Tag you're it

III

–Dipper…Dipper…debes irte…estas en peligro…Él te esta asechando…me engaño completamente… ¡Corre que ya viene!

Corriendo a prisa voy, me persiguió y no paro

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Despertó sobresaltado por segunda vez, con esa advertencia retumbando en su cabeza, el sol se filtraba completamente por la enorme ventana triangular, con dificultad enfocó la habitación, puesto que al levantarse de ese modo su vista estaba un poco borrosa. Miró la hora una vez que se controló y se dio cuenta de que ya era un poco tarde, Soos pasaría por él en una hora, debía alistarse. Con un poco de pereza buscó un cambio de ropa y se dirigió al baño.

-Ugh, detesto los trajes –Miró su reflejo y frunció el ceño al ver el listón de su cuello un poco torcido. Su traje consistía en un pantalón de vestir negro, camisa blanca y una gabardina negra larga. Cuando se acercó para atarse bien el moño, por un segundo le pareció que sus ojos brillaban en un tono amarillo y sus pupilas se habían vuelto rasgadas. Con las respiración acelerada cerró los ojos y se los talló, al abrirlos su reflejo le sonreía siniestramente.

-Tú las traes, tú, tú las traes –Un escalofrío le recorrió su espalda al escuchar ese susurro tan cerca de su oído y se congeló al reconocer esa voz.

-¿¡Quién diablos eres tú!? –Gritó fuera de sí, bastante asustado. -¿¡Cómo has entrado aquí!? –Exigió al ver que su “reflejo” solo lo miraba sonriente. -¡Responde!

-¿Dipper? –Una tercer voz se hizo presente -¿Con quién hablas? –Preguntó Soos al llegar a la puerta del baño.

-¿Soos, qué haces aquí? –Preguntó a la vez que volteaba a ver su reflejo, el cual ya era normal, un ruido atrajo su atención, se trataba del gato negro de ojos amarillos. ¿Cómo había entrado?

-Vi que no salías y decidí entrar, te escuché gritarle a alguien. –Explicó Soos.

-El gato del que hablabas se metió al baño. –Mintió.

-¡Oh! Ese gato últimamente anda rondando la cabaña, él fue el que nos alertó sobre tus tíos, se solo hubiéramos acudido antes, ellos seguirían aquí –Contó Soos con pesar.

-No te preocupes, no es culpa de nadie. –Consoló Dipper finalmente saliendo del baño.

-Eso te queda bien viejo

-¿Si? Lo detesto –Soos rió.

-Vamos, ya es un poco tarde.

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La ceremonia fue bastante sencilla, la mayoría de los habitantes del pequeño pueblo se encontraban reunidos en el cementerio, la mayoría estimaban a los gemelos Pines a pesar de que uno de ellos eran un estafador y el otro atraía cosa extrañas, pero eso no quitaba el hecho de que ambos habían ayudado a la mayoría de los pueblerinos.

-Lo sentimos mucho muchacho –Se acercó linda Susan a dar su pésame – Vivieron muchos años en este pueblo, todos los conocíamos.

-Sí, ellos eran increíbles. De verdad lamento muchísimo que mis padres no hayan venido, a pesar de los años que han pasado, no han superado lo de… Mabel…mi hermana gemela… -La cara de linda Susan cambió por un milisegundo.

-Lo siento, tengo que irme, debo atender la cafetería. –Dipper la miró extrañado por tan repentino cambio de actitud. Y así fue con cada persona que se acercaba a él y mencionaba el tema de su hermana o el accidente. Todos evadían el tema en un acuerdo silencioso. Estaña harto, el había venido al pueblo por respuestas  y a recuperar sus recuerdos perdidos, no recordaba demasiado de sus visitas al pueblo, no recordaba mucho de su hermana y mucho menos que había ocasionado el accidente de hace 10 años.

Los médicos atribuían su pérdida de memoria al trauma del accidente y la pérdida repentina de su gemela, pero desde hace unos meses tenía pesadillas constante, donde su hermana le pedía ayuda, donde alguien lo perseguía en medio del bosque de Gravity Falls, este ente siempre lo atrapaba al llegar al claro del bosque, se subía sobre él y comenzaba a ahorcarlo, al mismo tiempo que siempre decía lo mismo  “Tú las traes, tú, tú las traes” razón por la que sus amigos lo obligaron a ir al psicólogo. 

Me atrapo, me empujo y las palabras me quito

Por ello debía empezar por recuperar su pasado, descubrir que pasó con su gemela y porque nadie quería hablar al respecto. Tenía la certeza de que descubriría algo si investigaba sobre la leyenda de Gravity Falls. Recuerda que sus tíos y sus padres constantemente la mencionaban, cada que preguntaba le respondían que cuando fuera mayor se la contarían. Por lo que creyendo que hallaría algunas respuestas, se dirigió hacia la biblioteca del pueblo.

Pensó en preguntarle a la bibliotecaria pero intuyendo que le daría evasivas, solo pregunto por la sección de historia del pueblo, estuvo buscando por horas y no había encontrado nada en lo absoluto, más que cosas triviales como la fundación del pueblo y los primeros habitantes. Cuando estaba a punto de rendirse, al fondo del estante, casi oculto estaba un libro viejo y desgastado de color rojo. O tomo y comenzó a hojearlo.

-Esto es… ¿Un diario? –Abrió la primer página y decía lo siguiente:

1 de octubre de 1511

Querido diario, hoy llegamos a este extraño pueblo en busca de calma, vivir en la ciudad es bastante ajetreado, un amigo me recomendó venir aquí, dice que el lugar es bastante tranquilo, aunque a mi parecer el ambiente es un poco extraño en especial el bosque, le pediré a mi esposa que cuide de los niños y nos los deje adentrarse demasiado al bosque. Hoy daré un recorrido por los alrededores. 

Tuyo: P

Un poco intrigado abrió la penúltima página la cual estaba manchada con un poco, la mancha era bastante vieja por lo que  no podía decir con certeza de que era. Pero lo que encontró en esa página lo dejó sin aliento.

3 de octubre de 1512

Finalmente la paz ha llegado al pueblo, él acepto el trato y prometió dejar al pueblo en paz y alejar a las criaturas del bosque, con la promesa de que cada 100 años, él volverá por un recipiente nuevo, por un descendiente de mi sangre, dijo que mañana vendría por mí. Es el precio que debo pagar por haberlo dejado entrar al pueblo, si tan solo no hubiera sido tan curioso ni mucho menos tonto nada de esto hubiera pasado, pero como Pines es mi deber proteger el pueblo y a mi familia de la desgracia que yo mismo atraje.

Siempre tuyo: P

Decidido a descubrir más cosas tomo el diario y se dirigió hacia la cabaña. Lo que más intriga le causaba el diario eran las manchas en forma de salpicadura de la penúltima página y el hecho de que la última página estaba arrancada. Tenía que descubrir que rayos sucedía ahí.