Capitulo 31

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Capitulo 31

-Te amo mamá–dije con voz bajita.
-También me hace mucha falta –escuche la voz de mi tía, me senté sobre el suelo y voltee a verla, recargada en el marco de la puerta.
-La necesito como no tienes idea, ¿por qué Dios se lleva a las mejores personas? –pregunte mirando el suelo.
-Cosas de la vida –contesto ella sentándose junto a mí.

Nos quedamos en silencio por un rato, derramando lágrimas de derrota antes la inesperada muerte de mi madre, habíamos perdido ante la muerte, pero claro no se le pude ganar ante algo tan poderoso.

Llegamos a su casa y mi hermosa prima Briana se lanzo a mi dándome un cálido y fuerte abrazo, llorar con ella era lo mas relajante del mundo sin que ella me dijera nada y solo me entendiera con la mirada. 
-Si papá, ya estoy aquí –dije asintiendo.
-Esta bien, mañana te deposito en la cuenta de la tarjeta y si necesitas más dinero solo asegúrate de decírmelo –dijo este al otro lado de la línea.
-Gracias, pero no es necesario –dije mirando a mi prima sentarse junto a mi.
-Esta bien, adiós –dijo y colgó sin mas.

Mire a mi prima y ella se quedo callada por un segundo, sabia que quería decirme algo, lo podía ver en sus ojos.
-¿Qué fue lo que paso? –pregunto al fin.
-Solo, me enamore y me enamore del equivocado –musite sosteniendo el nudo en la garganta.
-Pero ¿de tu hermanastro? –pregunto algo sorprendida.
-Si Briana, deberías conocerlo es el chico mas perfecto que he conocido en mi vida, y no bromeo –dije mirando a la nada.
-No lo puedo creer ______ tu tan fuerte, creí que después de lo de mi tía tu…
-Lo se, yo también lo creí.

Era tarde y subí a mi habitación, acomode toda mi ropa en el armario y todas mis cosas personales en el tocador, tome m celular y llame a Liam, aun no sabia que había vuelto a L.A.
-Ven a casa de mi prima Briana –dije al teléfono.
-¿Para que? –pregunto divertido.
-Estoy aquí, ven no quiero estar sola hoy –dije triste.
-¿En serio? Enseguida voy, linda –dijo rápido.

Luego de un rato escuche a lo lejos a mi prima y a Liam saludándose y luego escuche sus pasos firmes en las escaleras hasta llegar a mi cuarto.
-¿Qué haces aquí? –pregunto mientras me abrazaba.
-Solo abrázame –dije llorando en su pecho, no podía evitar sentirme segura con él y llorar mientras en mi mente miraba el hermoso rostro de Zayn.

-¿Qué paso hermosa? –pregunto Liam mirándome limpiando mis lagrimas.
-Zayn regreso con Perrie, y no me dejo explicarle sobre la foto –dije sentándome en la cama.
-¿Quieres que hable con él? –cuestiono sentándose del otro lado de la cama.
-No, no es necesario Liam pero gracias de todas maneras –dije limpiando un gota que corría por mi mejilla.

Nos quedamos platicando y nos quedamos dormidos luego de un rato, a la mañana siguiente desperté y Liam dormía como un bebé a mi lado, me levante y fui a la sala. Ahí estaba mi prima mirando la tele mientras comia un sándwich.
-Buenos días hermosa –dijo mi prima mirándome.
-Buenos días Bri –dije sonriendo.
-¿Cómo dormiste? Apuesto a que extrañabas la casa de tu familia –dijo ella entre una risa.
-La verdad si –dije sonriendo.
-Allá hay para hacer desayuno –dijo apuntando la cocina regresando la vista a la televisión.
-Que linda, eres malísima tratando a las visitas –dije con sarcasmo y yendo a la cocina.
-¡No eres vista! ¡Vivirás aquí! –escuche que grito desde la sala.

Hice desayuno para Liam y para mi, cuando termine y mire que Liam aun no bajaba fui a buscarlo.
-Creí que aun no despertabas –dije mirándolo salir del baño.
-Acabo de despertar –dijo tallando sus ojos.
-Vamos, el desayuno esta listo –dije saliendo del cuarto.
-Vamos –dijo caminando tras de mi-. Buenos días Briana.
-¡Hey! Buenos días cosa –le dijo Briana de cariño.
-Se ve rico –dijo mirando su plato servido.

Luego de desayunar Liam se fue a su casa y me dijo que luego de arreglarme fuera a la pastelería de su madre me darían un empleo, tenia que ganarme la vida de alguna manera y ayudar a mi tía con los gastos, además no quería depender del dinero de mi papá.
-¡Hija! Liam me conto que regresaste, tengo un empleo para ti abriré una nueva pastelería, me encantaría que te quedaras como encargada junto a Liam –dijo ella alegre.
-Suena bien, trabajar con Liam me haría mucho bien –dije emocionada.
-Y a mi –dijo él con su usual y hermosa sonrisa.
-Perfecto por lo tanto, te puedes quedar con Liam aquí hoy –dijo ella apuntando a Liam detrás de la caja registradora.
-Eso me encanta –dije mirándolo también.
-Esta bien, entonces tengo que salir a hacer unos mandados –dijo ella tomando su bolso.
-De acuerdo, adiós –dije despidiéndola.

Liam dejo a Brenda, la otra chica a cargo por unos minutos en lo que íbamos atrás a buscar mi mandil.
-Se te ve bien –dijo Liam observándome.
-Pues gracias –dije riendo.

Liam es pésimo trabajando, y yo con él un desastre total, pero teníamos que comportarnos con los clientes, es divertido trabajar con él.
Era de noche ya y llegue a casa cansada, mi tía me había preparado la cena y me esperaban en el comedor platicando de sus cosas.
-Gracias por esperarme pero no era necesario –dije sentándome.
-No te preocupes cariño –dijo mi tía dulcemente.
-¿Cómo te fue? –pregunto mi prima tomando algo de ensalada y poniéndolo en su plato.
-Bien, me divertí –dije mirándola.
-Y Liam ¿No viene a quedarse esta noche? –cuestiono mirándome.
-No, hoy se queda en su casa –dije encogiéndome de hombros.

Luego de cenar y estar en la sala platicando con Briana y mi tía, subí a leer un rato.


Dos semanas habían pasado desde haber regresado a Los Ángeles, no había cruzado ni una sola llamada ni un mensaje de texto con el dueño de mis sueños eternos, y cada día lo recordaba mas, su sonrisa, sus labios, sus besos…

Era domingo iba camino a la ya nueva tienda de pasteles de Karen la madre de mi adorado mejor amigo, la camioneta comenzó a hacer ruidos raros hasta que se detuvo en medio de la calle.
-¡Maldición! –exclame golpeando el volante.

Un señor me ayudo a orillar la camioneta, abrí el cofre y no tenia ni la maldita idea de que era lo que pasa con el, solo sabia que salía mucho humo pero no sabia por qué. Me subí al piloto y llame a Liam para decirle donde estaba y que por favor viniera con un mecánico, por que el era malísimo en la mecánica.

Luego de unos minutos de estar buscando de donde salía humo y sin existo cabe mencionar, un auto plateado se estaciono tras mi camioneta, asome mi cabeza solo para asegurarme de que alguien se había dignado a ayudarme y si efectivamente se bajo un chico, hermoso con cabello dorado y una manera de caminar muy sexy.

-¿Te puedo ayudar en algo? –cuestiono apuntando la maquinaria.
-Si por favor, llame a un amigo pero creo que ya se tardo –dije torciendo la boca.
-Déjame le hecho un vistazo –dijo acercándose sin temor alguno.
-Gracias –dije acercándome un poco.
-Solo se calentó, necesitas agua es todo yo tengo un poco –dijo caminando a su carro.

Le hecho agua fría y luego se espero a decirme cuando lo podía prender.
-Todo listo –dijo sacudiéndose las manos.
-Gracias eres mi salvación, ¿hay alguna manera de pagártelo? –pregunte encendiendo la camioneta.
-¿Qué tal una salida? –cuestiono tierno.
-Suena bien –asentí.
-No te ofendas pero eres muy hermosa –dijo mirándome a los ojos directamente.
-De acuerdo, pero ni siquiera se tu nombre –dije con una risa nerviosa.
-¿Cuál es el tuyo? Si te digo el mío tal vez salgas corriendo –dijo bromeando.
-Me llamo ______, ahora si dime el tuyo –dije con una sonrisa y ansiosa por saber su nombre.
-Mi nombre es…

¿Él?¿Mi hermanastro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora