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"héroes ineptos"

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"héroes ineptos"

無能な英雄

Cuando regresó a casa por primera vez después de meses, la recordaba mucho más vivida en persona anteriormente

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Cuando regresó a casa por primera vez después de meses, la recordaba mucho más vivida en persona anteriormente. Hizo una pausa en la puerta sintiendo que estaba a punto de ingresar en un sueño, solo para descubrir que la realidad era aún más extraña.

Al entrar, el olor a galletas recién horneadas— gracias a su hermana menor— le invadió las fosas nasales, demasiado dulce para su gusto. En las paredes y especialmente en la mesa de recepción. Las fotos familiares le parecían infinitas, todas de cuando sus dos padres aún estaban vivos, muchas de las cuales Nagare reconoció.

En la estancia, había pilas de libros, botellas de tinta y hojas de papel sueltas desparramadas por toda la habitación, y su hermano se apresuró a guardarlas en cuanto ella puso pie en la sala.

Le tomó una semana asimilar todo. Ignorando todo el desorden que su hermano había ocasionado desde que ella se mudó al departamento. Por suerte no tendría que hacerlo por mucho.

El despertador empezó a sonar una y otra vez, hasta que Nagare alzó la mano para darle un manotazo y callarlo de una vez por todas. Sin muchas ganas se levantó de la cama y estiró sentada, observo a su alrededor dándose cuenta de que ya no estaba en su departamento sino que en su antigua habitación, preguntándose como es que había podido dormido ahí.

"Cierto..." recordó "Hoy es el campamento."

No le había entusiasmado tener que irse lejos con sus compañeros al bosque, ¿con que fin? Solo harían fogatas y entrenarían, como cualquier otro campamento. Se levantó y abrió la ventana, anhelando sentir el aire fresco sobre su piel de nuevo.

A medida que se movía sus sentidos empezaban a despertar. Sacó de su maleta su uniforme, esa vez podía tomarse el tiempo que quisiera, después de todo ahora no vivía a una hora de la UA. Lo haría cuando regresará a su apartamento pero no quería recordarlo.

Se bañó con los shampoos con olores raros para ella y que su abuela usaba. Se cambió y se peinó su típica trenza, la cual caía por uno de sus hombros. Salió de la habitación y fue directamente a la cocina, todos dormían así que ni había nadie ahí.

HIBANNA » BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora