El amor de Tsakasa hacia su gemelo Amane, no era para NADA normal, siempre lograba manipularlo y lo hacia hacer lo que quisiera, para Tsukasa, su hermano era lo más preciado en la vida, era como un diamante SU diamante y no iba a permitir que nadie...
Amane al salir de la habitación estaba confundido, ¿En que momento su hermano cambio tanto?, esa pregunta rondaba en su cabeza, no entendía muy bien lo que pasaba.
Empezó a reflexionar sobre lo que sentía, ya que al alejarse de Tsukasa, sintió una especie de pinchazo en el corazón.
Además, esa pregunta lo había agarrado desprevenido, ¿Estaba enamorado de su hermano?
Regreso al baño de niñas, ahí es donde podía pensar mejor, había pasado mucho tiempo con Tsukasa que no sabia lo que realmente sentía por el, caminaba de un lado a otro, intentando poner sus pensamientos en orden.
Un pequeño click hizo presencia en su cabeza, recordó todo lo que vivieron antes de la muerte de su madre, que fue la causante que su hermano cambiara tanto de la noche a la mañana, pero aun así no la culpaba.
Mantenía una pose pensativa, por un lado era su hermano, pero por otro, pasar tanto tiempo con él hizo que el miedo que lo invadía cada vez que estaban cerca cambiara.
Ya no sentía temor, ¿Qué sentía?
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Una puerta fue azotada contra la pared, anunciando la llegada del misterio número 7, había regresado al cuarto cerca de las escaleras en donde sabia perfectamente que se encontraba su hermano, se acercó a paso seguro, quedando cara a cara con su gemelo. Tomo sus mejillas delicadamente plantando el primer beso que realmente era correspondido, el menor se sorprendió pero no se negó y siguieron. Se separaron por la falta de aire.
-Tsukasa- Comenzó el castaño mayor -Te amo, no me había dado cuenta porque sentía miedo y culpa, pero, creo que tu pequeño secuestro funciono para que me despejara la mente- Tomo sus manos -Te amo Yugi Tsukasa- Eso formo una enorme sonrisa en el contrario.
-Yo también, te amo- Lo abrazo colgándose en su cuello, quedaron abrazándose, no les importaba nada más que estar juntos, en ese momento, el mundo se volvió borroso para ellos, lo que más querían era sentir el calor del otro.
En ese momento empezaron a desaparecer, mientras se volvían pequeñas luces, por un momento el menor no quería dar el siguiente paso, no estaba listo, tenia lo que siempre quiso, y si al desaparecer... ¿Lo separan de su hermano?
Una mano en su mejilla hizo que olvidara ese pensamiento, levanto la mirada, encontrándose con la dulce sonrisa de su hermano, haciéndole entender que todo estará bien.
Eso le dio suficiente confianza, ambos cerraron los ojos esperando desaparecer por completo, después de unos segundos los abrieron, se separaron pero aun tenían sus manos juntas, se encontraron frente a sus ojos con un hermoso paisaje, el cielo azul, y enfrente de ellos había una figura muy familiar.
-Hanako-kun- La chica pelicrema hablo ganándose la atención de los gemelos -Te extrañe tanto- Corrió abrazarlo, pero simplemente como amigos, logro captar las manos unidas de los chicos, sonrió de lado -Felicidades, me alegra que al fin estén juntos-
-¿No estas molesta?- Pregunto Tsukasa confundido.
-Claro que no- Tomo la mano libre del castaño menor -Vamos, tenemos mucho que mostrarles-
-¿Tenemos?- Pregunto el mayor.
-Si, Amane- Se hizo presente una cuarta voz.
-¿Amaya?- Pregunto al borde de las lagrimas.
-No llores tontito- Hablo juguetona la ojimagenta -No olvidaste la promesa ¿O si?- Tsukasa con su manga limpio los ojos de su hermano.
-Claro que no- Volvió a sonreír.
-Entonces ¿Qué esperamos?- Ambos fueron tomados de sus manos libres.
Quedaron, con Amaya en el costado derecho, a un lado de Tsukasa, y Yashiro en la orilla izquierda, junto a Amane, lo cuatro caminaron, siendo cubiertos por una luz blanca.
•Fin•
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Se que me tarde un poco, pero apenas hace dos semanas entre a la escuela, entonces he tenido que hacer muchas tareas y trabajos, porque de hecho, me dan calificaciones al final del mes, espero que les haya gustado mucho esta historia, tanto como a mi escribirla.
