Yakov y Lilia

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Todos conocemos la historia de estos dos.

Estaban casados, se divorciaron, se volvieron a ver por Yurio hace ya cuatro años y quedaron en buenos términos.

Ahora estaban que se matarían.

Por lo de la contingencia sus alumnos (especialmente Yuri) les dijeron que no estaría bien que la pasarán solos. No sabían cuanto tiempo iba a durar y necesitarían convivir con alguien, además todos estarían más tranquilos por ellos.

Y ahí van a hacerles caso.

Habían decidido que se quedarían en el departamento de Lilia porque era el más grande y porque Yakov ya había vivido ahí cuándo entrenó a Yuri en el año de su debut cómo senior, pensó que no sería tan diferente y accedieron.

Nunca tomó en cuenta que tal vez Yuri era necesario en su relación con Lilia.

Cuándo estaba el rubio no habían peleado tanto. Básicamente porque los adultos se unían en contra de Yuri, pero hey, al menos Yakov y Lilia no peleaban.

Ahora por todo lo que Yakov hacía se escuchaba un regaño de Lilia.

Ni ti iquibis tidi il vini.

(No te acabes todo el vino).

Ni dijis tis quibilli in li pirid dil biñi.

(No dejes tus cabellos en la pared del baño).

Istis rinquindi miy firti, dibiriis tritirli quin in dictir.

(Estas roncando muy fuerte, deberías tratarlo con un doctor).

¡Estaba harto! 

Y Lilia no lo estaba pasando mejor.

Si Yakov perdía cabello por cada regaño de Lilia, ella se ganaba una dora de migraña por cada cosa que Yakov hacía mal.

Ese hombre ponía de cabeza su casa.

Y no en el buen sentido.

Para tener al menos un poco de tranquilidad llamaban a Yuri para conversar, pero dese que empezó sus clases en línea no tenía tato tiempo y ellos no querían interferir en sus estudios, no tanto por no reprobar, más bien era porque si le iba mal el señor Nikolai le exigiría más concentración en la escuela que en el patinaje. Pasó hace tres años y no ganó ni una medalla.

Yakov no estaba dispuesto a perjudicar a su prodigio ni Lilia a su prima ballerina.


Tal vez se estén preguntando que están haciendo ahora estos dos.

Pues Yakov está usando un cojín del sillón de Lilia cómo escudo y la señora le está aventando cualquier cosa que encuentre a su paso.

Qué lindo ex-matrimonio.

— ¡Ven aquí estúpido inútil!

— ¡Oblígame menopausica!

Estaban cocinando y Yakov manchó la encimera, para que su ex-mujer no se molestara con él, buscó un trapo con el cuál limpiar, encontró uno que se veía viejo y pensó que si era viejo, además estaba roto, no le importaría a Lilia.

Fue una buena acción por parte de Yakov, hay que darle crédito al hombre. Solo hubo un pequeño error en sus cálculos.

Ese pañuelo viejo y roto perteneció a la abuela de Lilia, una abuela a la que ella quiso mucho, prácticamente ella la crió.

Yuri!!! on quarantineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora