↣ ✿ myosotis

318 57 84
                                    


"Save me, save me. I need your love before I fall..."


     —Buenos días, John... —acompañado de un bostezo, Roger se hizo presente en la cocina. Estaba bastante despeinado y extrañamente, los pétalos de orquídea adornaban su rubio cabello. 

     —Buenos días, Rog —le sonrió, aunque al recordar lo que había pasado la noche anterior, volvió a sentir un malestar en su cuerpo—. ¿Cómo dormiste? 

Roger tomó asiento frente a la barra de la cocina. —Bien, no tosí en toda la noche. ¿Dónde estabas? ¿Pudiste hablar con Brian? 

John pensó antes de hablar, ¿de verdad tenía que decirle? 

Vaya que sí tenía que hacerlo, la vida de su mejor amigo dependía de ello. 

     —Sí... sí hablé con él, fue fácil sacarle la verdad aunque —carraspeó— fue difícil llevarlo a su cama. 

     —¿Cómo? ¿Volviste a embriagarlo? Sabes que así no se hacen las cosas John, yo...-

     —Le gustas, Roger —interrumpió— tú eres la causa por la cual él tiene la enfermedad. 

Había algo en el corazón de Taylor, algo de él no sentía felicidad por esa inesperada noticia.

     —¿Qué? 

     —Lo que oíste, le gustas a Brian. 

El rubio se levantó de su asiento, caminó hacia las escaleras y pronto se oyó la puerta de su habitación cerrándose. ¿Qué había pasado?  Debería estar saltando de felicidad, sin embargo, su cara no mostraba algún sentimiento. 

El teléfono de John vibró, la pantalla marcaba "Brian 🦒", supuso que ya había despertado y con él, una resaca horrible. 

     —¿Sí, Brian? —contestó mientras preparaba café.

     —John, ¿qué pasó anoche? Hay un desastre en la sala, siento que la cabeza me estalla y no soporto la luz del sol —la voz ronca de Brian resonaba en el altavoz.

     —Se llama resaca, y ya la has tenido varias veces. ¿Por qué siempre llamas para preguntar lo que tienes o lo que pasó? A este punto deberías saberlo —suspiró molesto—. Oye, deberías pedirle una cita a Roger. 

Para John, esas últimas seis palabras lo habían matado de una manera terrible. ¿Pero era lo que quería desde el principio, no? Se había prometido terminar con el sufrimiento de Roger de una vez por todas, entonces ¿por qué le dolía que fuera feliz con alguien que no fuera él? No terminaba de comprender. 

     —¿Qué? ¿Tú cómo sabes e...-

     —Agh Brian, me lo dijiste ayer cuando estabas ebrio. Además, a Roger le gustas también. Puedes curarte y... —se pensó unos segundos lo que estaba a punto de confesarle, inconscientemente quería acabar con eso de una vez por todas—, él también se curaría.

     —¿Qué? ¿De qué estás hablando? —alzó un poco la voz—. ¿John? ¿Roger está enfermo de lo mismo por mi culpa? 

     —Sí Brian, lo está... Debes salvarlo antes de que sea tarde, y tú tampoco puedes tardar mucho.

     —¿Qué debería hacer? ¿Le compro flores?

     —Agh no seas idiota Brian, en este momento, si le regalas flores, pensaría que te estás burlando de él —bebió del café, no se había percatado de la presencia de Roger en frente suyo. 

Ni siquiera oía lo que Brian le gritaba al otro lado del teléfono, sólo colgó. 

     —¿Por qué le contaste? Te pedí que no le dijeras, y como siempre, hiciste todo lo contrario. Me dueles John, porque siempre pongo mi confianza en ti y terminas abusando de ella —los orbes azules de Roger se empezaron a inundar de lágrimas.

     —Roger, sabes que lo siento mucho y sabes que yo soy así. No sé porqué te sorprende, odio que salgas siempre con lo mismo... —rodó los ojos y le volvió a dar otro sorbo al café.

Esas palabras, hicieron que su corazón doliera demasiado. Se habían clavado como espinas, espinas peligrosas como las de una rosa. 

     —Tienes razón John, sé que eres así. Pero por lo menos te podrías interesar por lo que siento cuando haces eso, ¡te odio! ¡odio quererte tanto, odio tu indiferencia conmigo! —corrió a su habitación de nuevo, para encerrarse bajo llave y llorar otra vez a consecuencia de las palabras de su mejor amigo. 

Encerrado ahí, apagó las luces y cerró las cortinas. 

¿Tenía que ser así de idiota con él? Lo único que ha hecho es apoyar a John y quererlo incondicionalmente, ¿en realidad tenía que seguir soportando ese trato? 

Nunca sabría, su corazón estaba demasiado confundido. Lo quiere como un hermano, sin embargo, al castaño no le es fácil expresar su amor. 

Seguiría en ese circulo tóxico por un buen rato, mientras tanto, se echó a llorar abrazado a su almohada. 

↪ ★ flower petals shaped pain ; maylor short story.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora