La Trampa

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Después de una mediocre cena y con el estómago casi revuelto, los compañeros se fueron a dormir a su habitación ya que mañana tendrían un largo día, sin saber que un grupo de cinco hombres los asechaban desde un oscuro callejón muy sercano a su ventana.

-Esperemos un momento, y cuando estén relajados o dormidos, entramos y los acabamos-, decía Adamd mientras miraba la ventana de sus presas.

-Esto va hacer fácil- hablaba en voz baja Lombriz.

Adamd asintió y con una señal de sus manos indico a dos de sus hombre que se separaran y se dirigieran a la entrada de la posada, - mientras ellos entran por el frente, nosotros por la ventana y fin de la historia-.

Adamd estaba feliz ya que por primera ves en mucho tiempo, sentía que estaba al mando otra vez de sus hombres, como si lo sucedido en  Mystal fuera una mala historia de ficción contada por un bardo mediocre en una noche de borrachera.

-Adamd, cuanto tiempo más hay que esperar?-, pregunta Lombriz.

Adamd mira algo irritado a su hombre, el cual interrumpió sus alegres recuerdos de grandeza pasada, entonces con un gesto de su mano lo hizo callar, luego le indico con la mirada que hiciera silenció.

Lombriz asiente en silencio mientras que desvía su mirada, lo hacia no por miedo, era para que Adamd no viera que el fingía lealtad a su caído compañero, el cual tenia una última oportunidad en subir de nuevo en el rango de la organización "La Daga Negra".

Cuando la luna se acerca a su punto mas alto, Adamd y su grupo sacan sus espadas cortas y dagas y se preparan para entrar por la ventana con violencia, solo esperan que sus dos compañeros rompan la puerta de enfrente, sirviendo así de distracción.

La Daga Negra era una enrome organización criminal, tenia grupos en muchas ciudades de los reinos y la mayoría de sus miembros actuaban con mortal precisión, Adamd con su grupo no era la esepcion, al nomas vieron que sus compañeros irrumpían violentamente por la puerta de la habitación y viendo como uno de los miembros del grupo se levantaba del suelo rápidamente para buscar su espada, Adamd dio la orden y entro rompiendo la ventana con dos de sus hombres para acabar a ese grupo de aventureros de una vez por todas.

La sorpresa que Adamd se llevo, fue que el segundo y ultimo miembro del grupo en levantarse era un viejo vagabundo que tenia su larga barba llena de baba.

-Maldito viejo!, vienen a llevarse el cofre! Despierta de una buena vez!-, grita sorprendido Lornar al ver como dos tipos armados con espadas cortas y dagas entraban con violencia por la puerta de la mugrienta habitacion en donde intentaban descanzar.

Lornar a duras penas logra bloquear un mortal golpe con su recién agarrada espada, luego esquiva una daga que casi logra clavarse en su brazo, cuando el guerrero logra ponerse en poción de defensa, escucha como una ventana se rompe y al parecer mas enemigos entran para robarse su preciado cofre.

Por su parte el vagabundo todavía somnoliento, trata de enfocar la vista para ver a que se debía tanto escándalo, repentinamente el sueño se le desapareció del susto cuando una daga se clavo en la pared muy próxima a su cara.

-A estos no les he hecho nada todavía!- protesta el vagabundo, luego lo piensa un poco y dice con  cierta duda en sus palabras, -Bueno, a lo mejor si, pero no estoy muy seguro de ello-.

-deja de decir pendejadas!, y has algo de magia!-, protesta Lornar que solo podía defenderse a duras penas de los ataques, sin contar que mas enemigos habían entrado.

4 Grandes Reinos SirgelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora