Pansy y Draco hacen una apuesta: si él gana, ella se disculpará con Hermione y le confesará sus verdaderos sentimientos, pero si el mago pierde, deberá alejarse para siempre de Harry Potter. Este será solo el principio de una serie de problemas y en...
N/A: Quería avisar de que viene un poco de drama y angustia en este capítulo y quizá en los siguientes, pero bueno, todo pasa y esto también pasará.
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La cabeza de Pansy colgaba por detrás del codo de Tonks: había vuelto a caer dormida, pero el fuerte sol en sus ojos y los gritos que se estaban dando Umbridge, su amigo Draco, y Harry Potter la despertaron un poco haciendo que abriese los ojos. De inmediato los volvió a cerrar, pues no se sentía preparada para lo que se le avecinaba.
-¡Hagrid, están intoxicadas, llévalas a la enfermería, por favor! –Pidió Tonks.
-¡Señorita Tonks, eso tengo que decirlo yo, que para eso soy la directora nombrada por el Ministerio! ¡Hagrid, lleva a Miss Parkinson a la enfermería ahora mismo! –Exclamó Umbridge tras aclararse la garganta. – ¡Tú no, pequeña sabelotodo! ¡Tú te quedas a explicarnos qué le has hecho! –Añadió Dolores apartando bruscamente a Hermione, que se disponía a acompañar a Hagrid, quien ya cargaba de brazos de Tonks el cuerpo seminconsciente de la joven bruja.
-¡Ella también necesita ir a la enfermería! ¡Ya habrá tiempo para explicaciones, aunque si quiere se lo puedo contar yo! –Gritó Tonks indignada. Nada de eso la sorprendía, pero no esperaba que ni siquiera dejasen ir a Hermione con la señora Pomfrey.
-Toma, Hagrid, comimos esto. Dáselo a Mrs Pomfrey –dijo Hermione, adelantándose para meter en un bolsillo del semi gigante una de las bayas que aún conservaba en el bolsillo.
Desde lejos vieron acercarse corriendo a Minerva McGonagall. Se situó al lado de Hermione, y le preguntó si se encontraba bien.
-Ha comido bayas tóxicas, pero la directora no la deja recibir atención médica –dijo una indignada Tonks.
-¡Dolores, le exijo que deje a la señorita Granger acudir a la enfermería! –Dijo indignada McGonagall.
-¡No está usted en posición de exigirme nada, la directora soy yo! –Replicó Dolores Umbridge.
-¡Tiene usted que dejar que Hermione vaya a la enfermería! –Terció Harry.
-¡Cállate, Potter! ¿Por qué piensas que siempre necesitamos escuchar tu opinión? ¡Siempre deseando llamar la atención y hacer drama! –Intervino Draco.
-Ven conmigo, Mione –susurró Tonks a su oído con disimulo. Vamos a la enfermería mientras estos siguen con lo suyo. Cógete de mi mano y sube a mi escoba, no tengas miedo. Vas a ir delante y yo te sujeto. No te voy a dejar caer, tranquila.
Y así fue cómo una todavía mareada Hermione voló con Tonks hacia la enfermería, mientras Tracey Davis gritaba que se estaban escapando, Umbridge prometía a Tonks que haría que la despidiesen por aquél desacato a su autoridad, y Minerva sonreía ocultando su boca con la mano. Mientras la aurora con una mano se aferraba a la escoba, con la otra sujetaba a la joven bruja por la cintura, manteniéndola pegada a su cuerpo. Hermione sintió nauseas con el rápido movimiento y la altura, pero tragando saliva pudo contenerlas. En poco tiempo estuvieron en la enfermería, a la que Hermione entró pasando un brazo por encima del hombro de Tonks. Aquél viaje en escoba no le había sentado del todo bien, aunque le hubiese servido para huir de Umbridge.
