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Claudine miró sorprendida a su amiga. Al parecer Futaba nunca dejaba de sorprenderla, pero sobretodo de conocerla.

—Hey, ¿Qué haces con todo eso? Supongo que sólo vas a tomarte unas vacaciones, ¿Verdad?— la pelirosa se apoyó en la pared mientras cruzaba sus brazos.

La contraria la miró algo desilusionada, para después sonreírle y sentarse un rato en su cama. No podía mentirle, ella sabría notarlo y la detendría, pero ¿No era eso lo que ella quería? Estaba algo confusa para seguir pensando, aún así, se recordó a sí misma que ya había tomado una decisión.

—Un día más, es todo. Después tomaré mis maletas y me iré, ¿De acuerdo?— la menor la miró confusa y se acercó para poner su mano en su espalda y mirarla preocupada.

—¿Estás segura? ¿Porqué haces esto?—

—Quieres que pasemos este último momento juntas, ¿No?— la ojiamatista no quiso negarlo y asintió con vergüenza —Te debo muchos favores Futaba. Siempre me apoyaste en todo, así que no le veo nada de malo, tranquila—

—Pero... Tendo— fue interrumpida al ver cómo su amiga agachaba su cabeza —E-Entiendo... Perdón— suspiró mientras pensaba en que podía hacer al respecto —¿Te gustaría ir a algún lado en especial?—

—Dejaré que tú me guíes esta vez— la rubia sonrió y la otra emocionada abrazó a su amiga.

—Genial, pero saldremos temprano, ¿Vale? Hay muchos lugares que quiero mostrarte... En verdad, quiero aprovechar al máximo contigo—

—Oui, estaré lista cuando vengas—

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El día estaba muy bonito, parecía que se hubiese enterado de los planes de ambas amigas, porque el cielo estaba despejado y el sol muy radiante.

Futaba despertó gracias a una alarma y dejó a Kaoruko durmiendo. Prefirió no decirle nada, ya que sabría que la empezaría a molestar para que le contara, así que se arregló en silencio y salió de su habitación a buscar a Claudine.

Tocó la puerta tres veces pero nadie atendió. Estaba empezando a asustarse, pero no, ella nunca le mentiría. Se dió cuenta de que estaba sin pestillo, así que la abrió para comprobar que en realidad estaba durmiendo.

Uf... Menos mal. Por un momento pensé que en verdad me dejarías— abrió las cortinas y se acercó a su amiga, para observarla un rato —Con que despierta, ¿Eh?— la iba a despertar, hasta que sintió como la arrastraban a la cama —¡O-Oye Kuro! ¡Kurooo!—

—¡Te encontré!— la rubia reía mientras su amiga, avergonzada asentía —Ya estaba lista, sólo quería hacerte una pequeña broma. Vamos— la ojirosa se levantó animada y se puso sus zapatos.

Por otro lado, la purasangre se despertó muy desanimada. Se le notaban demasiado las ojeras, la ansiedad que tenía y la tristeza, ya que en su mesita tenía una variedad de diferentes dulces, todos ya abiertos, porque tenía que rellenar ese "vacío" que sentía ahora.

Prefirió ir a tomar aire, así que se arregló un poco y se cambió de ropa, para luego salir de la habitación.

Lo que no se esperaba era encontrarse con todas sus amigas afuera. Al parecer algo estaban discutiendo.

—¿Cómo se pudieron haber ido sin decir nada?— preguntaba la pelimorada preocupada.

—Quizás tenían algo urgente que hacer— pensó Mahiru, mientras las otras seguían exaltadas por el tema.

—¿De qué están hablando?— Maya se unió a la conversación dejando a todas sorprendidas por su aspecto, además de los detalles en los ojos que no pasaron desapercibidos en ciertas de sus amigas.

[Finished] Memories [KuroMaya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora