Running with the wolves || Jacob Black

OCHO

Jacob aparcó la moto en frente de la casa de los Cullen, no era de extrañar que Carlisle, Edward y Bella estuviesen en la puerta esperando. Kate mostró una sonrisa y sacó de su pequeña mochila, que llevaba como bolso, un cuaderno.

-Eso ha sido rápido.

El doctor lo cogió con una sonrisa de agradecimiento a la joven y lo ojeo.

-Está todo lo que he ido descubriendo estos años-aseguró la joven.-También hay un poco sobre mi transformación y algunos nombres de otros lobos que había.

-¿Murieron?

Kate asintió ante la pregunta de Carlisle.

-Hay algunos huecos vacíos porque no sé cómo ocurrieron.

- Como la transformación-dijo Edward leyendo la mente.

-¿Qué quieres decir con eso?

Jacob se encontraba detrás de Kate y no entendía nada, pero no era el único, Bella parecía igual de perdida que él.

-Me mordieron cuando tenía casi los quince años-respondió Kate mirando a Jacob.

-Pero...-Bella dudó un instante.-Deberías de ser una niña entonces, ¿no?

-Aparentemente, sí-dijo Carlisle.-Pero los genes de Kate no eran los de una humana normal.

-Creemos que el gen de la tribu, el del metamorfo-explicó Edward a Bella y Jacob que estaban igual de confusos-consiguió hacer que Kate siguiese creciendo y desarrollándose, aunque ya fuese en parte vampiro.

-Espera, ¿qué edad tienes ahora?-preguntó Bella confusa.

Kate soltó una pequeña risa.

-Dieciocho, no creo que vaya a envejecer mucho más-dijo Kate encogiéndose de hombros y mirando a Edward, sabía que él le leería la mente y había información que no todos debían conocer.

El joven asintió, más tarde, cuando Jacob y Kate se hubiesen marchado, hablaría con Carlisle con aquella información.

-Ya esta todo, nosotros deberíamos irnos-dijo mirando a Jacob que asintió y dejó un abrazo en Bella.

-Por cierto, Kate-dijo Edward cuando ambos estaban subiéndose a la moto.-Alice va a hacer una fiesta esta noche, le encantaría tenerte aquí.

-Depende-dijo la joven con una sonrisa.-¿Puedo traer invitados?

Edward mostró una sonrisa.

-Están más que invitados.

Sin decir nada más Jacob arrancó la moto y ambos se perdieron por el sendero. Kate no sabía a donde se dirigían, pero no le importó mucho, confiaba en Jacob. El pequeño paseo fue agradable, no tardaron mucho en llegar a un pequeño claro, cerca de unos acantilados.

-Solemos saltar desde aquí.

Ambos bajaron de la moto y Kate se acercó al borde y después miró al muchacho.

-¿Me has traído a saltar desde unos acantilados?

Jacob soltó una carcajada y negó con la cabeza.

-Se me ocurrió una idea mucho mejor.

-¿Qué saltar por unos acantilados?-alzó una ceja.-Te escucho.

-¿No lo echas de menos?-preguntó Jacob mirando fijamente a la joven.

-¿El qué?

-Correr.

-He corrido esta mañana y ayer-dijo obvia.-¿Vamos a correr?

Jacob volvió a reír, Kate estaba cada vez más confundida, no entendía que le parecía tan gracioso al muchacho.