Narra Sienna
Me levanté con un dolor de cabeza insoportable y me encontraba algo desorientada, decidí bajar a la cocina a desayunar para poder tomarme una pastilla, era mi primer día de trabajo y aunque no tenía muchas fuerzas me vendrá bien ir para despejarme.
Iba bajando las escaleras cuando escuché ruidos extraños que venían de la planta de abajo pero pensé que podrían ser las empleadas. Al llegar abajo me dispuse a entrar por la puerta de la cocina cuando...(pero imbécil como se te ha podido olvidar esto) encontré a aquel dios griego haciéndome el desayuno que consistía en un zumo de naranja natural y unas tortitas con sirope de chocolate. (¿Cómo sabe Ethan que es mi desayuno favorito?)
Ethan:-Buenos días principessa. - Dijo al verme, se acercó y me dio un beso cariñoso en la frente. -¿Cómo estás cielo? Tenía pensado llevarte el desayuno a la cama pero te has adelantado.- (¿Puede ser más perfecto este hombre?)
Sienna:-¿Dónde está Ethan y qué has hecho con él?- Pregunté extrañada, Ethan no solía ser amable y mucho menos una persona cariñosa.
Ethan:-Oh Ethan, gracias por dejar plantada a Stella para venir a cuidarme, quedarte conmigo toda la noche y hacerme el desayuno, no tendrías que haberte molestado guapo.- Dijo intentando imitar mi voz.
Sienna:¡Oye! Que yo no hablo así- dije haciendo un puchero con los labios como una bebe enfadada.
Ethan:-¡Oh!¡Claro que sí!- Dijo imitando la cara que puse. -Bueno siéntate que desayunemos y te tomas una pastilla que hoy empiezas tu trabajo.- Dijo sentándose en la silla.
Sienna:-Sabes que tienes que llevarme a la empresa, ¿Verdad?- Dije dándole un sorbo al delicioso zumo que me había preparado.
Ethan:-Si te duchas para parecer una persona decente te llevo.- Dijo riéndose.
Entonces no me quedó otra que terminar el desayuno y marcharme a la ducha. Después de aquella ducha relajante me sentí un poco mejor, fui a mi cuarto enrollada en una toalla a vestirme , cuando estaba en ropa interior entró Ethan sin previo aviso.
Sienna:-¡ETHAN! ¡Pero no mires!- Dije tapándome como pude.
Ethan:-Pero si solo venía a por mi móvil.- dijo a modo de disculpa levantando las manos y dándose la vuelta. -¿Te vas a poner esa gabardina con ese tanga?¿En serio? Que poco gusto tienes, te vendría mejor uno negro, no el blanco.-
Sienna:-Pero si no lo va a ver nadie, ¿Qué más da?- Le reproché.
Ethan:-Imagínate que ocurre un milagro y un chico quiere acostarse esta noche contigo, si viese como has combinado tu ropa lo ahuyentarías seguro.- Empezó a explicarme aun dándome la espalda.
Sienna:-¿Perdona?¿Cómo que un milagro? soy yo la que tiene que ir esquivando a los chicos que vienen detrás de mi.- Alardeé. (Aun que todos sabemos que eso no es verdad)
Ethan:-¿Qué?¿Cuántos?- Dijo algo celoso. (¿Celoso?)
Sienna:-Date la vuelta anda, ya he terminado.- Le avisé llevando mis manos a la cintura haciendo poses. -Y no te lo voy a decir pero dudo que sepas contar más de diez.-
Ethan:-¿Me estás llamando tonto?- Preguntó ofendido.
Sienna:-No, solo te digo que tu inteligencia es limitada.- Le aclaré poniéndome la gabardina. -A demás, son ya las ocho y media y vamos a llegar tarde por tu culpa, otra vez.-
Ethan:-No tienes remedio...- dijo negando con la cabeza.-Venga, vamos.-
Fuimos al auto de Ethan y llegó el momento de poner música. Él ya tenía su móvil conectado pero yo quería tener el control, le arrebaté el teléfono de las manos y puse Spotify.
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En números rojos
RomanceNo se permite la adaptación ni copia de esta novela sin la autorización de la escritora.© La familia Russo deja atrás Italia para vivir el sueño americano, pues a Armani Russo se le ha presentado una nueva oportunidad en San Francisto junto a un ant...