El destino de los hombres

47 24 0
                                    

-"vamos jorin no ahí tiempo que perder usa tu escudo y cubrete de las flechas estamos muy cerca del Castillo nosotros tenemos que entrar antes que esos malditos arqueros quemen todo"- bramo el gigante mientras cruzaban un puente que rodeaba la for...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-"vamos jorin no ahí tiempo que perder usa tu escudo y cubrete de las flechas estamos muy cerca del Castillo nosotros tenemos que entrar antes que esos malditos arqueros quemen todo"- bramo el gigante mientras cruzaban un puente que rodeaba la fortaleza de concreto que yacia frente a ellos.

Dejaron sus caballos en el bosque y entraron por unas de las aberturas que tenía el que alguna vez fue el Castillo más poderoso del reino.
Frente a ellos un espectáculo poco agradable la famosa ciudad Blanca ahora estaba teñida de negro, de llamas negras todo era un caos cadáveres por todos lados gritos corridas todo envuelto en ese fuego negro que a pesar de los desesperados intentos de los pobres aledanos por extinguirlos seguían ardiendo.
Algo llamó la atención de Erric no había nadie defendiendo la ciudad ni un soldado ni un arquero solamente un puñado de hombres sosteniendo las puertas de las ciudad que yacerian en poco tiempo ante la poderosa legión que se acercaba.

-seguramente deben estar acuartelados en el Castillo-  pensó el rojo sobre los soldados del castillo

pero su misión no era esa, ellos no fueron a combatir.

-"lo encontré! Lo encontré! Rojo lo tengo largemonos de aquí antes que entren los soldados"- grito jorin saliendo de una capilla que inexplicablemente permanecía intacta frente a todo ese mar de fuego que azotaba la ciudad.

-"lo encontré! Lo encontré! Rojo lo tengo largemonos de aquí antes que entren los soldados"- grito jorin saliendo de una capilla que inexplicablemente permanecía intacta frente a todo ese mar de fuego que azotaba la ciudad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llevaba un libro envuelto en sus manos.

-"larguemonos ya de este infierno nuestro trabajo terminó que el Ejército se encargue de resto"-

y emprendieron regreso hacia sus caballos, mientras se preparaban para partir un ruido los sorprendió, un anciano maestro estaba escondido tras un árbol

-"larguese de aquí anciano antes de que las cosas se pongan peor"-
dijo el rojo

-"no puedo huir señor guerrero yo soy un anciano no llegaría muy lejos y sinceramente no deseo morir lejos de la ciudad en la que viví todo mi tiempo, el motivo de estar aquí es por que tengo un pedido para ustedes se que son mercenarios y aceptarán este pago por un pequeño favor"-

extendio su mano mostrando un saco con monedas de oro

-"que favor tan pequeño puede ser para una paga tan generosa anciano"- preguntó Erric desconfiando pero intrigado

el oro es la moneda más cara del reino, si se habrán librado cruentas batallas sólo por cantidades de ese pequeño metal.

-"señor guerrero lo que pido a cambio es que lleve a este joven al monasterio de keylim. No es su destino morir aquí y juzgar por el libro que veo que se están llevando se a que reino de dirigen, no les será de inconveniencia y es una parada que les quedaría de camino"- dijo el anciano mientras de detrás de el de la maleza asomaba la figura de un joven encapuchado.

-"pareces saber demasiado anciano que le hace pensar que aceptaré su oferta sólo tengo dos caballos subir un hombre me retrasaria y ni siquiera se quien es como se que no intentará huir o peor aún atacarnos nosotros no somos niñeros, sea claro y diganos que es lo que quiere"- dijo Erric ya preocupado por que escucho el caer de las puertas de la ciudad.

por lo que era obvio que el Ejército ya había ingresado.

-"el no huira señor puedo asegurarlo, no ahí intenciones ocultas en mi favor su destino es llegar a keylim luego de dejarlo ahí el no será más problema y ustedes podrán seguir su marcha tranquilos"-.

Luego de pensarlo el rojo accedió agarró el saco y dejó que el muchacho se suba junto a el en su caballo no sin antes darle al joven un pequeño saco con algo dentro y un cálido beso de despedida.

-"rojo vamos maldita sea o nos descubrirán!"- grito jorin ya impaciente por partir.

-"como es tu nombre muchacho"-
pregunto Erric

-"su nombre es draven señor el no habla mucho no le causará problema está bajo los efectos de la mandragora roja estará en un Estado como si no estuviera presente por unos cuantos días les recomiendo que se vayan en este momento, y permítame decirle señor guerrero yo soy muy anciano y he visto cosas y ese libro que llevan con ustedes no es un libro normal no me incumbe saber quien lo quiere pero sepan que no ahí nada bueno escrito en esas páginas"- tan pronto dijo eso el anciano se metió de nuevo en la ciudad perdiéndose en las llamas.

-"bueno vamos. Primero iremos a keylim y luego a entregar el libro a su Majestad ,vamos jorin, ya perdimos demasiado tiempo-".

Y así partieron rumbo dejando atrás a la gran ciudad Blanca que ahora se convertía en una mancha de humo y fuego víctima del cruel destino de la codicia de un hombre.

Pero a lo lejos sobre la montaña Karim alguien observaba a lo lejos el sombrío espectáculo alguien con una capa roja como la sangre y un gran espadon en su espalda, sólo observando es humo que se elevaba al cielo junto con las almas de los pobres diablos que morían ahí.

Pero a lo lejos sobre la montaña Karim alguien observaba a lo lejos el sombrío espectáculo alguien con una capa roja como la sangre y un gran espadon en su espalda, sólo observando es humo que se elevaba al cielo junto con las almas de los pobres ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las Crónicas De Ivaldor : El Reino Del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora