Las cartas

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Narra Gina:
Cuando vi a Alex caer sentí un dolor tan grande que no podría explicar, mi amiga, mi compañera había cometido el pero error de su vida y yo no lo pude evitar, estaba tan arrepentida de no haberla escuchado aquel día, si tan solo le hubiera dado una oportunidad para que me explique todo

—Gina

—Juan ¿Por qué? —me queje mientras me aferraba a él
—nadie tuvo la culpa —dijo Juan llorando

—ella callo Juan, está ahí y no hay nada que yo pueda hacer —suspiré profundo —al menos tu te quedaste a escucharla y yo no

—no te culpes nadie sabía que esto pasaría si, tú siempre la apoyas te en todo y lo sabes

Las palabras de Juan me hacían bien

—Juan, Gina, Santi

—¿Qué pasa Clara?

—¿les parece que si luego  vamos a buscar la carta que nos dejó?

—Primero apoyemos a su familia si nosotros estamos mal ellos deben estar peor

—lo siento tanto señora, no pude evitarlo

—ay Gina, mi bebé

Yo la abrace muy fuerte, ambas nos aferramos una a la otra

—si necesita algo aquí estamos todos para cualquier cosa

—gracias niños

Todos apoyamos a la familia de Alex

—no son tan malos como pensé —dijo una de las tías de Alex.

—espero y nos den la oportunidad

—se puede considerar

Fue algo que me alegro por un instante, yo le sonreí y mire hacia otro lado

—Mario…

—siento que todo esto es culpa mía

—yo también me siento mal, pero

Juan me hiso comprender que esto no es culpa de nadie si

—si tan solo la hubiera escuchado

—me siento igual Mario, yo la deje allí y no fui capaz de decirle algo

Nos quedamos en silencio por un rato

—ella me dejó una carta…

—¿puedo verla?

Mario asintió y me la dio
Después de que leí esa carta recordé muchos momentos los cuales pasamos hablando de lo mucho que el le gustaba, me sentí aún  peor, no me pude despedir, yo no pude si quiera hablarle por última vez

—¿estas bien?

Me quedé mirando al suelo evitando llorar

—¿Qué vamos hacer sin ella?

—no pienses así, todos estamos mal, pero aún no sabemos lo que pueda pasar

—tienes razón

Mire Mario fijamente y pude notar como estaba roto por dentro

—mejor lean la carta que ella les dejó

—chicos busquemos la carta y nos reunimos aquí de nuevo para leerla 

—¿quieres que te acompañe?

—sí, gracias Mario

Fuimos lo más rápido que pudimos a mi casa

—¿será que me la dejó a mi?

La vida detrás de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora