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I

Al llegar a su casa con el corazón aun latiéndole a mil por hora, estacionó su auto y se quedó quieto con la frente recargada en el volante, preguntándose qué demonios había sido todo eso. No tenia rastro de sangre, solo estaba un poco mojado por haber bajado del vehículo anteriormente.

Un sonido provoco que se sobresaltara.

-Estúpido celular -murmuró al aire- ¿Huh? ¿Número desconocido? -Miro la pantalla por unos segundos antes de que se decidiera a contestar -¿Bueno?

-¿Dipper Pines?

-¿Si? –pregunto intrigado, esa voz se le hacia un poco familiar -¿Quién habla?

-¡Dipper! ¡Soy yo, Soos! –le respondieron con euforia del otro lado de la línea.

-¿Soos? ¡Cuánto tiempo! –Respondió de igual manera, tranquilizando un poco sus nervios- ¿A qué se debe el honor de tu llamada?

-Lamento que no sean buenas noticias las que tengo que darte –Dijo cambiando a un tono más serio y un tanto ¿triste?

-¿Qué sucede? –Pregunto volviéndose a poner nervioso

-Necesitamos que vuelvas a Gravity Falls, se trata de... -Hizo una pequeña pausa y suspiró- Se trata de tus...tíos...fallecieron hoy por la mañana, siento no haberte informado antes, pero apenas pude localizarte gracias que Wendy se paso por aquí hace unos días, y fue como conseguí tu número telefónico.

-... -Se quedo sin palabras ante tal noticia, ya que le era imposible siquiera pensar que sus tíos, ambos tan enérgicos y llenos de vida hubiesen muerto al mismo tiempo, se sentía un poco culpable por no haberlos ido a visitar desde hace tanto tiempo dado que su situación económica no era favorable, pero además algo le decía que no regresara ahí, pero lo que acababa de vivir hace unos momentos, sumado a la reciente noticia lo habían dejado sin opciones, tendría que decirle adiós a todos sus preciados ahorros. La tienda de libros y sus otros trabajos no le dejaban los ingresos suficientes.

Con trabajos y había conseguido hacerse de su pequeño automóvil hace un par de meses, que a pesar de no ser nuevo ni un modelo reciente, le era bastante útil para moverse en la ciudad.

-Dipper ¿Dipper?, ¡Mason!

-¡Perdona, me distraje! –El que el contrario lo llamara por su nombre y no por su apodo lo hizo reaccionar –Estoy bien, solo que he tenido unas complicaciones por aquí, mañana informaré a mis jefes de esta situación, procuraré llegar allá por la tarde.

-Lo siento mucho, no quería que nos volviésemos a ver por una situación como esta, ¿Seguro que estarás bien al venir?

-No te preocupes, estoy bien, es lo menos que puedo hacer después de tanto tiempo.

-Está bien, nos vemos más tarde, te enviare la dirección de la casa, supongo que no recuerdas la dirección ¿O me equivoco? –Odiaba admitirlo, pero tenía razón, no tenía idea de donde quedaba la casa de sus tíos

-Envíalas por mensaje, por favor –Respondió después de un breve momento de silencio.

-Lo supuse, bien debo irme, buen viaje.

Una vez que finalizó la llamada, bajo de su auto y se dirigió a su casa, una vez dentro se dejó caer en el sillón y soltó un pesado suspiro, le esperaba una semana muy larga. Una pequeña tonada le indico que le había llegado la dirección por mensaje, tal como acordaron.

-------------------------Al día siguiente------------------------

Una vez que amaneció tomo una ducha y un desayuno ligero para posteriormente dirigirse hacia su primer trabajo del día a pie, ya que de todos sus trabajos, el de los días viernes estaba cerca de su casa, a comparación del consultorio donde recibía sus "terapias" había decidido hacer un poco de ejercicio el cual no le sentaría mal además de que había un excelente clima, su primer trabajo consistía en atender una librería, al entrar se encontró con un hombre pelinegro que se encontraba –Como era costumbre - acomodando libros en las estanterías.