la cita

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Al terminar ese apasionante encuentro lo único que quiero es estar con el, pero lastima que estamos en el salón de clases y no en un lugar más íntimo, estoy sentado en el escritorio y el está parado en la ventana del salón, con la mirada perdida y muy pensativo, voltea y me mira, se queda callado un segundo y solo me dice.

  — debemos volver. En un tono serio.

  — claro. Le contesto y me bajo del escritorio, salimos del salón y vamos caminando por el pasillo directo al auditorio al llegar a este, antes de entrar le pregunto si pasaba algo, por mi mente pasaban muchas cosas, quizás me dirá que esto esta mal y que deberíamos de parar, pero ya me había dicho antes que le gustaba, así que estaba muy confundido.

  —eeh... No pasa nada, sabes... Quieres que vallamos a... No sé... ¿Quieres salir esta tarde conmigo?

Eso sí que no me lo esperaba, me saco de onda la pregunta pero a la vez en mi cabeza daba Bricos de felicidad.

  —si, pero... A dónde vamos..

  —no lo sé... Tu decide.

  —sabe esta tarde a las afueras de la ciudad  hay una pequeña feria, podemos ir, digo... ¿Si quiere?

— me parece bien... ¿A las 7:00 te parece buena hora?

  —si a las 7:00 está bien..

Al hacercarnos a la puerta del auditorio vemos que todos vienen saliendo.
Tanto tiempo había pasado y ni cuenta nos dimos de lo rápido que pasó.

— bueno volvamos al salón. Dice el profesor mientras dirije al grupo de regreso.

El resto de las clases de me hizo eterno, quería que se llegará la tarde para mi cita, era frustrante entre clase y clase ver el reloj  y darme cuenta que el tiempo no avanzaba,
Hasta que por fin estoy de regreso a casa y solo me queda a esperar a que llegue la hora.

Faltando una hora para el encuentro, decido salir de casa para ir al punto donde habíamos quedado de acuerdo, veo que se detiene un auto negro delante de mi, justo en la parada de autobuses que estaba cerca de la preparatoria y bajan el cristal, era el, voltea y suelta una sonrisa, verlo tan casual y en su auto lo hacía un poco más atractivo.

  —sube. Me dice, yo todo nervioso me levanto y camino hacia el auto y me subo, estaba demaciado nervioso.

— y dime, hacía dónde me dirijo.

Volteo y le digo. — tu solo dirijete al sur de la ciudad.

Vamos camino a la feria y noto que voltea a verme y se ríe.  — que pasa? — Le pregunto

— nada, solo que no puedo creer que este haciendo esto. Se ríe y dirije su mirada hacia el frente, su expresión se torna sería y regresa su mirada a mi, busca mi mano para tomarla y me ve a los ojos.

  — sabes, siempre supe que sentías algo por mi, era obvio, se notaba y quiero que sepas que cuando te Vi también sentí algo, sabía que había como una conexión o algo así, no sabría decírtelo, pero no quería ser yo quien diera este paso, sabes que es algo riesgoso, pero... Si esto se va a dar, que sea bien, solo dame tiempo, es todo lo que pido.

  —sabia que tú también sentías algo, lo supe cuando te veía y tú también lo hacías, no decías nada, sabía que no estaba loco, bueno... Solo de amor pero por ti, no te quiero perjudicar, entiendo que esto no está bien pero sabré esperar.

—gracias. Me dice y se hacerca a mi, hacerca mi mano a su boca y la besa.

Al fin llegamos a la feria y caminamos hacia los puestos más cercanos.

— sabes, si nos vemos un poco raros, digo... Bueno no se nota tanto la diferencia pero..

Muevo mis manos para hacer referencia a la edad.

— no importa, actúa como que soy tu tío. Se ríe y se hacerca a mi y me abraza. — sabes que, que digan lo que quieran.

No lo podía creer, en realidad no le importaba, nunca sentí tanta felicidad, a mis casi 18 años parecía de veintitantos, pues soy un poco alto y mi físico es un poco torneado y el, por dios el ni aparenta la edad que tiene, así que a los dos nos importo un carajo si nos miraban, anduvimos tomados de la mano toda la noche.

— Sabes me la pasé bien hoy. Le digo mientras le abrazo por la cintura.

—yo igual. Me contesta y me corresponde el abraso.

Vamos caminando de regreso al auto y al llegar al auto me pongo frente de él y le doy un beso. —gracias. Le digo.  El solo sonríe.

  — ¿Quieres ir a mi departamento? Me pregunta nervioso.

  —si. Le contesto.

Camino a su departamento no la pasamos platicando de lo bien que estubo la cita, de lo bien que la pasamos, me pongo a buscar música en la radio y suena "eres tú" de Carla Morrison.  —esa canción me gusta mucho, le digo.  —a mi igual. me contesta.
Sabes creo que está será nuestra canción. —

Llegamos a su departamento y al entrar nos dirigimos al sofá.

  — Estoy demaciado cansado. Dice y se tira en el sillón poniendo su cabeza en mis piernas. —sabes, desde aquí te ves mas bonito. Me dice y sonríe.

— que dices, le contesto nervioso, no se que decirle.

Levanta su brazo para acariciar mi mejilla y se levanta un poco para incorporarse arriba de mi y besarme, estamos tirados en el sillón besándonos, apasionadamente.

— quiero que me lo hagas. Le digo con voz temblorosa.

  —no te iba a preguntar si querías. Me dice y se ríe.

Le sonrió y nos volvemos a besar, le quitó la camisa y le comienzo a acariciar el pecho con mi mano, me le siento enzima y recorro su cuello con mi boca hasta llegar a su enorme pecho y le comienzo a besar los pezones y le muerdo uno, noto que suelta un quejido y bajo con mi boca hasta su abdomen.  Con mis manos frotó su pene, su pantalón está tan ajustado, que estando sentado se notó lo grande del bulto, le desabrochó el pantalón y se lo bajo al igual que el boxer, dejando expuesto su pene erecto, lo tomo con mis manos y lo comenzó a masturbar, noto como se ensancha entre mis manos y lo introdujo en mi boca, noto sus quejidos de placer y lo hago más rápido, el me toma de la cabeza empujándome hasta que su pene rosa mi garganta, el grita de placer. Me desvisto y me le montó encima, toma mi cintura y me besa mientras que con mis manos introduzco su pene en mi ano, es tan grande que no lo aguanto, me hace gritar de dolor y placer, el me tumba en el sillón y comienza a empujar sus caderas contra mi para meter y sacar su pene de mi, cada vez con más rapidez, ambos gritamos de placer, nos juntamos y quedó sentado arriba de el, el está tumbado en el sillón y yo arriba dejándome caer sobre su pene, pongo mis manos en su enorme pecho para recargar me y el pone sus manos en mi cintura para que no escape y regresarme a su pene, de repente siento como se ensancha dentro de mi y se viene, me deja todo el ano lleno de semen, de lo caliente que andábamos se nos olvidó usar condón y me dejó todo el ano lleno de el, me dejó caer sobre su pecho y me abraza.

— te amo. Me dice agitado.

—yo más. Le contesto. Y nos quedamos dormidos en su sofá, desnudos, abrazados y felices.

Querido Sr. EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora