Capitulo 11

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Me paso el resto de la semana sin hacer nada. 

Voy al instituto en autobús todos los días y Cristofer me trae de vuelta a casa. 

El chico me ha estado acompañando durante la hora de la comida todos los días. 

Entiendo que sólo intenta animarme pero le agradecería que me dejase a solas. Yo no quería estar con nadie que no fuera Embry. 

Mi hermano no ha vuelto a hablarme y aunque nos encontramos a veces en la casa evito su mirada y me voy corriendo a mi habitación que es donde paso la mayor parte del tiempo. 

Cris insiste todos los días en que salgamos a alguna cafetería o al cine pero me niego siempre.

Hoy es viernes, los dos vamos en el coche camino a mi casa en silencio, sólo con la música de la radio de fondo. 

Llegamos a la entrada y me quito el cinturón dispuesta a salir.

- Espera - dice y suspira. Vuelvo a cerrar la puerta que había empezado a abrir y le veo cabizbajo.

- ¿Qué? - digo suavemente. Él me mira. 

- No quiero seguir viéndote así Emma. 

- ¿Así como? - tengo el ceño fruncido. 

- Te mueves de un lado a otro sin tener ganas de realmente hacerlo. Como por obligación. 

- No se a qué te refieres. Estoy bien - sé perfectamente a qué se refiere pero no quiero tener esta conversación, y menos con él. Puede que esté intentando cambiar y todo eso pero no somos amigos. 

- Sabes a qué me refiero - suspira - Salgamos esta noche. Es viernes. Vayamos al cine y a beber algo después, ¿que dices? - está sonriendo y me mira esperanzado. 

- De verdad que no estoy de humor para ninguna salida - intento excusarme.

- Escucha cielo - el apodo por el que me llama y el hecho de que su mano se acabe de posar sobre mi muslo hacen que un escalofrío nada bueno recorra mi cuerpo - No quería decir esto así. Pero no me parece que tus amigos vayan a volver y creo que sería bueno para ti relajarte un poco - su mano en mi pierna se mueve acariciándome - No soy un desconocido Em, nosotros solíamos pasarlo bien.

Lo único que siento ahora es la terrible necesidad de salir de ese coche cuanto antes. 

Retiro con mi mano la suya bruscamente lo que le sorprende. Luego me giro para verle a los ojos y mi mirada no debe transmitir nada bueno porque veo como aumenta la distancia entre nosotros echándose hacia atrás.

- Tú no sabes lo que es bueno para mí, y tampoco te importa - digo cortante y el suelta una risa amarga. 

- Creo que lo mínimo que puedes hacer es aceptar mi invitación después de que me haya pasado toda la semana contigo - lo dice enfadado y queda claro que ha estado haciéndome compañía estos últimos para intentar acercarse a mi, no con buenas intenciones. 

- Nadie te lo ha pedido - prácticamente siseo antes de girarme de nuevo y abrir la puerta del coche - No vuelvas por aquí - digo antes de dar un portazo y empezar a caminar hacia mi casa.

Siento como otra puerta se cierra y escucho sus pasos detrás de mi. Al parecer, aún tiene algo más que decir.

- ¿Sabes? No eres más que una zorra - hace que me gire incrédula de lo que acabo de escuchar - No has hecho más que darme esperanzas para luego dejarme sin nada - me da una mirada que nunca había visto antes y hace que quiera partirle la cara - Una zorra, ni más ni menos.

Empiezo a volver hacia él con toda la intención de dejar algunas cicatrices de por vida en su rostro. Pero entonces aparece una figura a nuestro lado y veo como el cuerpo de Cristofer sale disparado hacia atrás y cae al suelo.

Innegable - Embry CallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora