tix tix

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Ya llevaba unas semanas ahí y ayer por la noche Jimin se encontraba nervioso y ansioso ¿tal vez?
Desayunamos juntos y el desayuno hoy era simple a comparación de algunos otros días, en estos últimos días Jimin ya no me tomaba de la mano como solíamos hacer o cada vez que nos encontrábamos solos  o salíamos de la choza con o sin Jungkook ese "bamce" de pelaje lindo y sedoso.
—Van prepara tus cosas tenemos que irnos—-dijo un Jimin dándome una media sonrisa, algo ahora muy común después de estos días.

Él no me había  mencionado a donde exactamente iríamos, solo dijo que me traería recuerdos y tal vez cambiaría mi rumbo y uno de esos tal vez y era dejar aquel mundo de ensueño con aquel chico encantador que sorpresivamente me había robado más de un suspiro.

Esta vez Jungkook y Namjoon nos acompañarían a aquel lugar que decidirá mi destino a partir de unos minutos, caminos a lo largo de unos 15 minutos, Jimin de nuevo no sostenía mi mano, el calor que sentía en mi palma era diferente y me hacía estar segura que ese tacto no era de Jimin si no Jungkook y Namjoon que de a ratos me dedicaban una sonrisa y para hacer más ameno el ambiente contaban chistes.

Llegamos a un palacio aproximadamente como el de los astros, así de alto y así de grande.
Tenía un cartel como el otro pero ahora con letras que entendía, era un japonés tradicional y era como un palacio del tiempo o algo así.

Jimin ahora era el que tomaba mi mano, al tener ese contacto con él, todo mi cuerpo se estremecía y me hacía sentir cosquillas en las palmas de mis manos, en el estómago.

Caminábamos por un largo pasillo blanco muy blanco a decir verdad, todo los detalles y cuadros tenían un leve tono de color, Jimin de un momento a otro se detuvo frente a una puerta con decorados azules brillantes y ahí fue cuando por fin Jimin volvió a mirarme a los ojos y dedicarme una sonrisa, aquella que como ya dije me mostraba un cielo hermoso, uno diferente a los demás, con tan solo sonreír me mostraba un nuevo mundo, uno que solo yo podía ser capaz de admirar y me sentía tan afortunada.
De repente sus ojos comenzaron a aguardarse, esos ojos hermosos color miel, aquellos que desaparecían cada vez que sonreía, no dude en envolverlo entre mis brazos y acariciar su cabello rubio —Van no te vayas, no me dejes——gimoteando sobre mi hombro.

Después de un rato de consolar a al pequeño e indefenso Jimin, nos adentramos a aquel lugar que tan deprimido tenía a Jimin y prontamente a mi, yo no quería dejar a Jimin por ninguna circunstancia.

Después de un rato, me encontraba en lugar que había visto alguna vez en mi vida o tal vez muchas, se me hacía un tanto conocido y cuando logré reconocer en donde estaba comenzaba a desesperarme, era aquel lugar, aquel hoyo profundo del árbol donde caí y "perdí la vida", comencé a retroceder topándome con algo, mientras voy volteando poco a poco, me encuentro con el fornido pecho de Park Jimin, mi ángel guardián desde entonces.

Ahora la que comenzaba a empapar su camisa blanca de lágrimas era yo, y otra vez Jimin me consolaba y resguardaba de todo lo malo que podría haber en este mundo.

Y ahora sabía por qué Park Jimin aquel ángel principal del cielo tenía tanto miedo, y yo tal vez en segundos podría perderlo, tal vez él se desvanecería y ya no lo tendría en mis brazos.

Jimin no te vayas, no me dejes.

i met a god; pjm 🌱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora