Momo es una gata que posee la habilidad de convertirse en humana. Aunque no entiendo el por qué. La respuesta a su pregunta se ve contestada en su vida adulta, cuando conoce a su dueña sucesora de forma inesperada, quien tiene un miedo irracional a...
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4 años atrás.
La pequeña Momo vagaba por las calles Seúl, habían pasado unos dos días desde que perdió a su madre de vista. Su olor ya no era perceptible, por lo que se podía decir que no estaba para nada cerca de ella. Era claro que de ahora en adelante estaría sin compañía y debía cuidare.
Nadie se atrevía a preocuparse por ella, solo la miraban extraño. Ni siquiera preguntaba si estaba sola, las personas simplemente estaban pendientes de sus frívolas vidas como para tener compasión por una niña.
Solo una desde lejos la miró y corrió hacia ella con el objetivo de poder ayudarla.
— Hola, pequeña ¿estás sola? — Una chica rubia le preguntó a la niña.
La niña solo asintió con la mirada gacha, la chica rubia se colocó a su altura para seguir hablándole y perdiera un poco el miedo.
— Creo que nos abandonaron. — La mirada de chica rubia se volvió triste pero luego cambió eso por una leve sonrisa dedicada a la menor a su frente.—Dicen que la comida ayuda a aliviar el dolor, ¿podrías acompañarme?
La chica mayor caminaba al lado de la niña guiándola por el camino justo para parar en un local de comida, ambas se sentaron al lado de la otra y empezaron a pedir, o bueno más bien la mayor porque la pequeña Momo estaba nerviosa.
— Por cierto, soy Dahyun ¿cómo te llamas? — De repente preguntó, realmente pensó que no escucharía la voz de la niña.
— S-soy Momo. — Tartamudeó mientras agachaba la mirada y sentía sus ojos empañarse.
Dahyun se dio cuenta de que estaba apunto de llorar por alguna razón, así que tomó ambas mejillas y la hizo verla. Unas lagrimas yacían en la esquina de sus ojos por lo que la mayor rápidamente la abrazó brindando su apoyo para que llorara y dejara escapar todo. La pequeña Momo empuñó sus manos en el suéter color crema de Dahyun dejando sus lágrimas impregnadas en la prenda de ropa.
— Está bien llorar — Comunicó Dahyun peinando el corto cabello azabache de la niña y también dejó escapar algunas sin querer.— La vida no es fácil.
Luego de aquel emotivo momento, ambas chicas salieron del lugar para ir a la policía y reportar la desaparición.
