Lyra Malfoy, la última hija del matrimonio Draco Malfoy y Hermione Granger rompe toda tradición al no tener el cabello rubio como sus hermanos siendo la más parecida a su madre, después de cinco años de estar en Beauxbatons tras un capricho suyo, re...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Ese niños será la destrucción, nos destruira a todos- decía la mujer castaña sin dejar de gritar- Será el próximo señor oscuro.
-¿Podrías callarte? Ese niño no nacera de mi cuenta corre.
Las dos personas que gritaban en la escena estaban en una casa muy oscura, la luz de la vela era lo único que iluminaba sus rostros palidos y los ojos grises del hombre brillaban con enojo
-Draco ya me ha quitado mucho y ese niño sería la maldición en nuestra familia, los Riddle no pueden estar más emparentados con nosotros- le dio un sorbo a su bebida y azoto el vaso se de cristal en la mesa- De mi cuenta corre que es niño no nace- sentenció Abraxax Malfoy.
La escena cambio y el hombre rubio junto con su esposa desapareción, en su lugar había una escena distinta, a diferencia de la otra casa esa estaba muy bien iluminada y en una gran mesa larga dos personas hablaban.
-¿Los matarias?- pregunto Bellatrix Riddle mientras miraba de reojo a su esposo, este golpeteaba con sus dedos la mesa.
Tom Riddle miro a su esposa, aún era un hombre normal puesto que no tenía esa apariencia de reptil, se podía decir que esa bastante guapo y bien visto.
-Si algún día la sangre Riddle-Malfoy se juntaran podría pasar algo muy malo- contesto Tom con cierta preocupacion- Son dos sangres muy peligrosas Bella- miro a su esposa- Significaria, si yo algún día caigo y nuestros hijos toman otro rumbo y que aquel niño o niña con sangre de ambas familias naciera, significaria el ascenso de un nuevo- Tom parpadeo nego- Un nuevo señor tenebroso, más poderoso que mis hijos y yo.
Bellatrix apretó la mano de su esposo y nego.
-Esperemos que eso jamás pase, quedaríamos malditos- susurro la mujer- Ya sabes el historial de los Malfoy- miro al hombre.
La escena cambio de nuevo y Lyra siento que caía por un gran poso oscuro, luego frente a ella miro un hombre rubio discutiendo con un adolescente idéntico a él pero más joven.
-¡No puedes casarte con ella!- grito el hombre maduro señalando a su hijo- Te lo prohibo Nicolás.
-Muy tarde padre- soltó el joven y sonrió muy a pesar del miedo a su padre- Me he casado con Ariana Dumbledore y hemos tenido un hijo.
Armond Malfoy miro a su hijo con odio acumulado.
-Ese niño no vivirá para siempre- nego el rubio- Yo mismo me encargaré de arreglar tu error
-¡Padre no!- grito Nicolás al observar a su padre abandonar la mansión
La escena dió otro giro y Lyra apareció frente a un mansión de colores azules y blanco, Armond Malfoy llegó a la casa y tocó con enojo la puerta.
-¡Dumbledore!- grito el rubio- Abre la puerta.
Un adolescente abrio la puerta, Lyra lo identificó de inmediato, era Albus Dumbledore, sabía que era el porque había visto una foto suya de joven en un libro, su tez era muy pálida y tenía el cabello negro, sus ojos azules miraban retadoramente al recién llegado.
Luego, el grito de un mujer inundo los oidos de la chica.
-¿Que hiciste?- grito Abefort Dumbledore saliendo de la mansión.
-Lo que sea necesario por mi familia- contesto el rubio.
El joven castaño apunto al rubio mientras sus ojos se llenaban de lágrimas
-Tu familia algún día pagará todo eso Malfoy y lo pagará aquella que quede en una casa que no sea Slyhterin.
Armond soltó un gran risa ante ello.
-Eso jamás pasará, mi familia siempre será Slyhterin hoy y hasta el final de los tiempos.
Armond abandono la mansión Dumbledore sin lograr a escuchar el llanto de un bebé...
Lyra Malfoy se despertó de golpe a apretó entre sus manos la sabana blanca bajo su cuerpo, sus ojos platas recorrieron las estancia confundida de dónde estaba.
Una respiración en la enfermería hizo que la chica se girara hacia su izquierda, en una de las camas dormía Aron Dumbledore.
Lyra intento con todas sus fuerzas retener todos aquellos sueños que había tenido, pues temia que al final de todo solo fueran recuerdos de agua.