No. 8

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Tanto Hanako como Yashiro habían logrado derrotar al misterio número seis y consigo traer a Aoi, el misterio número uno salió herido pero nada que un misterio pueda solucionar.

En este momento el dúo se encontraba en los baños como normalmente lo hacía, el joven exorcista abrió la puerta de un portazo con un semblante preocupado.

-¡Kou!¿Que te sucede?- La pelicrema al escuchar el estruendo giro sobre sus talones para ver que sucedía -Casi me matas del susto.-

-¿Que hay, joven?- floto hasta su lado, pero el recién llegado no sabia que contestar, o que decir en esos momentos.

-Necesito su ayuda. De ambos.

El dúo se miraron mutuamente, y escucharon atentamente lo que tenia que decir el exorcista novato.

•-•

Fue cuando se encontraba el trió principal hablando tranquilamente paseando por los pasillos del colegio con el sol ocultándose en el horizonte y sin alumnos de un lado a otro corriendo.

El chico del pendiente durante todo el día no pudo si quiera concentrarse en las clases por lo emocionado que se encontraba al tener su primer encuentro con su "amigo" pelirrosa tras todo lo relacionado al misterio de la pintura, consideraba algo irreal lo que sucedía, es por eso que pidió el apoyo de sus mejores amigos, y estos se lo estaban brindando.

Pero ya estando a nada del encuentro, escucharon un fuerte grito afeminado, además de pasos apresurados, por lo que el misterio número siete tomó la mano de la ojirubi por instinto.

-Mitsuba- Era lo que decía una voz familiar para los tres -Ven aquí, tienes que ver esto- Se burlaba mientras corría con una lagartija en su mano

-No, es horrible, soy demasiado lindo para tocar esa cosa- Seguía escapando del castaño hasta que choco con Kou y se coloco atrás de el.

Al llegar el gemelo y ver al trio, enfoco su mirada en su hermano, la bajo un poco notando que tomaba la mano de su asistente, eso le repugnaba, pero lo que más le espanto fue que tuvo la misma sensación hace 50 años, sin pensarlo se lanzo sobre su hermano.

-Amane- Abrazo a su hermano mientras este permanencia estático -Te extrañe tanto, Amane- Volteo a ver a los compañeros de su hermano y sus ojos se encontraron con los de la puntas verdes -Sabes, Amane- Paso un dedo por los labios del contrario -Tuve un pequeño recuerdo, no muy agradable, ¿Tu te acuerdas del nombre, Yashiro Amaya?- Dijo en voz alta con la intención de que todo ente o humano en el lugar escuchara y así sintió el cuerpo del contrario tensarse -Vaya, veo que si lo recuerdas- Se separo del castaño para dirigirse con paso lento a la ojirubi, pero la tercera persona la cubrió, colocando su báculo en forma de ataque.

No dijo nada, solo tomó la muñeca del obstáculo lazandolo lejos por su fuerza sobrehumana, haciendo que este se estampara con la pared para caer inconsciente.

-Bien, Bien- Se colocó detrás de la joven, su brazo derecho rodeaba su cuello y poniendo su mano izquierda en forma de pistola que amenazaba con disparar a la cabeza de la joven -¿Cuánto crees que dure ESTA Yashiro, Amane?- Empezaba a apretar el agarre que tenia sobre la niña -Apuesto a que puedo romper un nuevo record- Sintió su mano ser apresada por otra, era su pariente que tenia una mirada entre enojo, suplica y miedo

-No- Dijo con algo de temblor en su voz 

Su hermano solo lo miro, soltando a la femenina con un pequeño empujón que logro que cayera sobre sus glúteos.

-Si no quieres que haga lo mismo- Se acercó hasta el oído del mayor -Ya sabes lo que quiero- Le susurro en su oído, tomo a Mitsuba de su suéter y se fueron del lugar, dejando un desastre.

Amane temblaba de miedo, el solo hecho de pensar que podría matar a su asistente, no lo quería ni pensar, no quería pasar de nuevo por eso.

_C_O_N_T_I_N_U_A_R_A_

The Game of the Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora