No. 3

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-N-No es nada.- El castaño le quito importancia, cubriendo como podía sus hombros y evitaba la mirada inquisidora de la chica. -Solo me caí por las escaleras.

Claramente no le creyó ni pió. Se cruzo de brazos alzando una ceja molesta.

-¿Enserio?- No muy conforme por el esquivamiento de miradas, se acercó a su lugar y tomando la mochila de su amigo, dijo.-Vámonos

-Ah.- se levanto de su silla hasta alcanzarla en medio de los pasillos.- ¿A donde?- Pregunto extrañado

-A la enfermería, tienen que curarte esas heridas- Se detuvo tan abruptamente, se giro y tomo su mano, estampándole sus cosas contra la palma. -Toma tu mochila y vámonos.

El contrario solo hizo caso con la cabeza gacha. Ya habían caminado gran parte de la escuela cuando se encontraron con su profesor de aula.

-¿Qué hacen afuera? La clase ya va a empezar.- Los miro desconcertado.

-Lo siento profesor, pero surgió un problema y tenemos que ir a la enfermería- Respondió la azabache evitando que mirara los moretones en los brazos de Amane.

Si el no quería que ella se enterara de la verdadera razón de por que estaba tan lastimado, mucho menos quería que un profesor lo notase; no tenia por que ser tan impaciente, sabia que tarde o temprano, descubriría la verdad.

Esperaba mas temprano que tarde.

-¿Estas bien, cierto?- El mayor le puso más atención, lo que extraño al espectador.

-Si, si, no se preocupe, no es para mi- Se acercó a su amigo -Nos vemos después- Los dos se alejaron, con la brillosa mirada del hombre en el pasillo.

<En la enfermería>

-No esta la enfermera.- Habían estado ahí por poco tiempo, pero parecía demasiado, comenzaba a frustrarse por solo ser una carga para su mejor amiga. -Lo mejor será regresar después- Dijo el castaño apunto de cruzar la puerta

-Espera.- Lo detuvo la ojimagenta del codo.-Ahí hay un botiquín, te puedo curar yo- Se acercó al objeto en la pared pegado en una pequeña repisa.

-No es necesario- Insistió el niño, pero su acompañante no lo escucho, se subió a unos cuantos libros apilados

-Ya casi lo tengo- Sus dedos rozaron el objeto, todo se calló en un instante, incluida ella

-¡Yashiro!- Se acercó a la niña -¿Estas bien?-

-Obviamen...- No termino porque empezó a tocarse su pecho y su respiración se volvió cortada

-¿Que te ocurre?- Pregunto aún preocupado -Tranquila, respira- Por alguna razón esa frase hizo click en la mente de la ojimageta, haciendo los mismos gestos que hacia Yugi.

-Ya, ya, estoy bien- Se calmó un poco -Mira, lo tengo- Alzo el maletín blanco y sonrió triunfante

No tardó mucho en sentarlo en la camilla mientras esparcía alcohol en cada herida de los brazos del castaño.

-Bien, hay que esperar unos minutos- Acomodo el contenido de la caja, solo dejando unas cuantas vendas afuera -En lo que esperamos, ¿De que quieres hablar?- La niña se sentó a un lado de su amigo

-Bien, tengo una duda que me incomoda desde hace rato- Dudo un poco -¿Por que el profesor se preocupo por ti?-

-Oh, eso- Miro el piso y balanceo sus pies

-Lo siento, ¿Te molesto mi pregunta?- Ella negó

-No, es solo que... Bueno no es como si fuera un secreto, pero aún me cuesta pensar en eso- Alzó la mirada -Veras- No sabía si era bueno decirle o no -Tengo una enfermedad mortal- Trago saliva -Los médicos me diagnosticaron menos de un año de vida, por lo tanto si me llegó a sentir mal tengo que avisarle a los profesores- Explicó con los ojos cristalizados, pero sus lágrimas no cayeron ya que sintió el cuerpo de su amigo cubrirla

-Esta bien- Acarició su pelo -Me alegra ser tu amigo por este tiempo- La ojimagenta aceptó el gesto y quedaron así por un tiempo

-Gracias- Se separó del abrazo -Mira- Llamo la atención del castaño -Tengo que ponerte las vendas, espera un segundo-

Después de ese pequeño, pero hermoso momento se quedaron viendo por unos momentos hasta que la femenina desvió la mirada

-¿Puedo llamarte Amane?- Pregunto con la esperanza de que dijera que si

-Mmmm- Se quedó pensando ya que el único que lo llamaba por su nombre era Tsukasa -Claro, siempre y cuando yo pueda llamarte Amaya- Sonrió

-Si- La azabache le devolvió el gesto

_C_O_N_T_I_N_U_A_R_A_

The Game of the Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora