Capitulo 3 Despertares

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La lluvia en plena noche fue toda una sorpresa para las pocas personas que aun quedaban en la isla, especialmente porque al día siguiente tendrían que tomar el barco para regresar y lo que menos querían es quedar varados, a causa de la tempestad. Se encontraba en pleno apogeo, así que el frió del ambiente era latente. Zane había terminado de ordenar sus pertenencias, así como para ir directamente a la cama. No había nadie a excepción de él, y como la señorita Foutine se había retirado hacía tiempo de la isla, era el único habitante en todo el edificio.

Tenía pensado en madrugar e ir directamente a la academia por el resto de sus amigos. Al mismo tiempo que solo faltaba algunos minutos para que diera la media noche. Había preparado la cama para descansar, con el sueño latente, se acostó, y al instante caer dormido.

Los constantes relámpagos de la lluvia habían puesto muy nervioso al más joven de los Truesdale. Desde la amplia habitación exclusiva para los estudiantes Obelisco no dejaba de temblar cada vez que un relámpago impactaba sobre el suelo. En esos momentos le gustaría que alguien más estuviera con él en esta noche. Sin embargo el resto de sus amigos habían tenido que ir a sus respectivos cuartos preparando sus pertenecías para el viaje de regreso.

Arriba de la cama y envuelto completamente, Syrus rogaba a cualquier fuerza, energía y deidad para que detuviera la tormenta.

-vamos Syrus, no puede ser que tengas miedo a un choque de energías positivas y negativas en la tierra- se decía a si mismo.-piensa que haría Jaden en esta situación.

Rápidamente con la mención de su amigo castaño, todo temor fue reemplazado por la nostalgia que no tener al mencionado aquí. Jaden había sido su mejor amigo en todo este tiempo en la academia, como para que al final este último no hubiera tenido la consideración de despedirse. Aquello solo hizo que Syrus se replanteará el ¿Por qué todos aquellos que quería y apreciaba se tenían que ir o lo dejaban?

Aquellos que habían significado algo muy importante se habían ido. Primero había sido Zane, en su momento, ahora Jaden. Simplemente no sabría que decir o sentir.

Aquellos pensamientos habían calado al joven que incluso los truenos habían dejado de molestar. Pudo haber seguido así, si no fuera porque el rugido de algo más lo distrajo.

Abrió de sobremanera los ojos sorprendido, cuando nuevamente el rugido volvió a sonar. Se desenvuelve de las sabanas, miro por todas partes, buscando al causante de aquel rugido, pero no vio nada. Una tercera vez, hizo que se desenvolviera de las cobijas y se incorporara de la cama. Busco alrededor de la habitación el origen de aquellos ruidos.

Una última vez y estaba más que seguro de donde provenía el rugido, pues era muy común escucharlo cuando estaban encendidos los dispositivos holográficos. Era el rugido de un dragón, aunque no sabría con seguridad que clase de dragón era. Le pareció extraño, pues estaban muy lejos de los campos de entrenamiento, además de quien estaría a altas horas de la noche en un duelo.

Estuvo tentado a desistir, pero por alguna razón tenía un presentimiento. Se incorporó de la cama, se pone una chamarra y sale directamente a la zona médica. Algo le decía que Zane necesitaba ayuda.

El joven peliazul estaba completamente dormido cuando la brisa húmeda lo hizo despertar. Soñoliento, mira alrededor del cuarto. Le parece extraño, recuerda que antes de acostarse había cerrado las ventanas, pero al parecer estas estaban completamente abiertas, por lo que él estaba congelándose.

Un poco más despierto se levanta de cama y va cerrando cada una de las ventanas. Esta por cerrar la última ventana, cuando la figura de una persona bajo la lluvia. Este tenia la cabeza a la misma dirección que él. Y aunque su vista era muy buena, solo podía identificar a las curvas de una mujer, pero no si esta era una joven o mayor. además de que la noche no ayudaba mucho a verla con más claridad.

Deseo sangrientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora