― Trece meses más tarde ―Luhan mira su reloj una vez más, y esta vez lo observa, esperando a que la manecilla de los minutos llegue al número doce. Cuando lo hace, deja salir un "¡Cinco en punto!" de victoria y cierra el documento en el que estaba trabajando. Tras apagar su computadora, se pone de pie, toma su mochila del suelo y empuja su silla con ruedas bajo el escritorio.
Mientras sale de su cubículo y cierra la puerta, le sonríe a Amber, su colega.-¿Ya te vas? ―pregunta la joven. Amber siempre está bebiendo café en algún lugar de la oficina, pero curiosamente, su trabajo siempre está terminado. Luhan sonríe y asiente―. Ah, sí, ¡tienes que llamar a tu príncipe encantador! ―se burla ella.
―¡No es verdad! ―responde Luhan, fingiendo estar conmocionado.
―Vamos, todos saben lo que haces los viernes a la noche.
―De acuerdo, tal vez... ―Luhan sonríe.Luego saluda a Amber con la mano, toma su chaqueta del perchero y sale de la oficina. En un año, su trabajo se volvió de tiempo completo, lo que explica por qué ahora trabaja de nueve a cinco todos los días. Durante aquel año sólo pudo ver a Sehun tres veces, y por dos semanas cada vez. La última vez fue durante las vacaciones de mayo. Y ahora están a mediados de septiembre, y el otoño está haciendo su entrada.
Luhan se mete a su auto, tarareando una melodía suave. Para cuando llega a su casa, su tatareo se ha vuelto un desvergonzado griterío junto a la música en la radio. Entra a su casa con rapidez y sube las escaleras de su habitación. Se sienta frente a la computadora. Normalmente, Sehun lo llamaría en un par de minutos. Luhan espera, matando el tiempo en Tumblr.
Media hora más tarde, Sehun no ha llamado todavía. Frunce el ceño. ¿Sehun? No escucha el timbre la primera vez que suena. Sólo cuando el estridente ¡ding! resuena otra vez, se sobresalta y se pone de pie, curioso. Cuando alcanza el final de las escaleras, su pie se enreda en la correa de su mochila, que estaba arrastrando con él. Se saltea un escalón y tropieza antes de caer al suelo con un fuerte "¡Mierda!". El timbre vuelve a sonar, y Luhan sisea mientras se sostiene la rodilla, porque la ha golpeado con tanta fuerza que seguro morirá.
Con lágrimas de dolor en los ojos y al menos mil insultos en su mente, se pone de pie, aparta su mochila de una patada con furia y respira hondo para calmarse. El timbre suena. Luhan está casi seguro de que la persona al otro lado lo escuchó caerse, porque el ruido que produjo fue similar al de un elefante siendo impactado por un camión. Su rodilla duele tanto... Luhan cojea hasta la puerta. Y la abre.
Bueno, con razón Sehun no estaba en el Skype.Porque está justo frente a él.
Luhan lo mira por varios minutos, observándolo de la cabeza a los pies. Se olvidó completamente de su dolor, y todo lo que le queda es pura sorpresa. Espera a que la imagen de Sehun desaparezca, porque seguramente sólo es una ilusión...
―¿Luhan? ―pregunta Sehun, sonando preocupado, y eficientemente sacándolo de su ensoñación―. ¿Hola?
―Flgbl. ―Es lo único que Luhan logra articular. Pero su cuerpo aún funciona, y salta hacia adelante para darle un fuerte abrazo al chico (incluso si al hacerlo su rodilla se siente como si estuviera estallando como una bomba).
―¿Cómo estás? ―susurra Sehun. Luhan se encoge de hombros. Sehun ríe bajo, contra su hombro.
―¿Qué haces aquí? ―pregunta Luhan luego de un rato, cuando ha recuperado la capacidad de hablar, al menos.
―Estudiaré. En Beijing. En una escuela internacional ―responde Sehun. El chico de cabello rubio levanta la vista hacia él con los ojos muy abiertos.
―¿¡Y no me lo dijiste antes!?
―Sólo llegué hace dos días ―contesta―. Y no te lo dije antes porque no estaba seguro todavía, y no quería decepcionarte en caso de que al final no fuera a venir.
―Oh.
―Sí.
―¿Y dónde te estás quedando?
―Tengo un pequeño apartamento, no muy lejos de mi escuela. Y en caso de que te lo preguntes, tampoco está muy lejos de aquí.Luhan cree que ya necesita despertarse porque su sueño se está volviendo muy realista y placentero. Sehun viviendo en China significaría Sehun yéndolo a visitar todos los días, y en una fracción de segundo se ve a sí mismo viviendo con Sehun en la casa, compartiendo la renta; ve una cama doble y noches interminables en los brazos del otro; ve viajes a países extranjeros, anillos de compromiso, una luna de miel, felicidad y...
Parpadea y el dolor en su rodilla regresa, y ahora ve el suéter de Sehun y recuerda que por el momento solamente se están abrazando, incluso cuando ya es maravilloso.―¿Tienes algún plan para esta noche? ―pregunta con timidez y sonríe.
―Mmm... no lo creo ―dice, travieso. Luhan deja salir una risa alegre. Unen sus manos, y sus dedos se entrelazan torpemente al principio, pero luego se sujetan con fuerza. El rubio mira a Sehun durante un largo rato, y sonríen en silencio―. ¿Y tú? ―murmura Sehun. Luhan estalla en risas, y suena como una libélula despegando de una flor; por primera vez en años tal vez, es totalmente brillante, sin amargura oculta. Es una risa genuina.
―Tampoco tengo nada planeado ―responde en un susurro.
Luego entra con Sehun, cerrando la puerta a sus espaldas.
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WebCam.
FanfictionLuhan se queda observando la pantalla; su corazón está completamente callado. Seguramente ha dejado de latir. Permanece inmóvil frente a la computadora durante varios minutos. Es como si, al haber apagado la webcam, hubiera hecho desaparecer a Sehun...