigía a mi casa.— Dije algo malo?
— No... Solo que...— levanté mi mirada y por primera vez en mi vida observé una sonrisa tan genuina, junto a dos líneas formándose en sus ojos.— ¿Solo que...? — repitió
— Nada, solo paseaba a Chimmy— solté y evite verlo, ¿por qué no puedo ver a las personas a los ojos?
— ¿Chimmy?
— Sí, mi perro, así se llama
— Oh, con que así se llama este perrito —dijo mientras se agachaba a acariciarlo y Chimmy movía su colita. ¿No qué odiaba a los desconocidos? Por qué no ladra como lo hace siempre, ha cautivado a mi perro, bufé en mi mente— ¿Decías algo?
— ¿Qué? No, no nada— y su sonrisa apareció otra vez
— Mi nombre es Jimin, vivo aquí desde hace un año, pero soy de Busan y tú?Viéndolo alzar la mano mi mente quería explotar, ¿le doy la mano? Pero esta sudada y además ¿por qué sonríe? ¿será alguien extraño? Aunque no parece y... —un garraspeo de garganta me sacó de mi shock
— ¿Me escuchaste?— preguntó mientras sonreía— te estaba preguntando por tu nombre, ¿cómo te llamas?
— Soy Hye Ri
— Un gusto Hye, al parecer seremos vecinos, ¿vas al colegio?
— ¿Qué? No—negué rápidamente—ya lo terminé el año pasado, voy a la academia— ¿por qué le estoy dando mi información personal? Reacciona Hye— ummm tal vez ya deba irme— muy bien, ya estaba a punto de escapar
— ¿Por qué? — y su expresión fue sincera
— Por qué, qué?
— ¿Por qué huyes?—
Y mis nervios crecieron
— No lo hago, solo no te conozco, puedes ser un delincuente que quiere mi información para robarme luego o secuestrarme— y fue una de las tantas veces que aquello que rondaba en mi mente escapaba por mi boca sin si quiera darme cuenta— no, yo... No quise decir que...—una gran carcajada se hizo presente por el contrario, mientras se cubría la boca con una mano y con la otra sostenía su estómago— quería reír porque su risa me daba risa, pero no entendía porqué se reía. Y apreté mis labios para que no escapara mi risa estruendosa.— Eres muy graciosa, a caso ¿tengo cara de delincuente? — soltó aún entre risas—solo quería ser amable y presentarme, ya que nos veremos varias veces por el vecindario, perdón si te asuste.
—No perdóname tú a mí, no sé socializar muy bien.
— No hay problema, me pareciste tierna con todo esto, ¿viniste para estudiar en la academia?
— Sí, llegué hace poco
— Entonces ¿aún no tienes amigos?
— No— aunque igual solo he tenido una amiga en toda mi época escolar—pensé
— Bien, pues entonces seré tu primer amigo aquí—y volvió a extender la mano
— ¿Qué? Pero si recién te conozco
—Pues nos conoceremos más, así no te sientes sola aquí, te puedo enseñar los lugares que conozco. Cuando llegué no conocía a nadie y me sentí un poco solo hasta que Tae apareció, así que me pareció bien hacer lo mismo por ti ¿No quieres?
—No... Que diga sí... Es decir umm esta bien—ni si quiera sé porque dije eso
—Bien, entonces amigos, nos vemos mañana Hye— y así como apareció se fue dejando una sonrisa en el caminoSolo hablaré un poco con él hasta que se aburra y todo seguirá igual, no tienes que pensar mucho Hye
Los meses pasaron y aquel desconocido se volvió una persona especial en mi vida. Me dije muchas veces que mi interés por él no crecería más, que sólo lo conocería un poco más y eso sería todo. Pero ignoraba lo que él destino traía bajo la manga.
Cambié mucho desde entonces, conocí a Jungkook, a Taehyung que son como los mejores amigos de Jimin. Socialicé mucho y cada vez que tenía miedo o que la inseguridad quería atraparme, aparecía Jimin para sostenerme e impulsarme a tomar riesgos.
Fui descubriendo quién era yo en realidad y la timidez que portaba como escudo se fue diluyendo, mostrándome una nueva yo, la verdadera. La que se ríe sin temor a ser vista o escuchada, la que puede iniciar amistades y la que siente porque la emociones no deben asustarme.
Jimin fue la llave para que el candado que me había puesto, sea liberado. Todo marchaba bien hasta que la confusión en mi corazón me hacia pensar demás.
—Te gusta, ¿cómo no puedes verlo?—me decía Mireu, aquella chica que conocí cuando una nueva versión de mi estaba saliendo a flote. Negaba lo que decía, al principio ni si quiera fue una posibilidad, luego la duda comenzó a fastidiar, aquel golpeteo que producía mi corazón cuando él estaba cerca o cuando lo veía sonreír. No, sólo estaba enloqueciendo, el amor no es real, solo es un juego neuronal químico, no me puede gustar él, es inalcanzable, muy diferente a mí. Seguí en negación hasta que los sentimientos se desbordaron y eran difíciles de negar.
Sin embargo, mantuve mis sentimientos conmigo, sólo mi amiga y yo lo sabíamos, tuve que admitir que ella siempre tuvo razón. Me insistió mucho para que hiciera algo y que no me quedará con lo que sentía. Pero ¿cómo podía? Bastaba con mirarlo para saber cuál sería el desenlace, era inalcanzable para mí, tenía mil chicas mucho más hermosas y mejores que yo, cómo podría si quiera imaginarme algo con él. Descartaba la idea cuando se cruzaba por mí cabeza.
Más aún, una vez Jungkook le preguntó por su tipo ideal y yo me encontraba leyendo pero pause todo por prestarle atención. Aquellas características que dio ese día fueron sin duda el sello que necesitaba para cerrar aquella fantasía de intentar algo con él. Distaba tanto de mí, cada uno de esos rasgos descritos en medio de sonrisas por Jimin me alejaban más de aquella posibilidad en mi mente.
Asi que me resigné a ser su amiga y estaba bien, lo tenía junto a mí, lo podía cuidar, escuchar, yo estaba bien con eso en verdad, pero nadie me dijo que a veces los planes no siempre son exactos por más que los calculemos con fórmulas matemáticas.
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HEARTBEAT
Fanfiction¿Cómo podría saberlo? Un día me despierto sintiéndome más Pero ya he alcanzado la orilla Supongo que éramos Barcos en las noches ...