Capitulo 11

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Eso me pareció realmente raro, porque nunca había recibido un mensaje de Molly. Pensé que había olvidado que en su teléfono estaba mi número.

¿Estaba abajo? ¿Encerio quiere salir conmigo? Molly esta rara hoy.

-Hola- dijo cuando salí por la puerta y cerré está con llave. Me sorprendió mucho su tono de voz, era cálido, no como siempre. Hablaba como cuando lo hacía con Alex. Le sonreí, pero ella sólo hizo una mueca.

Sé que algún día Molly iba a sonreírme. Haría todo lo posible para que eso pasara.

-¿Cómo estás?-Le pregunté mientras caminábamos por la calle que no llevaba al cine y me miró. Me la imaginé sonriendo, lo cual fue bastante raro, porque por un momento pensé que había sido real, que Molly me estaba sonriendo como si fuera el mejor día de su vida.

-Bien-Se encogió de hombros-¿Y tú?-Me sorprendió bastante, pero no lo hice notar. No pensé que ella iría a preguntarme si yo estaba bien o por el estilo. Nunca lo hizo.

-Debo decirte que me pareció raro que me mandes aquel mensaje, no pensé que te acordarás de mi número.

-No es difícil olvidarse cuando tengo menos de 20 contacto-Y de vuelta pasó algo a lo cual no pude reaccionar. Ella trató de sonreír. Levantó la comisura de tus labios y me miró radiante, o creo que con esas palabras estoy exagerando.

La me miré sin que ella se diera cuenta, ya que iba ocupada mirando el paisaje que nos rodeaba, los cuales sólo eran árboles muy altos y casas carísimas que nunca mi vida podría pagar si lo hacía yo sólo. Llevaba las mismas zapatillas de siempre, sus piernas están cubiertas por unos largos Jeans los cuales estaban arrugados al final, lo cual daba la idea de que eran más largo de lo normal. En su torso llevaba puesto una sudadera azul, en la cual tenía unas letras en su parte delantera, pero no podía ver lo que decía. Su pelo estaba suelto, pero todo junto en un solo lado dejando ver su cuello y ver que tenía una marca de que se había quemado con algo. No le pregunté, quizás porque se ponga nerviosa si ve que la estaba mirando detenidamente. No tenía un cuello flaco, aunque parecía cuidado es regordete, pero no mostraba una papada. Su nariz era regordeta también, pero que encajaba perfectamente su cara. Ojos grandes marrones (Aunque eso no lo podía ver en ese momento sólo podía ver uno.)

-Deja de mirarme.-Me dijo y miró a otro lado. Volvió a levantar sus comisuras, pero por alguna razón no quería mostrarmelas. Mire sus mejillas y estaban rojas como un tomate.

Y por un momento, pensé que quizás empezaba despertar algo en Molly.

Y por otro momento, ella también empezó a despertar algo en mí.

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Cuando salimos de ver la película, ella parecía contenta, como si hubiese sido la mejor película que vio la vida. Lo cual era extraño porque la película no era buena.

Le invité a un helado, pero dijo que ella pagaría, ya que yo había pagado por la película y lo que comimos adentro. "Discutí" con ella sobre eso, pero me terminó ganando. Le agradecí por cuidar mi cartera y ella volvió a levantar las comisuras de sus labios, aunque sabía muy bien que ella quería reír.

Los helados los comimos en la plaza que estaba enfrente de la heladería. Mucho verde por lo tanto. Lo cual ella se puso muchísimo más contenta. Me contó que su color favorito es el verde, porque cuando era pequeña le encantaba jugar a las Tortugas Ninjas con uno de sus amigos de la infancia.

Molly tenía la misma imaginación que yo al parecer.

Una fuente adornaba el centro de la plaza, pero no era una fuente de los deseos ni nada por el estilo. Esta solamente salpicada agua desde arriba dejando que está caiga por los varios pisos y al final chocaba con el agua del fondo mojadonos un poco. Ella abrió muy grande la boca y luego se subió arriba del borde de la fuente para caminar por todo el borde. Miré a los costados mientras me reía. No había mucha gente en la plaza, algunos chicos jugaban dónde están los juegos y los padres los supervisaban. No había nadie conocido y el guardián de la plaza o estaba por ninguna parte, por lo tanto éramos libre de hacer lo que queramos.

Cuando dio una vuelta completa me extendió la mano y pensé que era una completa mentira y que eso no estaba pasando. Molly me estaba tendiendo la mano. La agarré mientras le sonreía y me subía arriba de la fuente, pero todo salió mal. Tenía mucha fuerza y al tener nuestras manos juntas hice que caigamos al agua, pero lo peor era que además de estar mojados de la cintura para bajo, la lluvia nos mojaba, dejándonos totalmente llenos de agua.

Me reí y vi como ella también quería hacerlo, pero no lo hacía, por lo que solamente hacía lo mismo de siempre, levantar las comisuras. Estaba feliz de que ya no haga tantas muecas. Quitó su pelo del lado y sacudió su pelo como un pequeño perrito después de ducharse y volví a reír.

Luego de una gran regañina por el guardia de la plaza, nos fuimos a casa mientras me reía y ella hablaba con un tono totalmente alegre. Me hubiese gustado que ella se riera conmigo, aunque no emitiera sonido, sé que ella lo hacía.

-¿Quieres que te acompaña tu casa o vas a irte sola sin decirme nada como ayer?-Le dije en tono de chiste, pero a la vez le estaba cuestionando. Quería saber el porque del extraño comportamiento del otro día, que hoy había salido en ningún momento.

-Perdon por eso-Digo sin mirarme, lo cual no me hizo enojar ni nada por el estilo, pero hubiera sido mejor que me mirara.-Tenía prisa.

-O quizás solo lo hiciste porque Ash entró en casa.

-Ash no me molesta.

-¿Y porque no le hablas en tonces?

-Alex-Y no dijo nada más, por lo cual pensé que ella seguía sintiendo cosas por el moreno, pero después saque esa conclusión de mi cabeza, ya que ella misma le había dicho que no eran nada y que no le hable.

Cuando estaba acompañado de gente y no hablamos solía ponerme nervioso e inquieto, pero eso no me pasaba con Molly. El silencio era cómodo como si en ese momento no tendríamos por qué hablar y el silencio hablara por nosotros.
Al llegar a su casa, dos chicos estaban sentados en el pasto mientras jugaban con un camión de juguete, lo cual me pareció raro, por un lado porque un chico parecía de nuestra edad. Supuse que eran los hermanos.

-Bueno, hora de despedirnos.

-¿Despedirnos? ¿No te voy a volver a ver?-Ella levantó las comisuras divertida y me la imaginé riendo.

-Te estoy diciendo que es hora de que te vayas, tonto. No sé si te das cuenta que estamos en la puerta de mi casa.

Observe la casa. Era muy grande, demasiado. Soll tenía dos pisos, la planta baja y el piso de arriba, era espaciosa, tenía mucho fondo, eso se podía ver. También tenía pinta de ser vieja y que le faltaba demasiada pintura, y la chimenea está sin terminar o esta rota.

Me sorprendí mas al ver salir dos chicos de la casa. Parecían de 11 años ¿Cuántos hermanos tenía?

-¡Molly! ¡Presentarnos a tu novio!-Dijo uno mientras ambos se reían y se sentaban al lado de los otros dos chicos, los cuales seguían con el camión. Miré la expresión de cara de Molly, no estaba disgustada, es más parecía divertirse con aquel chiste.

-No les hagas caso-Me dijo después de darse la vuelta by mirarlos.-Se vuelven tontos cuando estan aburridos.

-¿Son... son tus hermanos?

Pero no me respondió, solamente volvió a mirar para atrás. Eso me inquietó, quería saberlo en serio y ella no daba señales de aclararmelo.

-Luke, creo que tengo que decirte que lo he pasado muy bien hoy. Gracias.

-Si no fuera por ti no creo que haya salido a ninguna parte. Los amigos Ash me invitaron pero no quise ir. Creo que fue una buena lección m-Le sonreír y tuve ganas de besarle la mejilla y que ella volviera a ver mi acción, pero no lo hice.

-Me agradas.-Me dijo y festeje en mi cabeza.

Me había ganado su confianza.

The NoteBook ~Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora