❝Si pudieras ir al pasado, ¿qué cambiarías?❞
Enterarte de que las cosas no son en realidad como te las dicen.
Portada creada por SweetBerry_JR
Los personajes no me pertenecen.
Créditos de autor a las personas que crearon las imágenes usadas para la...
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"Cuidado con el futuro"
過去に気を付ける
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— Tierra llamando a Chispita-San— la abrupta presencia de la masculina voz de su amigo rubio resonó por sus oídos, haciendo que levantara ligeramente el mentón para poder verle a los ojos, haciendo un gesto confuso en el acto. Mirio, al darse cuenta que no le había puesto atención, le repitió:— Te pregunte tu nombre de héroe— le sonrió de forma calmante.
Midoriya, Mirio y ella estaban caminando por las calles, haciendo un patrullaje como Sir Nighteye les había indicado. Se había quedado bastante tiempo pensando en que debía y como decirle a Sasaki que le agradecía lo que había hecho por ella por bastantes años, que no se dio cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor. Nagare sacudió su cabeza para estar más atenta y poder responderle a su compañero.
— Hibanna— replicó de forma simple y firme; Mirio hizo un gesto de sorpresa ante la contestación de la de cabellos negros.
— ¡Sabía que tu nombre de héroe sería algo interesante, Chispita-San!— exclamó Mirio con un puño en el aire— ¡Cuéntame el tuyo, Midoriya-Kun!— se acercó hacia el mencionado, esperando la respuesta de su parte.
— Soy Deku— le respondió el con una sonrisa; al instante, el cerebro de Mirio dejó de aplicar lógica ante la situación.
— ¿Deku? ¿Deck? ¿Estás seguro?— cuestiono sabiendo lo que el nombre del chico significaba cuando te enterabas de ello la primera vez, y, al tener respuesta positiva de parte del portador del nombre, no dijo nada al respeto— Yo soy Lemillion. No debo de salvarlos a todos, pero a 1,000,000... no todos, pero quiero salvar a un millón, así que Lemillion. Al ponernos los trajes e ir a las calles, somos héroes. No bajen la guardia, Hibanna-san y Deku- Kun.
— No creo que tenga opción— le dijo Nagare con sonrisa ladina, sabiendo lo mucho que a Mirio le gustaba su sarcasmo.
Los tres estudiantes de la UA siguieron caminando para continuar con su patrullaje. Mientras, unos pequeños pies descalzos corrían en el frío concreto del suelo, creando un sonido seco al chocar con el pie desnudo de la pequeña persona. Y, Justo en el momento que corría en busca de escape con desesperación por aquel callejón oscuro, chocó contra algo mucho más grande que su cuerpecito, cayendo, por inercia, al suelo de espaldas.
