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Anne ya no tenía uñas en sus manos debido a que se las mordía por toda la ansiedad que estaba viviendo en los últimos días. Era sábado y los exámenes de admisión a Queens estaban prontos a realizarse, anhelaba presentarlos más que cualquier otra cosa en el mundo, pero sabía que eso no iba a ser posible. Bajó los escalones y caminó siguiendo el olor de las castañas asadas provenientes de la cocina. Sintió que no podía mantenerse ni un momento más de pie, le faltaba el aire y las ganas de vomitar hicieron que tomara asiento en la primera silla que vio en el trayecto.

La puerta fue tocada nada más y nada menos que por Gilbert Blythe. Fue ahí donde nuestra pelirroja pensó que mejor era estar muerta. ¿Qué hacía él ahí?

-¡Gilbert! -exclamó Marilla sonriente- Pasa, pasa. Anne, ¿conoces a Gilbert?

Más de lo que creía.

-Somos compañeros de escuela, pero solo eso -se limitó a bajar la vista.

-Nuestra Anne es muy tímida -empezó la mujer mayor con una sonrisa-, dime, ¿cómo está tu madre?

-Muy bien, gracias -respondió rápido sin quitar la mirada de la chica.

Al ver eso, Marilla borró su expresión con duda y enojo.

-Dime, ¿harás los exámenes de admisión a Queens?

-No, iré a la universidad de Toronto.

-¡¿Toronto?! -Anne no pudo con la sorpresa.

-¿Por qué exclamas de esa forma? -preguntó la mujer- ¿Acaso no sabes que es Toronto?

-Lo siento -murmuró-, es que está muy lejos.

-Yo mismo decidí que así fuese -afirmó con dureza.

-Pero cuatro años son demasiado.

Marilla volteó con una expresión de duda.

-¿Ustedes ya se conocían? Parecen amigos muy íntimos.

-¡De la escuela! -ambos exclamaron al unísono.

-Matthew está en el granero -señaló la mayor al muchacho.

-Gracias -éste se fue.

Anne lo siguió a paso rápido, ¿como que se iría tan pronto? ¿Por qué no le había dicho? Quizá porque no se hablaban desde febrero. Se había acostumbrado a su compañía, era divertido estar con él y comer manzanas juntos, pero cada uno tomaría su camino y era muy poco probable que esos momentos de diversión reviviesen.

-¡Espera!

-¿Que ocurre? -preguntó frenético.

-No quiero que te vayas tan lejos.

-Es mi decisión, no la tuya -siguió caminando.

-¡Oye! -volvió a gritar.

-¿Que ocurre?

Anne empuñó sus manos, miró al césped que se estaba tornando de naranja gracias al atardecer, dio unos pequeños saltos conteniendo el sentimiento que estaba próximo a salir para luego pararse en puntillas, poner las manos en las mejillas de Gilbert y besarlo como señal de que siempre lo había amado, pero una mezcla de miedos y cobardía no habían permitido el resultado de esa acción totalmente impresionante. Cuando se separaron, Gilbert juntó sus cejas con un sentimiento que solo él y nadie más entendería.

-¿Segura que es esto lo que quieres?

-Te quiero a ti solamente, eres tú y nadie más, Gilbert Blythe.

Entonces volvieron a darse un beso, esta vez con la iniciativa del chico, tan feliz porque realmente ese momento estaba sucediendo. Marilla y Matthew Cuthbert miraban desde sus respectivos lugares, los dos con sorpresas distintas. La mujer puso una mano su falda, la apretó y caminó con ira hasta la chica, quien estaba tan distraída que no notó su presencia hasta que prácticamente estuvo sobre ella. Habían tantas explicaciones por dar, pero Anne Shirley-Cuthbert tenía las palabras correctas para todo lo que viniese.

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¡Próximo capítulo será el final!
Tengo una bella historia en mente para ustedes, seguro la amarán.
Amor y luz;
Cass🌻🌈🍑

「𝐅𝐥𝐲 𝐚𝐰𝐚𝐲 𝐡𝐨𝐦𝐞 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora