Meow, misterious Girl.

✼;Capítulo 4

❝El más pequeño felino es una obra maestra.❞ (Leonardo da Vinci)

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Otro fin de semana para Dahyun era uno de los regalos más fabulosos que podía tener, su horario la consumía un poco por lo que descuidaba la limpieza de su hogar, aparte que no le daba la atención debido a sus mascotas. Ahora lo sabía, estaría con sus dos amigos peludos por lo que restaba del viernes y los demás días. Estaba planeando algo divertido para variar y sacarse un poco de su aburrida rutina semanal, aunque con Momo en casa siempre habían cosas nuevas por experimentar. 

Justo sus planes se ven arruinados porque al parecer uno de sus amigos ni siquiera la miraba. No era como en otras ocasiones, era obvio. Dahyun sabía que había algo diferente en ella, su apatía no era como la de todos los días. Porque realmente había estado acostada en su cesta desde que Dahyun se fue y regresó, su plato de comida estaba a medias, pero las pequeñas manchas en la boca y barbilla de Ari le hicieron saber que no era Momo quien lo comió, sino el lindo perrito.

Ella se acercó a la cesta donde se encontraba Momo respirando tranquila, pero no estaba dormida, simplemente no tenía ánimos de nada. Dahyun se colocó a su altura y tocó su cabeza.

 — Mi pequeña Momoring está enferma. — Informó cuando notó que su temperatura era más alta que de costumbre. 

La tomó en brazos y la llevó a su habitación para acostarla en la cama. Cuando entró a su cuarto de inmediato la acostó y Momo volvió a su forma humana. Su nariz estaba un poco roja y empezaba a estornudar mucho, Dahyun la arropó bien y fue a traerle algunas cosas para su resfriado. No sabía la razón para que se enfermara, porque a pesar de que afuera pudiese hacer mucho frío Momo era cuidadosa y se abrigaba bien antes de salir. 

Momo empezó a lagrimear pronto Dahyun volvió a su lado y empezaba a tallar sus grandes ojos con ambas manos, su comportamiento era muy similar a la de un niño pequeño, la rubia sonríe al verla tan tierna, no puede evitarlo aunque lo niegue.

— No me quiero morir, Dahyunie.— Mencionó ahogándose en su llanto, dramatizando una escena, la coreana miraba divertida su acción.

A pesar de que Dahyun siempre trataba de ser un poco fría con Momo de esta manera se le hacía imposible. Además de que recordaba a su madre cuando ella misma enfermaba y la cuidaba dándole todo el amor que podía, ella siempre decía: 

— «La medicina más efectiva es el amor» — Dahyun se colocó de rodillas para poder mirar más de a Momo y con su mano acariciaba el cabello negro de Momo. — Te cuidaré como si fuera tu madre para que no mueras.

En la mente de Momo eso sonó sumamente vigoroso, Dahyun quería cuidarla y salvar su vida. Un acto sumamente hermoso para la azabache. Aunque la idea de que Dahyun fuera su madre no le gustaba para nada.

— Solo tengo una mamá, gracias. — Le reveló Momo sorbiendo un poco porque su llanto estaba cesando.

— Bueno, acá estará tu unnie para cuidarte. — Bromeó Dahyun.