El será mío hermana

La maldición de tsubaky

Jajaja Encontré un error en mi historia ... El padre de Kikyou y el hijo mayor de Izumi son ambos nombres Haruki ... (suspira) ¡oh, bueno! Mi amigo dice que ese era un nombre popular. Por favor, no importa el nombre doble! Yo mismo lo entendí y no quiero que mis lectores se confundan. Lo siento por eso.

Ismae sonrió mientras observaba a su hija mirarse en el fino shiromaku (1) en el espejo. Su largo cabello negro estaba colocado en un bunkin-takashimada (2) que contenía peines dorados y pequeñas flores blancas colocadas maravillosamente en sus mechones negros. Tenía la cara pintada, ya que sus rosados ​​labios ahora eran de un rojo brillante mientras llevaba un hermoso collar que contenía un rubí en el centro.

Prepararse para esta boda fue una tarea difícil. Bañarse en agua perfumada que estuvo helada durante horas y que se frotaran aceites haciendo que su piel se pusiera en carne viva no era más que un dolor. Pero ahora su piel brillaba, mientras olía a jazmín que irradiaba de su cuerpo. Kagome no pudo evitar sonreír. Estaba a punto de casarse con el amor de su hermana. Su amor. Sesshomaru Era muy sexy, espléndido y es un amante impresionante. Cómo no podía esperar para finalmente ser suya.

Escuchó un sollozo mientras giraba para encontrarse con Estuko, quien no pudo evitar sonreír. Kagome sonrió mientras volvía a su reflejo para asegurarse de que todo estaba impecable, cuando de repente, una figura se levantó.

"¿Cuál es el problema Tsubaki?" Preguntó Kagome. La sacerdotisa oscura se deslizó hacia la ventana cuando inesperadamente saltó hacia atrás. Un ki dominante estaba rompiendo su hechizo. Se le estaba llamando algo. "¿Tsubaki?" Gritó Kagome.

"Todo está bien, Kagome-sama. Si me disculpas, tengo algo de qué ocuparme". Dijo mientras salía rápidamente de la habitación hacia el aura que la llamaba. 'Kikyou' pensó mientras abría las puertas del castillo. Era hora de que su maldición completa tuviera lugar. Kikyou sabía lo que estaba sucediendo, y Tsubaki tuvo que completarlo rápidamente.

Pasó la mano por el vial de vidrio que estaba lleno de su sangre, la sangre de la sacerdotisa Kikyou. Tsubaki apretó los dientes al solo pensar en ella. Cómo despreciaba a esa mujer. Su shikigami se deslizó alrededor de su brazo ya que no pudo evitar sonreír mientras abría la tapa del frasco y sostenía a su mascota encima mientras apretaba suavemente su cabeza, el veneno goteaba de sus colmillos mientras caía en el frasco de sangre que lentamente comenzó a Convierte un ligero verde mar. Tsubaki sonrió mientras dejaba escapar una risa. Todo lo que tenía que hacer ahora ... era conseguir que ese hombre suyo bebiera esto.

"Su corazón lo anhela, por lo tanto, está debilitada. No podrá romper esta maldición hasta que se le recuerde su corazón. Eso nos dará mucho tiempo. Su mente está débil", susurró. Todo lo que tenía que hacer ahora era conseguir que Sesshomaru bebiera esto. Su amor tiene que beberlo para que la maldición continúe.

Sacudió el frasco mientras murmuraba una maldición y colocó el frasco en su bolsa mientras caminaba dentro del castillo. Sintió una mirada sobre ella, ya que instantáneamente supo que era Ismae.

"¿Lo has hecho? ¿Está listo?" Ismae cuestionó, sus agudos ojos de zafiro ansiaban el dolor de sus hijas. Tsubaki asintió mientras la Dama sonreía.

La sacerdotisa oscura entró en el comedor donde se tomaría el desayuno. Se acercó a la copa de plata, el cáliz que usaba Sesshomaru. Rápidamente vertió el frasco de sangre mientras cubría la copa, cualquier bebida que deseara; él obtendría la maldición, que instantáneamente se haría cargo de Kikyou. Ella no pudo evitar sonreír ante su plan. Cómo había trabajado duro para esta simple maldición, pero fue para Kikyou, lo que la hizo digna de elogio.

Solo un problema la enfrentó, Sesshomaru era un demonio travieso. Él podría sentir la sangre de su amante y puede sentir una amenaza. Pero tan pronto como entra en esta habitación, el talismán entrará en vigencia instantáneamente, entorpeciendo sus sentidos. Ella quería dejar escapar un grito de satisfacción. Todo estaba funcionando perfectamente. Todo iba según lo planeado.