Halloween

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Los padres de Eva se iban el Viernes por la mañana y no volverían hasta el Domingo. Era Sábado, el día de la fiesta, todos sus amigos se habían quedado a dormir en su casa el Viernes para preparar la fiesta todos juntos. Para comer se hicieron unos macarrones y poco después empezaron a preparar las cosas y a prepararse. 

El primero que se disfrazò fue Gèrard, que iba combinando con Flavio. Habían decidido hacer referencia a una de las películas de su infancia, Gèrard iba de Woody y Flavio de Buzz Lightyear. Flavio se había comprado un disfraz de éste mientras que Gèrard llevaba una camisa de cuadros metida por dentro del pantalón, un gorro de vaquero y unas botas. Aunque al principio resultaba gracioso estaba muy guapo.

-Es que nada te queda mal- Anne lo miraba de arriba abajo, se lo comía con la mirada.

Gèrard se acercó a ella, decidido y con una mirada pícara. La besó. Fue un beso con pasión, ambos tenían sed de sus labios.

-Pero bueno vaquero- ella no se lo esperaba, le pilló desprevenida, pero le gustó, y tanto que le gustó.

-¿Y tú cómo vas a ir?

-Ya lo verás

Eva y Anne habían decidido ir de la pareja de una de sus películas favoritas, la novia cadáver. Anne iba a ir de la novia y Eva de Victor. Llevaban varios días preparándolo, Anne tenía un vestido blanco que con la ayuda de su amiga  descosió, rompió y manchó para que se pareciera al de la película. Eva se iba a poner un traje de su padre que le quedaba un poco grande y una corbata negra, la magia de los disfraces iban a estar en el maquillaje, por eso iban a llamar a Ari para que les ayudara.

Mientras Ari le indicaba a Eva como maquillar a Anne el resto también se estaba preparando menos Flavio y Gèrard que ya lo estaban.

Poco a poco fueron saliendo de las habitaciones ya vestidos. La primera fue Sam que iba de Miércoles de la familia Addams, llevaba una peluca con trenzas, un vestido negro y se había pintado un poco la cara de blanco para parecerse más al personaje.

Las siguientes en salir fueron Anaju y Maialen que llevaban unos de los disfraces más curiosos. Anaju iba de palomita y Mai de brócoli, ambas habían decidido ir conjuntadas yendo de sus comidas favoritas.

Las últimas que salieron fueron Eva y Anne, estaban espectaculares, el maquillaje les había salido mejor de lo esperado. Eva pintó un poco a Anne de azul, no mucho, no quería que pareciese un pitufo. La sombra de ojos le había salido perfecta, por no hablar de la herida falsa que le pintó en el pómulo. Anne también había hecho un gran trabajo con el maquillaje de Eva, había logrado que pareciera pálida pero no muerta. Las dos estaban muy orgullosas de su trabajo y cuando fueron al salón a ayudar a los demás las recibieron con aplausos y vítores.

La fiesta empezaba a las 21:00, y sobre esa hora empezó a llegar la gente. Era increíble la de gente que había decidido ir a la fiesta, la mayoría disfrazados. Algunos disfraces eran muy originales, como el de Eli, que iba de Bob Marley. Se había pintado perilla y sus rastas, que normalmente las llevaba recogidas, estaban sueltas, cayendo en sus hombros.

Eran las dos y la casa de Eva estaba llena de gente, la música a tope y todo el mundo con unas cuantas copas de más. 

Anne y Gèrard bailaban pegados cuando de repente todo el mundo empezó a aplaudir. Fueron a ver qué pasaba y se encontraron a Mai con un chico, comiéndoselo a besos. A Gèrard se le dibujó una sonrisa en la cara.

-Bruno!- gritó.

Bruno era el novio de Mai, él era de Ceuta pero había ido hasta allí para darle una sorpresa, Gèrard lo sabía, le había ayudado, pero con tanto revuelo lo había olvidado por completo. Gèrard fue a saludarle y a darle un buen abrazo, a parte del novio de su hermana era su amigo. Mientras, Anne iba hacia el jardín para tomar el aire, no se encontraba muy bien, de camino vio como Eva se enrollaba con Hugo, un chaval de su clase que había ido a la fiesta con sus amigos disfrazados de cazafantasmas, también observó como Anaju  se liaba con Nick, como Jesús tonteaba con Nia y como Ari y Eli bailaban pegadas, “madre, puedo sentir la tensión sexual desde aquí”  eso fue lo que pensó cuando las vio. Cuando llegó al jardín se encontró a gente en la piscina, gente cantando, saltando… le dolía la cabeza, todo le daba vueltas “no debería haber bebido tanto”. Gèrard fue a buscarla, quería que Bruno la conociera, pero cuando vio como estaba decidió que no era la mejor opción.

-Anne estás bien?

-Si si- Anne no se quería ir, y sabía que si le decía a su novio como estaba la llevaría a casa.

-Vale…- no quería insistir, la conocía y sabía que bien no estaba, pero si ella se quería quedar él no era nadie para decirle que no. Eso sí, estuvo el resto de la noche vigilando que no bebiera mucho más.

Flavio llevaba todo el tiempo intentando bailar con Sam, pero no se atrevía a pedirselo. Bailó con todo el mundo, y en una canción, tras otra, siempre hacía lo mismo. La miraba, miraba como se movía y se quedaba embobado, y ella lo sabía, lo sabía porque también le miraba, le miraba desafiante, con ansias de que se atreviera a dar el paso. Al final no lo hizo, no se atrevió, pero ella en ese momento solo pensaba en él, así que fue hacia donde él estaba, le tocó el hombro, él se giró y lo besó. Le cogió de la mano y se dirigieron hacia las habitaciones, entraron en la primera que vieron, lo tiró en la cama y empezó a quitarse la ropa mientras se besaban. Quitarle el traje de Buzz fue más fácil de lo que parecía.

-Sam, estás segura?

-Segurísima- entonces cogió su bolso y sacó un preservativo. 

Y empezaron un vaivén de sentimientos, de roces, de cuerpos… se deseaban y aunque nunca se lo habían dicho ambos lo sabían.

Pasión.

Respeto.

Fuego.

Alegría.

Una montaña rusa de sentimientos.

Abajo, la fiesta continuaba, para unos más que para otros. Ari y Eli habían recortado la distancia que les separaba y se disfrutaban. Nadie sabía cómo habían acabado así, no se soportaban, quizás el alcohol, quizás no. Las dos creían que estaban borrachas, pero la verdad es que apenas habían bebido aquella noche.

A Anne el alcohol le empezó a hacer efecto, y desde el salón se le podía escuchar en el baño echar todos los cubatas que había bebido. Con ayuda de Gèrard consiguió que al menos no se manchara el vestido. Pero ahora si que la iba acostar. Gérard decidió que lo mejor era que Anne se quedara a dormir en casa de Eva, la conocía y sabía que no quería aparecer en esas condiciones por su casa.

Gèrard la cogió en brazos y la llevó a la habitación de la última planta. La casa de Eva era realmente grande. Cuando la dejó en la cama empezó a quitarle la ropa para que estuviera cómoda. Le quitó las botas, le quitó el vestido con cuidado para no despertarla, se había quedado dormida muy rápido. La desmaquilló y le puso, como pudo, una camiseta larga para que estuviera más cómoda. Por último la arropó y le dio un dulce beso en la frente.

-Buenas noches- le susurró, la quería, la quería muchísimo, y no se cansaría de cuidar de ella.

Cuando iba a abandonar la habitación ella le habló.

-Gèrard…

-Si?- se acercó a ella

-Te quiero- a Gèrard el corazón le iba a mil, la miró, le acarició la cara con todo el cariño del mundo y le dijo lo que sentía.

-Y yo, te quiero, muchísimo- ambos se miraron, aunque los dos llevaban unas copas de más sus ojos decían que todo era verdad, que lo sentían de verdad. Con una mirada se sinceraron.

EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora