Rosé había despertado tarde, desayunó e hizo su rutina de ejercicios como cada día. Porque ser una porrista no sólo tenía los beneficios de la popularidad sino que tenía ciertas obligaciones.
Ese día lo había esperado con ansías porque sería su segunda cita con Jisoo, quien había quedado de pasar por ella para llevarla almorzar y pasar todo el día juntas. Luego esperarían a que llegara Lisa y se irían a la feria con las demás.
Pero las horas pasaban y no había rastro de su futbolista favorita, hasta que su teléfono comenzó a sonar.
-¿Dónde estás?-Preguntó ansiosa Rosé-.
-Estoy en casa ha surgido un problema y no voy a poder ir por ti- Explicó lamentándolo-.
-Pero...¿por qué?-Preguntó totalmente decepcionada-.
-Han llamado a mamá para unos turnos extra y tengo que quedarme con Hayul, de verdad lo siento mucho...-. Rosé había visto un par de veces a la hermanita pequeña de Jisoo, era una preciosa niña de piel blanca y ojos café, tenía casi cuatro años.
-Yo podría ir a tú casa, así igual podemos pasar la tarde juntas-Dijo la porrista-.
-No es mucho lo que podemos hacer aquí seguro te aburres-.
-Yo sólo quiero estar contigo Jisoo-. La futbolista esbozó una gigantesca sonrisa.
-Entonces ven porque Kim Jisoo hará su pasta especial para el almuerzo-Expresó-.
-Llamo un taxi y yo creo que en unos 20 minutos estoy ahí, no comiencen sin mi-Le advirtió bromeando-.
-Te espero-. A penas colgó a Jisoo, llamó un taxi, sabía que debía aprender a conducir pero es que eso de los autos la ponía algo nerviosa, además nunca lo necesitaba, su hermana la trasladaba o su padre y últimamente Jennie quien se había transformado en su mejor amiga.
El taxi no tardó en tocar la bocina, se miró al espejo y aprobó su vestido que era casual y pasaba la rodilla en tonos azules con puntos blancos. Le dio la dirección y se puso sus audífonos para escuchar música.
Lo cierto es que había estado en casa de Jisoo no más de dos veces y nunca por mucho tiempo. Algo la ponía nerviosa y era que además de conocer un poco más de su chica también conocería a parte de su familia. No tuvo mucho tiempo de analizar su situación cuando ya estaba fuera de la residencia Kim.
Jisoo no vivía en un barrio tan acomodado como ella o Jennie, era más bien un barrio de clase media, lo que no evitaba que su casa fuera bastante bonita, se notaba que la señora Kim ponía especial atención en los cuidados del jardín. Recorrió el patio hasta llegar a la puerta de entrada para tocar el timbre. Jisoo no demoró en abrir la puerta con su hermanita en los brazos.
-Hola-Saludó la porrista dirigiéndose directamente a Hayul y tomado una de sus pequeñas manos-. Soy Rosé-Se presentó y le dio un beso en la mejilla-.
A la pequeña Manoban le gustaban mucho los niños, cuando iba a visitar a su familia se divertía mucho con sus primos más pequeños, toda esa energía que ella siempre tenía era solo equiparable a la que se tiene a esa edad.
-¿Y para mi no hay beso?-.Preguntó la futbolista frunciendo el ceño-. Rosé se acercó y le dio un beso en la mejilla.
-¿Sólo eso?-.Le dijo en tono de reclamo-¿Y mi beso de verdad?-.
-Jisoo- Le dijo en tono de regaño-Está Hayul-.Jisoo miró a su hermana que estaba más pendiente del juguete entre sus manos que de lo que pasaba entre ellas, por lo que se acercó y con rapidez le robó un beso.
-Ahora sí-Dijo con suficiencia-. Entraron y Jisoo dejó a Hayul en la silla para bebes que había en la mesa.
-Ya está listo, puedes sentarte-.La invitó Jisoo corriéndole la silla de manera caballerosa-.
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Solo Sexo [Jenlisa G!P]
De TodoJennie Kim, Porrista, Popular, Reina de Stanford, chica fría y con poca empatía hacia los demás. Habrá alguien que logre romper a aquella reina de hielo? Lisa G!P, si no le agrada abstenerse a leer, gracias.