Rᴇʟᴀᴛᴏs ᴅᴇ ᴍɪᴇᴅᴏ (CNCO)

Cien

Tres años de novios íbamos a cumplir en dos meses, ella era todo para mí, pero siempre llega alguien que cambia todo en un abrir y cerrar de ojos.

Hoy quería sorprenderte y fui a tú casa con un ramo de girasoles, tus favoritas, pero el sorprendido fui yo al verte besarlo, al dichoso “es un amigo”.

—¡Erick¡ Espera, deja explicarte.
—No quiero explicaciones, ¿Cómo pudiste Abby? — dije con lágrimas en los ojos.
— Iba a decírtelo —me miro con lastima — ya no sentía lo mismo por ti desde hace tiempo, lo siento.
Solamente me limpie las lágrimas y avente el ramo de girasoles al suelo y salí corriendo. Duele cien veces más que si se hundiera un clavo en mi piel.

Al día siguiente llegaste al colegio tomada de la mano de tu nuevo novio sin importar como me sintiera. Así paso una semana y el dolor no sanaba aún.
Al salir del colegio caminé perdido en mis pensamientos y no supe cómo ni cuando estaba parado enfrente de un local, el señor que estaba parado en la entrada me invitó a pasar, no supe por qué acepte. Al entrar todo estaba cubierto por tonos negros, cuadros con figuras extrañas, el lugar me daba algo de escalofríos.

— Me tengo que ir, olvide que mi mamá me espera para comer— me excusé y camine hacia la salida.
— No me mientas Erick — giré sorprendido.
—¿Cómo sabes mi nombre? — el solo soltó una carcajada.
—Mira pequeño, yo sé muchas cosas, y sé por lo que estás sufriendo — me indico con la mano a que tomara asiento.
— No entiendo nada — estaba asustado e intrigado a la vez.
— ¿Quieres venganza?, La venganza calma el dolor y no sabes la satisfacción que eso conlleva — giraba alrededor de mi. La verdad no quiero venganza, solo quiero que el dolor salga de mí, pero sus palabras me enganchan, ¿Y si en verdad quiero eso?
— ¿Qué podría hacer yo?
— Lo que quieras, si firmas aquí — me señalo un ¿contrato? al parecer eso era — todo lo que quieras hacer, a quien sea lo vas a conseguir.
Mire el contrato algo dudoso.
—Acepto — firme aquel pedazo de papel y sentí que todo comenzó a moverse, me dolía la cabeza, mire mis manos y de estás empezaron a salir unas largas uñas filosas, mi espalda ardía completamente, sentía como algo salía de atrás de ella, seré los ojos y cuando los abrí todo se había calmado, estaba acostado en mi cama y mis manos se veía igual que siempre. Todo eso fue una pesadilla.
Mi celular vibró, era una notificación de Instagram, Abby había subido una foto con Chris. La tristeza y rabia llegó a mi apreté la mandíbula con fuerza pero la abrí de inmediato cuando sentí algo que no tenía antes, me mire en el espejo y para mí sorpresa eran unos colmillos afilados.
—Entonces no fue un sueño— hablé frente al espejo y una sonrisa se dibujo en mi rostro. — vas a pagar por todo Christopher y Abby.

Estaba parado frente a la casa de Christopher, ya que era la que me quedaba más cerca.

—Muy divertido, ¿No? —dije tras él y este sobresaltado giro a verme.
—¿Qué haces tú aquí?, ¿Cómo entraste?
—Eso no importa — me acerque peligrosamente hasta él, mi rabia crecía cada vez que lo tenia más cerca, y comenzó nuevamente el mareo, de mis manos salieron garras y de mi espalda una enormes alas negras, mis colmillos se hicieron más grandes, Christopher quiso huir, pero yo lo tome del cuello dejandolo inconsciente.
Llegué a la casa de Abby, subí por la ventana y espere a que entrará.

— Erick, ¿Qué haces en mi habitación? — hablo molesta.
—A divertirme — reí.
—Ni creas que me voy a acostar contigo— me advirtió y yo cada vez me reía más. De igual manera que en la casa de Chris, me comenze a transformar, y también la tomé del cuello dejándola inconsciente.

Cuando despertaron los dos, me miraron asustados y eso me provocaba una gran satisfacción.

—¿Cómo está la feliz pareja? — dije sarcásticamente
—Erick, por favor, no nos hagas nada — suplicaba.
— Sabes, no aprendí a aceptar que seas de otro, no, de fingir, me cansé ya no me importa lo que creas de mi.
—Erick
—¡¡Cállate!!, no sabes nada, no sabes el dolor que sentí — le grite en la cara — Duele cien veces más que si se hundiera un clavo en mi piel — eso último lo dije en vos baja.
Me acerque a la herramienta, sacando los clavos.
—No Erick, ¡¡Nnooo!! — gritaba cada vez que le hundía uno.

Fin

PD: Yo edite la foto de arriba, lo sé no fue tan buena XD.