Cap 16

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Luego de aquel beso en el que compartieron todo el cariño que sentían mutuamente ambos suspiraron. 

Los sonrojos no se hicieron esperar y ambos se encontraban con las mejillas rosadas, pero eso no impedía que se abracen como lo hacían. 

Aún en el sofá acostados muy cerca el uno del otro se proporcionaban pequeñas caricias. En donde la pelinegro acariciaba el cabello del contrario mientras esté disfrutaba sin dudar. 

Estaban felices, claro que lo estaban y las palabras quizás no eran necesarias en ese momento. 

Sin darse cuenta luego de los mimos que se propiciaban, se quedaron dormidos y la noche fue una de las más extraordinaria para ambos. 

Dormir juntos y abrazados era suficiente como para que ambos se despierten con una gran sonrisa 

Sunnie despertó primero y aún con vergüenza fue al baño para luego preparar una taza de leche mientras el de ojos avellana dormía. 

Lo miró durante unos minutos y luego se giró a lavar su taza. Sin embargo, sintió unas manos asomarse por su cintur, lo cual la sorprendió un poco al principio. 

— ¿Qué haces?— preguntó despeinado el azabache 

— Solo me hice leche— respondió en un susurro poco audible pero Jungkook pudo escucharlo y sonreír— ¿Dormiste bien?— preguntó Sunnie

— Dormí excelente— respondió mostrando sus dientes de conejito y girando a Sunnie para poder verla. 

Los sonrojos Seguían y los nervios eran evidentes en la más baja. 

— No estés nerviosa, ayer no lo estabas— respondió medio burlón el azabache 

— Eres un tonto— quiso escapar de él pero este no se lo permitió acorralándola en sus brazos. 

— ¿Me quieres?— preguntó Jungkook 

— En tus sueños— respondió con tono de broma la contraria

— Eso no lo sentí cuando nos besamos— soltó sonriendo 

— Ya! Basta! — soltó un poco exaltada la pelinegra 

— Te quiero Sunnie, te quiero desde hace mucho— soltó Jungkook y la contraria se avergonzó más, si es que eso era posible

— Te quiero también— soltó en una susurro y el contrario estaba encantado con ello, sonriendo apasiblemente. 

Y de esta manera sus labios se juntaron nuevamente descubriendo un sensación nueva. 

***

Durante todo el camino en el taxi Hye contenía sus lágrimas, sosteniendo fuertemente su collar. Se sentía abrumada con todo lo que había ocurrido esa noche.

Nam permaneció en silencio mientras la observaba, como si entendiera que la contraria necesitaba su espacio.

La despedida fue rápida y ya en su habitación Hye decidió llorar todo lo que había contenido desde que vio al pelinegro.

Se sentía fatal, debió prevenir las cosas, ser más sincera como siempre alardea ser pero al parecer las cosas está vez se habían escapado de sus manos.

Con Jimin todo era un revoltijo y la razón muchas veces se le nublaba siendo reemplazada por latidos desenfrenados.

No había olvidado lo que dijo en aquel pasillo pensando que era Jimin a quien se lo decía. Esta vez sin filtros gracias a la explosión de emociones pudo decir lo que sentía y sin duda aquello le hacía ganar culpa.

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