Onze.

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Algunos días habían pasado,los ahora tres amigos se encontraban bastante alejados para ser específicos, en un monte al norte de la ciudad, el chico que habían conocido de nombre Pablito aparte de que era alguien peligroso también vendía armas, drogas y muchas más cosas.

—Pablito ¿tienes las armas de tecnología militar?

—Simon wey, irá

Rápidamente el hombre de la mochila que traía saco dos pistolas nada comunes, los chicos sólo le miraron un tanto sorprendidos

—Y weyes ¿tienen el dinero?

—Por supuesto —dijo Gustabo con una sonrisa en el rostro—

—Bueno wey denme el dinero y luego yo le doy las armas

Ya habían comprado las armas, ahora todos se encontraban un tanto felices, y eso sólo duró un momento.

—Callate el puto hocico maricon —y sin más le soltó un buen puñetazo a Horacio que terminó en el suelo—

—Joder ¡Pablito!

—Pues este pendejo me calento y ni pedo wey

—Se que Horacio llega a ser un tanto idiota, pero hombre

—Bueno, la ambulancia ya viene

Los minutos pasaban y pasaban la ayuda parecía no llegar

—Cabron ya los llamé más de tres veces y na más nada

—Pero si estamos en el monte Pablito porque crees que tardan

Y pasado otro rato la ambulancia llegó, y de nuevo el mismo doctor bajo al ver de quien se trataba, informó a sus compañeros que fueran por una camilla para llevarlo al hospital

—¿Y ahora que pasó?

—Es que bueno vera, vinimos por aqui a caminar un poco y buen con lo torpe que es, pues asi termino —explicaba Gustabo con una sonrisa—

—Simon es que bien pendejo el vato 

—Claro, bueno ya saben despues pueden ir a preguntar por el ¿de acuerdo? 

De aquella forma otro dia en el hospital se avecinaba.

—Pablito, llevame al hospital 

Despues de un rato Horacio ya había salido del hospital, Pablito habia dejado a Gustabo y sin mas se fue, el otro solo espero un poco como la pasada vez, iban saliendo del hospital se planteaban llamar al super intendente, del cual hace ya un tiempo tenian su numero para que le comunicaran cualquier informacion importante.

¿Donde lo podriamos ver? 
17:20

Y rapidamente en otro mando la ubicion donde rapidamente los amigos se dirigieron al lugar, al llegar pudieron ver como era una bajada, sin mas decidieron ir caminando porque parecia peligroso el bajar con un automovil, iban a seguir bajando cuando vieron a un hombre y a su lad un coche, este iba vestido de negro.

—¿Super intendente? —fue Horacio el que pregunto— 

—¿Que es lo que me tienen mariconettis? 

—Mire —fue Gustabo el que dijo y saco el arma para mostrarle al hombre.— Le traemos estas armas de tecnlogia militar 

Una risa sonaba en el lugar, las risas correspondian al oficial que parecia que estaba apunto de orinarse por la risa que tenia.

—Joder ¡tecnologia militar! jajaja

—Oh joder, que eso nos ha dicho el hombre, que funcioban bien chingon 

—Linda risa jaja —dijo Gustabo en voz baja, aunque fue escuchado por el oficial el cual estuvo apunto de decirle algo, pero se vio interrumpido—

—¡Mire! —y sin mas Horacio disparo y cuando estaba recargando le asento un golpe en la cabeza a su mejor amigo el cual ahora termino en el suelo con una herida en la cabeza que no dejaba de sangrar— 

—¡Eres un capullo! 

—Yo solo estaba recargando, joder.

Sin dudar el super intendente cargo en brazos a Gustabo, mientras se dirigia a su automovil, sin mas se subio dejando a Horacio en el lugar.

—Tranquilo Gustabin, que vas a estar bien

No tardo demasiado en llegar al hospital donde los doctores rapidamente atendieron al herido, por su parte Conway solo recordaba de lo que habia hablado con uno de los oficiales.

—¿Entonces, Ivannov? 

—Jefe ¿de nuevo? y ¿ahora de quien? 

—Joder hombre...

Sin mas el otro oficial lo tomo por la mano, cosa que le sorprendio, pero no se nego a aquello.

—Sabe que estare aqui para usted, para lo que sea y que no importa que pase, usted es mi amigo y lo apoyare en todo lo que me sea posible

—Gracias... y es que si —se quito sus gafas para sobar sus ojos— supongo que me he enamorado y de quien menos esperaba 

-Pero ¿de quien jefe? 

-Me cuesta decirlo, porque jaja me enamore de un gilipollas 

—¿De Horacio? 

Una risa lleno el lugar y el otro oficial solo miraba un tanto confundido.

—¿Osea que perdi la apuesta?

—¿De que hablas? 

Se q dije q no iba a actualizar
pero me sentia peor no
haciendo nada, me puse
a escribir en una libreta
y psss esto salio creo q 
solo actualizare esta 
historia o nose y grax
por el apoyo y perdon 
por tan poco.

Porcierto tuve una idea
pero no se ajsja 
¿q dirian si hiciera una
historia de Pablito y 
Gustabo? sisi, los shippeo. 
😔👌

Buenas tardes ajsja.

Amor. IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora