No. 2

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Un profesor de estatura alta y cabellos morados entro al aula, los cuaderno que llevaba en mano los dejo sobre la mesa de madera, tomo un gis y escribió su nombre en el pizarron.

-Soy el profesor Tsuchigomori- Termino de escribir y se giro hacia sus alumnos -Seré su maestro durante este año-

El día trascurrió con normalidad, en el almuerzo casi todos salieron del aula solo quedaban 3 niñas, la azabache y el castaño, las personas desconocidas se acercaron a la ojimagenta

-Hola, Soy Damayaka Ai- Se presento una pelimenta de coletas -Y ellas son Akiyama Aiko, Fujimoto Akiko- Señalo a dos niñas de cabello rubio y pelirrojo respectivamente -Y nos preguntábamos si, querías almorzar con nosotras-

La menor de estatura las examino con la mirada, como si pudiera leer las intenciones de las personas, después de unos minutos volteo a ver a la pelimenta

-Lo siento, pero voy a almorzar con otra persona- Volteo a ver al castaño que aun acomodaba sus cosas -Les agradezco la oferta-

-¿Vas a almorzar con el rarito?- Dijo apunto de reírse la llamada Fujimoto

-¿Rarito?- Dijo confundida -No creo que sea raro, es lindo- Se levanto de su lugar con su almuerzo y se acercó al castaño -Mejor vámonos, aquí hay algunas moscas- Lo ultimo lo dijo volteando a ver a las tres chicas.

Salieron del aula dejando a las niñas boquiabiertas y subieron a la azotea

-Oye, no debías decir eso, estaba bien si te ibas con otras personas, lo hubiera entendido- Dijo el castaño con una sonrisa triste

-¿Y estar con esas hipócritas?- Pregunto la azabache -Antes muerta que estar con alguien así- Lo miro atenta -Prefiero pasar mi tiempo con una persona "rara" que con alguien normal-

Los dos sonrieron y empezaron a almorzar, lo que no notaron fue que el gemelo del castaño los observaba detrás de la puerta y maldecía a la niña que estaba con su hermano.

Después del almuerzo regresaron a clases y fue un día bastante aburrido, para ser el primero.

Al dar fin de clases todos los alumnos se retiraron de sus salones, los dos amigos salieron mientras hablaban de lo que hicieron en sus asientos durante toda la clase, cuando estaban a unos metros de la puerta, el castaño vio a su gemelo esperándolo, se despidió de su amiga y corrió al lado de su hermano.

Ahora solo eran los gemelos, como ya era costumbre ninguno hablaba hasta que llegaron a casa, dejaron sus mochilas.

-¿Cómo te fue Onii-chan?- Pregunto el Yugi menor

-Muy bien, conocí a una nueva amiga- Sonrió el mayor

-Oh, ¿Amiga?- Dijo Tsukasa -¿Me vas a reemplazar?- Puso cara triste 

-No, No, Claro que no, nunca haría eso- El contrario trato de alegrarlo

-Mamá te dijo que no podías tener amigos- El castaño ya no tenia cara triste ahora parecía una mueca de furia

-Hey, no es nada malo- Tomo por los hombros a su hermano

-Amane, no puede- Un aura oscura cubrió al menor

-¿Qué?- Pregunto ahora temblando

-No puede, Amane no puede tener amigos, No puede- Tiro a su hermano al piso, se subió sobre el y apretó sus muñecas

-T-Tsukasa, tranquilo, me estas lastimando- El mayo intento moverse pero no podía

-Eres malo, Onii-chan, te quieres apartar de mi lado, eso es inaceptable- Apretó más su agarre -Tendré que castigarte, Amane-

Después de eso, lo jalo hasta el sótano y lo lastimo a mas no poder, le dio golpes con un látigo y el mayor no se podía defender, Tsukasa era muy fuerte.

~Al Día Siguiente~

El día anterior había sido una pesadilla para Amane, era su primer castigo y fue muy doloroso, se notaban los moretones y las cicatrices que Tsukasa había dejado por todo su cuerpo, con dificultad se levantó de su cama.

Se cambió evitando dañar más su cuerpo, bajo a desayunar encontrándose con su hermano en la cocina

-Buenos Días, Amane- Saludo como si nada hubiera pasado

-H-Hola- Dijo tímido y se sentó en la mesa

-Hice tu favorito- Puso el plato frente al castaño mayor- Vamos come-

-No tengo hambre- En la voz de  Amane se notaba una gran tristeza

-¿Ya no confías en tu hermano?- Dijo juguetón pero al notar que el contrario bajo la cabeza y no respondió se enfado -Amane- Grito -Confías en mi o no- Dio un golpe en la mesa exaltando a su hermano

-S-Si- Volvió a decir con timidez en su voz

-Muy bien, ahora come, que se nos hace tarde- Dijo el menor mientras salia del comedor -

No se dio cuenta, pero Amane empezó a derramar lágrimas saladas, ya no estaba seguro, su hermano lo había castigado cruelmente y ahora se sentía indefenso frente a el, ¿Qué más le esperaría en esa casa?

Después de desayunar Amane y Tsukasa se fueron juntos al colegio pero había algo diferente en el comportamiento de Tsukasa no se separaba del brazo de su hermano y mandaba una mirada asesina a las personas que se acercaban, a unos metros de la entrada del Colegio se acercó al oído de Amane.

-Ahora, puedo dejar de fingir, no te acerques a ninguna persona, si no, en la noche habrá otro castigo y ya he pensado en uno nuevo- Se río por lo último y se separó de su hermano -Recuerda tengo ojos en todas partes- Advirtió y entro directo a la escuela

El cuerpo de Amane se quedo estático y tembloroso, apenas había conseguido una amiga pero ahora tenia que dejarla así como así. Empezó a caminar hasta llegar a su salón, entro y se sentó, no quería ver a la azabache, al menos, no ahora, pero fue muy tarde, la azabache lo había notado y se acercó a el.

-Bueno días Yugi- Dijo alegre pero el contrario giro su cabeza a la ventana -¿Yugi?- Volvió a decir y lo examino con la mirada hasta que notó que tenia moretones en sus brazos -Por Dios- Se alarmó y se acerco al castaño -¿Quien te hizo esto?-

_C_O_N_T_I_N_A_R_A_

The Game of the Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora