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"Nada como el hogar"

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"Nada como el hogar"

家のようなもの


Nagare se retiró las vendas de sus heridas y se miró al espejo de cuerpo completo delante de ella

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Nagare se retiró las vendas de sus heridas y se miró al espejo de cuerpo completo delante de ella.

Las cicatrices de su pierna se asomaban por debajo de la falda de su uniforme. Modelo para si misma en busca de una posición en la que no se notará tanto, pero fue en vano. Se levantó la camisa justamente para observar el costado de su abdomen y admirar la cicatriz que le había hecho Twice ese día en el supermercado. Soltó un quejido.

— Tus cicatrices son profundas.— la grave voz de su hermano la hizo pegar un brinco en su lugar y fulminarlo con la mirada.

— Las cicatrices sólo se hacen cuando estás curado.— comentó tomando la corbata roja del uniforme y empezando a colocarla. Su hermano se acercó por atrás a ayudarle.— Puedo hacerlo sola Masamune.— le reclamó.

El dejó salir una risita, pero por el espejo Nagare vio como su sonrisa se desvaneció casi al instante. Volvía a tomar ese semblante del día anterior.

— Nagare... no hagas nada arriesgado, por favor.— dijo tomándole los dos hombros, los dos se vieron por el espejo. Su hermana colocó una de sus manos encima de la suya en forma de calma.

— Estaré bien.— intentó sonreírle, pero sólo la mitad de la cara le hizo caso— Tendré cuidado.— se dio la vuelta para mirarlo a los ojos y el se agachó a la altura de su hermana, no eran más que unos pocos centímetros. Se le quedó viendo un buen rato, Nagare sabía lo que pensaba— Cuando me ves a mi, lo ves a él. ¿No es así?

Masamune desvió la mirada muy tarde y solo cerró los ojos y resopló. Vuelve a ponerle las manos en los hombros, haciendo caso omiso de la expresión perpleja de Nagare, y le da un beso rápido en la frente.

— Te quiero, Estrellita. — era el adiós habitual de su madre.



 — era el adiós habitual de su madre

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HIBANNA » BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora