Es hora de almorzar, Inosuke y yo estamos en detención.
Mi ojo está morado y punzante, duele. En cambio él no tiene un sólo rasguño en su afeminado rostro.
Veinte minutos transcurridos, nos entregan una hoja de papel con algo impreso en ella, una órden directiva. Inosuke y yo pasaremos una semana haciendo servicios generales entre clases y asearemos todo el instituto después de que todos se hayan ido, iniciando desde hoy. La preparatoria no es enorme, eso no me preocupa, pero el hecho de que no pude invitar a salir a Hashineko-chan sí que me causa molestia.
En parte fue culpa mía, debí esperar a que las clases terminaran para hablarle. Demasiado tarde para arrepentirse.
La campana que indicaba que la hora del almuerzo había cesado resonó por el lugar, me aturde. Tengo hambre y, para empeorar, las horas de clase restantes se verán enfocadas en entrenamiento de lucha con katanas. Agotador.
¿Por qué Hashineko-chan habrá decidido convertirse en asesina de demonios? Ni siquiera yo he terminado de convencerme de que esto fue una buena idea. Aún conservo los traumas que me han traído los días desde la selección final. "Horrenda", no hay mejor palabra que describa a aquella experiencia. Horrenda, horrenda, horrenda.
De igual manera, no tenía muchas opciones a elegir en aquél entonces. Mala jugada por parte de la vida.
-¡Peleemos a la hora de salida, débil!- Cierra la boca, Inosuke.
• • •
Jueves 7:50p.m.
Todos se fueron hace casi dos horas, en cambio Inosuke y yo recién terminamos con el aseo. Está de más recalcar que ambos estamos exhaustos, hambrientos, Inosuke no ha vuelto a tocar el tema acerca de pelear de nuevo, es obvio que no puede ni consigo mismo.
Las calles comienzan a verse oscuras, aterrador.
Una mano se posó en mi hombro, pude sentir un escalofrío recorrer toda mi espina dorsal al instante. Inesperado.
-Agatsuma-san...- Voz femenina, suave. Volteé a una velocidad considerable, mis ojos se abrieron a más no poder al ver a Hashineko-chan parada ahí. Su mirada iba dirigida a sus pies mientras jugaba con la suela de sus zapatos, está nerviosa, adorable, pero... ¿Qué hace ahí en primer lugar?
-¡Hashineko-chan! Es demasiado tarde para estar afuera, ¿Estás perdida?- Hablé con un volumen considerablemente alto está vez. Si aquél era el caso, no podría hacer mucho, si no fuera por Chuntaro ni siquiera podría volver a la residencia de mi abuelo por cuenta propia. Patético.
Ella negó varias veces con su cabeza. Desde hace un rato escondía ambas manos detrás de su espalda; Al paso de pocos segundos, me extendió una pequeña bolsa de papel, no demoré mucho en tomarla, había algo tibio adentro.
-Por favor, llámame _____-
🌻🌻🌻
¡Hola! Aquí la escritora viene a ustedes con un nuevo rumor:
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La razón por la que Hashineko _____ se afilió a los cazadores de demonios fue principalmente para cumplir el sueño frustrado de su difunto hermano mayor, quién murió en la selección final a manos del mismo demonio que le arrebató la vida a todos aquellos jóvenes entrenados por Urokodaki.
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