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Los gritos de dolor y agonía eran lo único que resonaba en aquella monocromática habitación. Cada mañana se repetía aquel tortuoso proceso, despertaba de aquella pesadilla que al principio era sólo un sueño tranquilo para caer en la dura y cruel realidad.

No importaba cuantas veces se repetía lo mismo, no importaba cuantas veces Yue intentó convencerse de que todo estaría bien.

Nada lo estaría.

Ni ahora ni nunca, esta sombra en su mente siempre lo atormentaría como un recuerdo de sus acciones, de la estupidez de no haber huido cuando pudo hacerlo.

Yue ya no podía mover sus 'manos', el dolor era demasiado como para permitirle ejecutar alguna acción. Sólo podía llorar por la pérdida, todos aquellos objetivos que alguna vez se planteó volvían a ser imposibles.

Ya no podía sentir la temperatura de las cosas con aquellas partes metálicas ni la textura de las paredes.

Ni tampoco podía sentir el tacto de todo a su alrededor.






"No puede perder su kosei pero sí la forma de emplearlo..."

"¡¿Que quiere decir con perder la forma de emplearlo?¡" Touya se encontraba abrazando con fuerza a su hermanito ahora sentado y 'dormido' profundamente en su regazo.

Yue había bostezado unas cuantas veces mientras se acurrucaba contra el pecho de Touya y le dirigía una mirada significativa. Como si eso bastara para entender lo que quería decir Yue, Touya lo acomodó mejor y acarició su cabello hasta que el menor quedara 'rendido' ante el sueño.

Pero Yue solo cerró los ojos y clavó sus uñas en una de sus manos para mantenerse despierto lo suficiente.

El igual necesitaba saber cual sería la condición de su particularidad que, aunque era complicada de utilizar y le recordaba a su progenitora, aún así era su poder.

"Para emplear su primer kosei utiliza sus manos en gran medida, no quiero decir que deje de tener control en el hielo pero sí será más difícil emplearlo, no sé si imposible."

Con las palabras del doctor Touya apretaba con más fuerza a la persona en sus brazos.

"Yue..."








Yue podía sentir el dolor en su pecho, como si algo dentro se destrozada en mil pedazos hasta que fuera imposible de reparar.

"¡¿Por qué a mí ... ?!" Siempre se lo preguntaba, ¡¿No había sido suficiente el sufrimiento de toda una vida para encontrarse con una segunda exactamente igual?!

¡¿Que hizo para merecer eso?! Su suerte no podía ser tan lamentable hasta el punto de hacer su vida un completo martirio.

Los ruidos fuera de la habitación lo hicieron sobresaltarse por unos instantes pero creía saber el origen del sonido.

Yue cubrió sus oídos tanto como pudo, trataba de ignorar el toque constante de la puerta que solo se volvía mas insistente. No quería ver a nadie, más que nada no tenía el valor de verlos, se sentía patético e inútil con su discapacidad.

Al otro lado de la puerta Touya tocaba con preocupación esperando que de una vez por todas le permitieran entrar o almenos recibiera una respuesta. Le preocupaba bastante el estado de Yue, ya eran varios días que se negaba a salir de su habitación.

Su padre en ese momento no se encontraba, luego de la operación de Yue, Enji había decidido quedarse y acompañarlo durante su rehabilitación pero había surgido una emergencia en la misma prefectura donde estuvo la vez anterior.

1 | ELLIPSISM ↬ 心の闇Where stories live. Discover now