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Sábado 2:50 p.m.

—Dos cafés mocca y dos muffins de chocolate grandes para iniciar, por favor.~–

Acomodé mi ropa y coloqué el ramo de flores sobre la mesa a espera de la llegada de Hashineko-chan, puedo sentir la emoción recorrerme desde los pies hasta las puntas de mi accidentalmente decolorado cabello.
El día estaba perfecto; el sol brillaba detrás de unas blanquecinas pero no muy espesas nubes, los cerezos rodeaban el lugar y ocasionalmente pequeñas hojas planeaban con la brisa suave hasta llegar al suelo y los pichones deleitaban a los presentes con sus coordinados cantos, pareciera que el universo estaba de mi lado en este día tan especial.

¡Ahí viene ella! Con su precioso cabello cayendo sobre sus hombros de aspecto delicado, aquél color tan oscuro que este poseía resaltaba sus lindos ojos y adorables facciones. Lleva puesto un vestido amarillo que deja a la vista sus perfectas piernas hasta por encima de sus rosáceas rodillas. Hermosa, no, hermosa es un adjetivo demasiado débil para describirla a ella.

Sin duda alguna, Hashineko-chan es un ángel que llegó a la tierra con el único propósito de deslumbrar a todos con su belleza y finura.

—Agatsuma-san... ¡Agatsuma-san!– ¡Me he distraído tanto en mis pensamientos que no escuché sus llamados! Tonto, tonto Zenitsu. —¿Se siente bien? Su cara está muy roja y su mirada parece estar perdida... ¿Necesita agua?, ¿Visitar al médico tal vez?–

—¡No, no, no! Me siento perfectamente bien.– Mejor que nunca, de hecho. —Esto... ¡Traje estas para ti! No sabía si la rosa había sido de tu agrado, así que decidí traer las que consideraba más lindas...–  Expliqué haciéndole entrega de las flores, ella las recibió con una dulce sonrisa. ¿Ya dije que adoro su sonrisa?. — ¡Obviamente no se comparan con lo hermosa que luces hoy! N-no es que no piense que no luces linda otros días, siempre eres preciosa, la más preciosa de todas, _____-chan.–  Ahora su rostro se colocó de un color rojo intenso, ella se apresuró a esconderlo detrás de las flores.
No me dirige la palabra, ni siquiera se atreve a mirarme. Oh, no... Se ha molestado, Tanjirō tenía razón, estaba apresurando las cosas, ella se alejará, me odiará, ella... ¡¿Sigue sonriendo?!...

—¡Me halaga demasiado, Agatsuma-san! Es un precioso detalle de su parte.– ¡Ella no está molesta! Vaya alivio. —La flor que dejó en mi casillero ayer me ha encantado, también los onigiris que preparó, usted es un gran cocinero.– ¡Ahora ella me está halagando! —Yo creo que me sobrevalora demasiado, aún así, agradezco que me haya recibido de una manera tan calurosa, no esperaba nada de esto en lo absoluto. Usted es realmente adorable.–

Mi corazón va a detenerse en cualquier momento.

¡ELLA CREE QUE SOY ADORABLE!

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¡Hola! Aquí la escritora viene a ustedes con un nuevo rumor:

Hashineko no tiene mucha experiencia a la hora de relacionarse con chicos, por lo que suele sonrojarse y ponerse nerviosa con extrema facilidad.
De hecho, lo más cercano que ha tenido a una situación amorosa fue aquella vez que un niño le obsequió una flor de papel maché acompañado de un chocolate a medio comer, esto pasó en el preescolar.

Mi estado de salud se encuentra del asco, aún así aquí está su pequeño capitulo.
¡Nos vemos la próxima!

"El sonido de las flores" •Zenitsu Agatsuma•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora